Capítulo 5

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Cuando arrancamos, Alex no hablaba y en su lugar la radio se escuchaba. Cambió la emisora. Sonrió y por los altavoces comenzó a escucharse "Thinking out loud" en la exquisita voz de Ed Sheeran.
-¿Ed Sheeran?- pregunté un tanto divertida.
-si ¿por?- preguntó, despegando la vista solo un poco de la carretera. Vaya, él si es cuidadoso, no como Sebastián que casi nos mata esta mañana.
-no, es que a muy pocos hombres les gusta la música... mmm ¿suave?- dije avergonzada.
-Ales Sierra Valverde, mucho gusto- dijo mientras me tendía la mano. De inmediato se la estreché -¿vos que escucháis?
-Mmm, variado, nada pesado- le susurré sonriendo avergonzada.
-aguarda, amo esta parte- dijo, y con esto comenzó.

"And baby my heart, could still fall as, hard at twenty three, and I'm thinking out loud 'bout how, people fall in love in mysterious ways, maybe just a touch of my hand, oh me, I fall in love with you every single day and I just wanna tell you I am, so honey now"
Bajó el volumen.
-wow Alex cantas bien- dije sorprendida, omitiendo comentar su divertida pronunciación.
-eso fue porque canté con sentimiento- murmuró, posando su mano muy dramáticamente sobre su pecho.
Sonreí -no, es enserio- musitó con una leve sonrisa mirándome directamente a los ojos. Aparcó el coche frente a mi casa.
-Alex- musité, tomé su rostro entre mis manos, lo acerqué a mí, y le di un rápido beso en los labios -Gracias- susurré.

¡Joder que ni se porque lo besé!

Abrí la puerta del coche casi de inmediato, me bajé. Alex me sujetó.
-te quiero, Monserrat- me sonrojé -y no te quiero solo como una amiga- de no haber sido por su agarre, caigo de culo sobre el pavimento.
-Alex yo... yo tengo que pensarlo ¿vale?- fue lo único que se me ocurrió decirle.
Bajó su mirada -pero esto ¿no, es un no?- preguntó algo preocupado.
-chao- dije, caminé lo más rápido posible. Antes de entrar al porche de la casa, me voltee, y allí estaba mirándome directamente. Le hice un gesto con la mano y entre a la casa.

Cerré la puerta. Me deslicé sobre esta, hasta quedar sentada sobre el suelo. Inmediatamente Marshall se me abalanzó encima a darme besitos húmedos en la cara.
Subí a mi habitación y me lancé sobre la cama. Me quedé mirando las estrellitas del cielorraso un buen tiempo, para despejar lo que acaba de ocurrir.
Aún recuerdo cuando papá las colocó para mí.

Eran como las 6:30 de la tarde yo tenía 7 años y estaba con papá acostada en el jardín viendo cómo se empezaban a asomar las primeras estrellas en el firmamento.
-Sabes- le dije a papi- quisiera dormir viendo las estrellas ¿puedo, puedo, puedo, puedo?
-no mi pequeña, te morirías de frío aquí afuera- dijo mientras me abrazaba y acariciaba mi cabello.
-¿y si le hacemos un agujero al techo de mi cuarto?
-¿Qué pasaría si llueve?, te mojarías ¿cierto?
-siii- dije un tanto decepcionada.
-sabes, ve adentro, ya hace frío aquí- dijo papá poniéndose de pie y frotándose los brazos en busca de algo de calor.
-Oki, ¿vienes?- pregunté mientras caminaba a la casa.
-no, tengo que ir a la tienda un momento, dile a mamá que ya regreso.
-mmmha.
Cuando entré a la casa me fui a ver televisión junto a Marshall, mamá llego con un vaso de chocolate y me lo dio.
-¿y tu padre?
-dijo que tenía que ir a la tienda.
-apaga ahorita la tv y subes a lavarte los dientes para que te acuestes luego ¿vale?- dijo mamá mientras me limpiaba un bigote de leche de mi boca.
-sip- dije dándole un sorbo al chocolate.
Al escuchar a papá llegar, corrí a lavarme los dientes. Cuando llegué a mi habitación, papá había colocado en el cielorraso miles de las estrellitas que se iluminan en la noche.
-de ahora en adelante dormirás viendo miles de estrellas- dijo papá mientras me alzaba y me colocaba sobre la cama.
-Gracias- dije dándole un abrazo y un beso en la mejilla -está lindo.
-de nada princesa.

Desde esa noche están allí, velando mis sueños.

¡Vaya! hoy ha sido un día cansado, escuela, enfermería, Alex. ¡Dios Alex!
¿Qué siento por él? R/Algo... ¿lindo?
¿Es amor o amistad? R/...
¿Estoy enamorada? R/...

Debería llamar a Marie, ella tiene más experiencia con los chicos.
Cogí mi móvil y le envié un texto.

Dnd stas?
N mi ksa x?
Podrías vnir?
Mm Claro xq?, pasó alg cn ls pnts?
Nop nd tranquila! pr si podrías?
Sip, stoy allá n 15
Oki grax tkm
Yo tmbien

Me fui hacia la cocina a por un vaso de agua. La puerta de la entrada se escuchó, segundos después mamá se encontraba hablando.
-hola Suz ¿se encuentra Monserrat?- era la voz de Marie, ¡si fueron quince minutos!
-Sí un momento, pasa, siéntate. Monserrat no me dijo que vendrías.
-mmm si, una tarea del colegio, se nos había olvidado.
-¿Monserrat?- gritó mamá hacia las gradas.
-no mamá estoy aquí.
-¡ah! es Marie, está en la sala.
-ok, gracias.
Caminé hacia la sala.
-hola Marie, gracias- dije dándole un abrazo.
-hola, que sucede ¿estás bien?
-sip.
-entonces ¿Qué pasa?
-vamos a mi cuarto ¿vale?
Subimos a mi habitación y nos sentamos en la cama.
-tengo algo que decirte- dije tomando el peluche de Garfield.
-dime Monse, soy toda oídos.
-Alex me besó.
-Momento... ¿qué?- su cara era de pasmo.
-sí y después yo a él.
-¿AHH?
-si- dije cerrando un ojo y soportando el golpe de la almohada que me lanzaba Marie.
-y eso ¿cómo, cuándo y dónde?, quiero detalles- dijo abriendo mucho los ojos.
-primero fue cuando me visitó en la enfermería, luego en el coche cuando me trajo a casa, ya que tú te fuiste con el estúpido- le reproché.
-a ver, esto es mucha información para mí, y si me fui con Sebastián fue porque él se ofreció a llevarme y yo obvio no iba a rechazar esa oportunidad.
-vale, vale pero Marie eso no fue todo.
-Momento, Monserrat Cipriano, que me estás ocultando.
-me pidió que fuéramos novios, o algo así- dije un tanto avergonzada, mientras me cubría la cara con el peluche de Garfield.
-¿Qué, qué?- gritó zarandeándome.
-Basta, Marie- dije empujándola lejos.
-¿y cuando pensabas contármelo?
-para que crees que te llamé.
-ok, ok pero y ¿qué le dijiste?
-que lo pensaría, ¡Marie necesito que me ayudes!
-uhh- suspiró -a ver ¿lo queréis?
-eh siii- dije y el rubor en mis mejillas se volvió a hacer presente.
-¿mucho?
-no lo sé.
-¿lo quieres como amigo o como algo más?
-¡ay Marie que no lo sé!- dije sollozando.
-a ver tranquila, sé que es difícil si no sabes lo que sientes, pero nada más sigue lo que tu corazón diga, eso nunca falla- dijo abrazándome.
-Gracias- le susurre y nos quedamos así un largo tiempo -a ver y ¿qué pasa entre tú y el estúpido?- me separe y me acosté sobre la cama.
-hay creo que tampoco lo sé- dijo Marie dejándose caer junto a mí.
-creo que le gustas- vi como el rubor empezó a subir por sus mejillas.
-¿tú crees?
-sip, nunca se había comportado así con una chica.
-eso espero, porque a mi si me gusta mucho- La emoción en su rostro era evidente. Se le marcó esa sonrisa tan característica de ella, esa que la hacía destacar. Me encantaba su sonrisa. Denotaba su alegría de una manera muy contagiosa. De manera que todo el mundo lograba identificarla.
-se te ve- dije empujándola y riendo.
Nos quedamos hablando toda la tarde-noche hasta que Marie se tuvo que marchar.

El hablar con Marie me ayuda mucho, ella te sabe escuchar, aconsejar, hacer reír y lo mejor de todo no te cuestiona, sino que simplemente te apoya.
Sé que nuestra amistad no es tal vez como esa de las películas, donde las chicas quedan para ir a comprar ropa o zapatos, ni es de esas donde las chicas pasan todo el día juntas, tanto fuera, como dentro de la escuela, donde siempre una va a dormir a la casa de la otra. No, nuestra amistad es algo más que eso, es donde sin estar juntas sabemos que contamos con el apoyo de la otra. Que sin siquiera hablarnos sabemos que estamos pensando. Donde no es necesario mandarnos textos todo el día, para tenernos presentes. Es saber que cuando una se siente mal, y que necesita su espacio para pensar, lo va a tener. Es saber dar consejos en el momento justo. Que aunque a veces no nos parezcan las decisiones de la otra, la vamos a apoyar siempre, sin importar nada. Es en la que, si una está loca, la otra la acompaña en sus locuras. Esa es mi amistad con Marie, y pienso que así debería de ser la de todo el mundo.

Al subir a mi recamara un mensaje de Marie llegó a mi bandeja de entrada.

Monse, y si planeamos 1 cita doble????

I See Thousand StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora