Capítulo 9.

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Cuando me iba a sentar en la butaca que estaba al lado de la de Pablo sentí que alguien mi tocaba el hombro. Me gire y allí estaban María y Marcos.

=Hola. = Dice María mientras me da dos besos.

=Hola Mery. = Digo sonriendo.

Pablo se levanta y les saluda, creo que piensa que es una encerrona o algo así, pero el único que sabe que estoy en el cine es Javi o eso creo. 

=No sabía que veníais. = Dice Marcos en tono inquisitivo, perdona Marcos, pero me entero ahora de que tenemos un contrato en el que se estipula que tenemos que contarnos todo lo que hacemos. ¡También me he duchado y no te lo he contado! Las luces se apagan y con una sonrisa despido a Marcos y María que tienen las butacas unas filas más adelante, por suerte.

Me siento y Pablo me sonríe, me agarra de la mano y se pone a mirar la pantalla. Yo retiro la mano fingiendo que busco algo en el bolso. No es que sea un gesto que me moleste, cualquier amigo puede darme la mano, pero no si ese amigo es el chico que le gusta a Alma, no me gusta hacer daño a mis amigos. Y mucho menos por un hombre. Parece que Pablo ha pillado la indirecta y no vuelve a a intentar cogerme la mano, esta vez es mucho peor, en una escena de miedo me abraza, prometo que no recuerdo haberle dicho que me dan miedo las películas de miedo, sería una mentira. Y si tuviera miedo de los demonios, fantasmas o monstruos dudo mucho que un hombre me sirviera de protección, me fío más de mis manos. Aún así no me aparto, no quiero resultar grosera. Y la película continúa con total normalidad, excepto por algún roce de mano y algún intento de beso que acabaron en sonrisas de disculpa por mi parte y sonrisas lascivas por la suya.

Si fuéramos lluvia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora