Si fuéramos lluvia.

Capítulo 14

Todos podemos tener a la persona que queramos. Tenemos el derecho a decidir, no podemos evitar estar felices en un momento y al siguiente estar hundidos. No importa si eres feo o guapo, si te gusta viajar o quedarte en casa, si estas roto o descosido, porque siempre uno complementara al otro. La mitología griega dice que los seres humanos fueron creados originalmente con cuatro brazos, cuatro piernas y una cabeza con dos caras. Ante el temor de su poder, Zeus los dividió en dos seres separados, condenándolos a pasar el resto de sus vidas buscando su otra mitad. Yo creo que lo difícil no es encontrar a tu mitad, supongo que si nacemos incompletos es porque en alguna parte de nuestra vida encontraremos a alguien que nos complete. Aunque no lo creais yo encontré  esa persona, bastante tiempo después. Creo que es mi mitad, mi alma gemela, pero no siempre encajamos a la perfección, porque no somos un puzzle, tenemos nuestros fallos y defectos que a veces hacen que choquemos y nos alejemos el uno del otro. Pero siempre encontramos la manera de volver a encajar, porque de eso se trata el amor. Y todos o casi todos hemos sufrido por amor antes de encontrar a nuestra mitad, y lo fácil sería conocerla antes que a cualquier otra persona y así no sufrir en la búsqueda, pero si fuera fácil no lo valoraríamos. Pienso que el amor nunca se malgasta, aunque no te lo devuelvan en la misma medida que mereces o deseas. Hay que dejarlo salir a raudales, abrir el corazón y no tener miedo de que te lo rompan. Los corazones rotos se curan, los corazones protegidos acaban por convertirse en piedra. Yo encontré a la persona que quería que tuviera mi corazón, y claro que tengo miedo de que lo rompa, me aterra, pero mi amor se basa en que dándole la capacidad de que lo destroce tengo lo confianza en que no lo hará, no debería romper una cosa que le pertenece quizás luego nunca volviera a tener nadie que le fuera tan fiel.