Capítulo 10

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El domingo amaneció lluvioso, y una densa neblina fría ocupaba gran parte del aire. No parecía un día de primavera. 

Frank se había despertado con la lluvia helada cayendo sobre él, una vez más se había quedado dormido afuera. Ahora estaba envuelto en un frazada, bebiendo un té caliente y viendo la televisión. Moría de frío, y sabía que al día siguiente tendría un terrible resfriado. Pero de ninguna manera quería faltar a la escuela. Necesitaba ver a Gerard. Había querido llamarlo durante estos dos días, pero no había tenido el valor. No sabía porque se sentía intimidado, después de todo, ellos dos eran amigos. Incluso había hablado con Mike, sabía que Gerard había pasado el sábado entero en cama por la resaca, pero no quería preguntar mucho para no quedar demasiado obvio. Linda se había ido de viaje. Otra vez. Quedaría solo hasta el martes por la tarde, y la idea ya no le gustaba tanto como en un principio. Había pensado en invitar a Gerard, pero después su sentido común le había dado un sermón sobre lo estúpida y patética que era esa idea.


Gerard estaba sentado en su escritorio, dibujando. Siempre que llovía le encantaba sentarse y dibujar, porque le recordaba a las tardes que pasaba con su abuela Elena cuando ella aún vivía. Siempre solía pintar paisajes, o simplemente dibujaba flores o objetos. Pero, esta vez, su dibujo era distinto. Y lo estaba haciendo con una amplia sonrisa en su rostro; estaba realmente concentrado. Por ello, el molesto sonido de una llamada entrante en su celular lo hizo fruncir el ceño.

-¿Hola? -masculló, atendiendo sin siquiera ver quién llamaba.

-Hola, Gee... soy yo. -le pareció extraño oír ese apodo con ese tono de voz, últimamente Frank era el único que lo llamaba de esa manera, y cuando su novia se lo dijo no pudo evitar hacer una mueca.

-Hola, Lindsey.

-Cariño, ¿podemos hablar? 

-Dime. -si estaba sonando como un hijo de puta, no le importaba demasiado.

-Yo.. ehm... yo... -la chica balbuceaba y no podía formular una frase, lo que hizo que Gerard se pusiera de peor humor.

-¿Qué es lo que pasa?

-Creo... Creo que deberíamos terminar. No eres tú, y tampoco soy yo. O no del todo. Es que es difícil con la distancia, me duele, y te extraño. Además, no quiero engañarte... -contuvo la respiración esperando oír algo del otro lado, pero como no hubo respuesta, continuó.- Por eso, creo que lo mejor sería terminar. No quiero que las cosas queden mal, todo el tiempo que estuvimos juntos fue hermoso y siempre voy a estar agradecida por eso. 

-Sabes, tienes razón. Creo que deberíamos también conocer a otras personas. En fin, gracias por todo y suerte, Linds. 

Y el cortó la comunicación. Dejó el teléfono de nuevo en el escritorio y sonrió. Lindsey estaba fuera de su vida. Y no se sentía un hijo de puta por alegrarse de aquello. Ahora podía intentar ganar el corazón de Frank. Sólo esperaba que el suyo no se rompiera en el intento. Suspiró y volvió a su dibujo. En la hoja se podía apreciar un bonito rostro. El rostro de Frank.




El día siguiente amaneció soleado, precioso. Gerard se levantó con el mejor de los ánimos, ni siquiera se molestó cuando Mikey se quedó dormido, como casi siempre ocurría, y lo esperó. Llegaron unos minutos tarde, pero poco le importaba. 

-¿Qué te trae tan feliz? -preguntó Mike, mirando a su hermano mayor mientras conducía. Un lunes por la mañana. A la escuela. Y sonriendo.

-No es nada, es que, ¿no crees que la vida es maravillosa? -una carcajada musical salió de sus labios y ante la mueca de su hermano, rió aún más.- Lindsey me dejó, Mikes. 

Out of order. ||Frerard||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora