Capítulo 11

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El sol entró por la ventana y fue a dar directo en el rostro de Frank, lo cual hizo que se despertara. Miró el reloj despertador que estaba en su mesa de noche, y se dio cuenta de que la hora de la escuela se le había pasado, pero no le importó. Una sola inasistencia no le hacía daño a nadie.

Relamió sus labios, ¿lo de la noche anterior había sido un sueño? Se giró en la cama, y al quedar su cara en la otra almohada, pudo sentir el perfume de Gerard. Sonrió ampliamente, abrazando a la almohada. Al fin había pasado. 

Un olor a tostadas y café asaltó sus fosas nasales, tomándolo por sorpresa. ¿Linda había llegado antes? Pero no, no era posible. Ella jamás preparaba desayuno un día de semana. Escuchó una melodiosa y masculina voz, cantando. No pudo reconocer la canción, ya que estaba en el piso de arriba. Pero se dio cuenta de que aquella voz era una versión musical de la voz de Gerard. ¿Que hacía el ahí? ¿No había ido a la escuela?

Bajó las escaleras silenciosamente, y se asomó a la puerta de la cocina. La sonrisa fue automática. Gerard estaba preparando café y sacando el pan de la tostadora; había un olor delicioso. Estaba sólo con unos pantalones de jogging, los que había traído puestos el día anterior y no llevaba nada arriba, por lo cual se podía apreciar a la perfección su pálido y plano abdomen, que parecía de porcelana. Y cantaba.

  -...friends should sleep in other beds, and friends should kiss me like you do, and I know that there's a limit to everything, but my friends won't love me like you...

Frank reconoció enseguida la canción, ya que a Jamia le encantaba, y decidió entrar a la cocina.

- Ed Sheeran, me gusta, aunque no es mi estilo. -comentó sonriendo, haciendo a Gerard dar un salto y ponerse completamente rojo.

-Ehm, este, a Lindsey le encantaba. -trató de excusarse y ambos rieron.

-Bueno, esa canción va a empezar a formar parte de mi lista de favoritos. Y por cierto, buenos días, Gee. -Frank volvió a sonreír, esta vez mas tímidamente, y se acercó a Gerard.

-Buenos días, Frankie. -respondió el mayor y dejó un fugaz beso en los labios del contrario.

Ambos se ruborizaron completamente, y Frank ayudó a Gerard a llevar el desayuno a la mesa. Sentados uno al lado del otro, comenzaron a comer en un incómodo silencio, hasta que Frank decidió romperlo. Aunque no estaba tan seguro de querer hacerlo.

-Yo... -comenzó, pero las palabras parecían no querer salir y su voz sonaba pastosa.- Yo lo siento por lo de anoche. -susurró y bajó la mirada.

-Bueno...-Gerard apretó los labios e intentó que no se notara como le había caído aquello. Porque el no se arrepentía, para nada.- Yo me disculparía, pero no voy a hacerlo. -esto hizo que Frank levantara la mirada y la clavara en los ojos esmeralda.- No voy a disculparme por una de las cosas mas lindas que me podría haber pasado.- Frank se sonrojó violentamente e hizo un ademán de hablar, pero Gerard le hizo un gesto con la mano, aún no había terminado.- Sabes, Frank, yo no podría arrepentirme, si bien fuiste tu el primero en besarme. Porque desde ese día que te vi por primera vez, cuando entraste al salón, me di cuenta de que ibas a meterte de lleno en mi vida. En ese entonces estaba enamorado de Lindsey, o creía que lo estaba. Pero, a medida que te iba conociendo mas a fondo, me ibas gustando cada vez más, mas allá de lo físico. El día de mi cumpleaños, sinceramente, estuve a punto de besarte. Pero aún en mi borrachera creía que no era lo correcto, porque tenía novia, porque somos ''amigos'' -hizo un énfasis especial en esa palabra.- y toda esa mierda. Pero Lindsey me dejó, y a la mierda con los amigos. Me gustas Frank, ¿está bien? Y tenía miedo de que no me correspondieras, es decir, eres hermoso, puedes tener a quien quieras a tus pies. O quizás estoy siendo estúpido al darlo por hecho, quizás no te gusto y solamente me besaste. No entiendo como esto está saliendo de mi boca de esta manera, no suelo decir totalmente sin filtros lo que pienso, pero aquí me tienes. Lo repito, porque, aunque no sientas igual que yo, estoy orgulloso, y ahora totalmente seguro de que me gustas, Frankie.

Frank estaba en shock, todavía no podía creer lo que había oído. Levantó su mirada, que todo el tiempo había estado fija en la taza de café. Al principio había creído que se trataba de una broma, pero cuando sus orbes avellana colisionaron con las verdes, entendió que cada palabra que Gerard había dicho era cierta. Y no podía sentirse más feliz. 

El mayor lo miraba expectante, esperando ansioso una respuesta.

-Gee, yo...-comenzó, pero los nervios le impedían hablar. Pero hizo un esfuerzo, después de todo, Gerard había desnudado sus sentimientos frente a él.- Cuando te conocí, cuando te vi por primera vez, me quedé sorprendido, prendado de tu belleza desde el primer momento. Pero no pensé que podrías llegar a fijarte en mi, ni siquiera como un amigo. Es decir... no lo sé. Ni siquiera se que diablos estoy diciendo ahora, y estoy quedando como estúpido. Pero... tu también me gustas, me gustas mucho. Pensé que ya lo habrías notado, Jamia se burlaba de mi y me decía que era demasiado obvio por la manera en la que te miraba. No tienes una idea de lo feliz que me hace oír esto. -una tímida sonrisa se formó en sus labios, y tomó la pálida mano de Gerard, enlazando sus dedos tatuados con los pálidos y delgados del contrario.

Ambos se miraron, y sonrieron como sólo ellos sabían. Unieron sus labios en otro beso, esta vez mas largo que el de la noche anterior, y se separaron porque Gerard tenía una pregunta que formular. Fijó sus ojos en los de Frank, y tomó una gran bocanada de aire para hablar.

-Entonces... me gustas, y te gusto. Quizás sea muy apresurado, pero...

-¿Si? -la inocencia en la voz del menor y el brillo de sus ojos lo hicieron estremecer.

-Uhm, Frank... ¿quieres que lo intentemos? Ya sabes, tu y yo. -mordió sus labios con nerviosismo, por un poco mas se hubieran partido.

-Sí, Gerard. Quiero que lo intentemos.-su sonrisa era amplia, sincera, y cargada de sentimientos hermosos.

La sonrisa se le contagió al mayor también. Juntaron sus frentes, al igual que la noche anterior y se miraron a los ojos.

-Te quiero.

-Te quiero.

Y volvieron a fusionar sus labios en un beso; sus cuerpos estaban en la desordenada cocina de Frank, pero ellos flotaban entre las nubes.


Out of order. ||Frerard||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora