Capitulo 4

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No dormí nada, ya que cuando llegue a la casa, ya se estaba asomando el sol. Ya era el alba. Había ido a cazar. Había visto unos campistas que se hallaban perdidos y bebí de ellos. Al principio trataron de forcejear conmigo ya que eran unos tipos corpulentos, pero no se comparaba con mi fuerza sobrenatural que los dejó fuera del juego en un santiamén.

Había borrado después sus memorias con la hipnosis y los había curado para no levantar sospechas. Los deje al lado de la carretera antes de devolverme a la casa ya que había bajado mucho al sureste, casi llegando a los límites de Canada.

Apenas y había llegado a casa. Amy ni se molestó en preguntarme donde diablos había estado. Solo había suspirado y se había ido a su recamara. Ravi se había quedado dormido en la sala, tal vez en la espera de que yo llegara. Era extraño, después de tanto tiempo tener figuras paternales en mi vida. La que se asemejaba al papel de madre siempre había sido Rachel... Ahora parecía que Amy le había tomado el puesto ya que se preocupaba mas que de costumbre, tanto que le tenía que recordar que yo era tan libre como ella, lo que la hacía cabrearse mas. Aveces era agobiante pero al final de cuentas se lo agradecía como nunca.

Mire mi reloj, que decía que eran las cinco con treinta minutos.

Me pare a darme una ducha y a arreglarme. Peine mi largo cabello negro mientras me miraba al espejo.
Pálida, pero con las mejillas sonrosadas debido a la caza de anoche. Ojos verde iridiscentes que cambiaría a chocolate cuando pensé ¿qué más da si me ven así? Ya no tenía importancia. Deje mis ojos como eran sin importarme que dirían los demás. El monstruo me dirigió la mirada en el espejo. Me veía las atemorizante con aquellos ojos, sin duda.

Puse algo de blush en mi cara para que no se notara que mas que viva yo ya estaba muerta. Los labios ya los tenía rojos así que no importaba eso.

Vestí una blusa color vino y unos jeans negros junto con mis botas de cuero preferidas.

Colgué mi mochila en mi espalda y salí de la casa hacia el instituto.

Caminé hacía mi salón de clases, con los audífonos puestos, escuchando música estruendosa de Evanescence. Me sentía bien, me sentía con más confianza hacia mi que nunca.

Las primeras horas pasaban como miel sobre hojuelas, sin toparmelo en ningún momento.

Llegue a Biologia, donde me encontré a un Arakiel muy sexy con una playera de botones azul arremangada hasta los codos (una debilidad mía, debo admitir) y unos jeans ajustados color gris oscuro. Su cabello estaba bien arreglado hacía arriba, dándole un aspecto juvenil. Estaba dándole vueltas a un lapicero de aspecto plateado cuando vi que sus bellos ojos ámbar se clavaron en mi. Vi como sus labios se curvaban en una sexy sonrisa torcida.

"Hey, chica escalofriante"

Frunci el ceño.

"¿No te he dicho que te quedan mejor esos escalofriantes y sexys ojos verdes?"

Encarne una ceja.

"Por eso lo de chica escalofriante, amor"

"No soy tu amor" dije, aunque si hubiera sido humana, me hubiera ruborizado como nunca.

El sonrió de nuevo, como si fuera el sabio del universo.

"Oh, lo serás, cariño. Lo serás"

Timbró la campana mientras veía que la bolita de Jules estaba entrando.

"Hey, dulzura" dijo con una sonrisota "¿ligándote al nuevo raro?"

Arakiel encarnó una ceja "Raro seré pero tengo cerebro, animal"

The Chosen Ones II : DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora