Capitulo 1

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Había pasado un mes entero desde la vez que el y yo nos habíamos. Había pasado un mes desde que el se había vuelto un Elegido. Había pasado un mes desde que sus bellas alas iridiscentes habían brotado.

Hacía un mes que el me abandonó.

Y aquí estaba, observando el radio de su casa por si alguna entidad maligna quisiera aventajarse y hacerle daño.

Entonces por alguna idiotez mía se me vino algo a la cabeza: El ya es Elegido.

Ya no lo pueden cambiar.

Entonces... Mi misión estaba cumplida.

Pensé con pesar mientras abandonaba mi puesto ¿Pesar? Pensé, confundida. Yo no debía amarle ya. Ya no.

Los vientos fuertes despeinaban mi cabello negro como a noche, el frío calaba hasta los huesos pero yo no sentía.

No tenía sentido alguno seguir aquí, protegiéndolo.

Camine hacia el bosque, en camino hacía mi casa, silenciosa como la misma muerte, me alejé de el.

Ya era demasiado noche por lo que ningún humano podría ver en esta inmensa y fría oscuridad. Era una noche ventosa, llena de nieve que se hallaba debajo de las suelas de mis tenis. Cualquier ser que viviera no podría vivir si se hallara tan expuesta como yo estaba. Con mis jeans viejos y playera ligera a travez del denso bosque lleno de helada nieve que calaba hasta los huesos.

Corría de nuevo.

Pero esta vez el clima no me afectaba.

Estaba muerta.

Era una Evanesce ahora.

Fue entonces cuando aquel pensamiento me inundó la cabeza que sentí una profunda opresión en el pecho, haciéndome tropezar y, debido a la velocidad que llevaba, me caí bruscamente y si fuera humana, me hubiera roto varios huesos y desgarrado algunos músculos. Choqué contra un árbol y caí en la nieve.

Entonces vi como emergía de la oscuridad una entidad femenina con la cara oculta por una capucha roja con destellos dorados. Sin siquiera verla ya sabía quien era. ¡¿Quien más podría ser que la bruja que deseaba matarme, Jennifer Striolla!?

Caminaba hacía mi con una estaca de madera afilada, con el marco adornado con el símbolo de las Hilkanians.

"Vaya, ¿que no te había dicho que te alejaras?" Dijo.

"Pasaba por aquí" me encogí de hombros.

Sentí un dolor inmenso en mi cuerpo, como si mi energía se hallara en contra mía. Obra de Jen, claro, eso hacían las brujas; jugar con tu propia energía.

"Sabes que detesto las mentiras"

"Se ve que me extrañabas"

Se quitó la capucha de la cabeza y la pude ver.

Era tan similar y tan diferente a mi.

Ambas pálidas y delgadas; diminutas y al parecer, frágiles. Eramos engañosas.

Ambas teníamos facciones angelicales donde nuestros ojos se distinguían. Los míos eran ligeramente rasgados y los de ella eran de pescado. Claro que los míos relucían como esmeraldas mientras los de ella eran de ónix.

The Chosen Ones II : DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora