Capitulo 20

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Mire todo mi alrededor. Parecía un lugar de ensueño. Todo de un beige y dorado. Rosas beige al rededor de mi inundaban la terraza con un puro aroma. Los pétalos a mis pies formaban un camino hacia Arakiel y Lucifer, quien estaba a su lado. Lucifer lucía una piel trigueña y unas rastras café oscuro. Sus ojos negros miraban a mi dirección. Llevaba un saco azul marino y unos pantalones casuales color caqui. Sus pies estaban fundados en unos mocasines azul marino. Arakiel, a su lado, llevaba un traje beige casi blanco; que hacia que su piel bronceada resaltara. En la bolsa del pecho de su saco llevaba una rosa roja. Traía su usual peinado algo despeinado y sexy. Estaba muy guapo. Me dedicó una traviesa sonrisa.

No me había dado cuenta de que me había paralizado en cuanto Matt llegó a mi lado y tomó mi brazo. Llevaba un clásico frac. Sus ojos azules se encontraron con los míos.

"Soy tu creador en cierto modo y cómo no esta el verdadero Creador, yo te llevaré." Dijo con una sonrisa. "A propósito, te ves preciosa."

Baje la mirada mientras decía un pequeño gracias.

"Elizabeth, ¿estas lista?" Preguntó Matt ante mi silencio.

"Si, lo estoy."

La música de piano sonó alrededor de mi mientras alzaba la mirada para ver de dónde provenía. Entonces visualice mi piano en el jardín. Alice era la causante de dicha bella melodía. Llevaba su hermoso cabello corto con onditas en las puntas. Después de que me sorprendiera viéndola me dio una sonrisa amable que calmó mis nervios.

Mire entonces hacia adelante mientras Matt y yo avanzamos por el sendero de pétalos. Cada paso y mi nerviosismo aumentaba, de nuevo.

No despegue la mirada de los ojos traviesos de Arakiel, el cual tampoco quito sus ojos de los míos.

Llegué poco después a su lado. El le tomó la mano con una fuerza estremecedora, protectora. Me guío hasta que quedamos frente a frente. Lucifer colocó una copa de oro en la otra mano de Arakiel, el cuál no dejo de mirarme en cuanto habló.

"Elizabeth. La diosa de mi eternidad. Prometo amarte, protegerte, ser la luz de tu oscuridad, ser tu todo. Deseo mas que nada en el mundo verte despertar a mi lado, que tu sonrisa sea la luz de mis mañanas. Con esta copa dejo verter el vino de mi cuerpo." Dijo mientras sacaba de su bolsillo, una pequeña botella que sin duda contenía su sangre.

Confía. En este momento mi sangre no será mortal para ti, ya no lo será más en cuanto nos unamos. Resonaron sus palabras en mi mente. Vertió la sangre en la copa.

Era mi turno de hablar. Por un momento no supe que decir. Sus ojos me inundaron de tranquilidad por unos segundos.

"Yo... Digo, Arakiel. Prometo amarte, protegerte, ser siempre la luz de tu oscuridad. Ser el copiloto de tus viajes. Prometo entregarme a ti y mantenernos unidos hasta que nuestra eternidad termine." Dije mientras el me entregaba la botellita que llevaba mi sangre dentro.

"En esta copa, dejo verter el vino de mi cuerpo." Entonces saqué el corcho de la botellita y lo vertí en la copa.

"Para unirnos para siempre... Hasta que nuestra eternidad termine" dijimos al unísono, ambos tomando la copa.

Nos miramos a los ojos. Verdes y ámbar, los cuales no desviaban su mirada ni un solo segundo. Solté la copa para que el se la acercara a sus labios para dar el primer trago. Luego me la entregó a mi y repetí lo mismo. Bebi su sangre mezclada con la mía, a la vista de los humanos, un simple vino.

Mire a Matt el cual interpretó mi mirada y se acercó a tomar la copa de mis manos.

Volvi a mirar a Arakiel. El me sonrio de esa forma travieza que hacia que derrumbara mis muros. Entonces pense ¿porqué había estado tan triste en aceptar esto si el me ama como soy? ¿Si el dio todo por mi? Lo mire a los ojos con una necesidad que no había tenido antes con el.

The Chosen Ones II : DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora