Capitulo 15

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Amy POV

Despues de la noticia que le dimos Matt y yo anoche, Arakiel parecia haber recobrado algo de color en sus palidas mejillas. Un brillo de ilusión y esperanza lleno sus pupilas oscuras como el azabache. Me alegraba verlo asi ya que, para mi, era el candidato preferido para quedarse con Elizabeth.

Claro, aunque ella aun prefiera al imbecil de Crimson. Y era algo de lo que no me gustaba pensar, ya que en si, era restregarselo en la cara a su novio o lo que sea que fuesen ella y Arakiel.

Sin embargo, lo encontraba aun mas entusiasmado de lo que estaba antes. Tenía la vaga duda de que había encontrado algo, una salida, y no nos la había dicho.

"¿Qué ocurre, Arakiel?"

El reprimió una sonrisa y me contestó un típico nada que solo carcomía mas mi curiosidad.

Habíamos viajado a Rangeley y ahora nos alojabamos en un pequeño motel. Solo habiamos venido cuatro a rastrear y los otros se quedaron a la espera de un código rojo o algo. Sin embargo, Ravi llegó a acompañarnos, alegando que el quería ayudar a encontrar a Elizabeth. Matt en seguida le había dicho que se esperara junto a los otros. Sin embargo, cuando se empezaba a formar la bronca entre ellos, le permití ir. No tenía caso decirle que no y pues habría mas ojos al acecho. El apenas me dirigió la palabra después de eso. No lo culpaba, pues tenía razón de estar enojado. Ese pequeño sentimiento de culpa era el que me molestaba, no el.

Matt me tuvo cerca de él mientras corriamos hacia Rangeley. Tanto Arakiel, como Mark y Ravi, despegaron sus alas y volaron. Era impresionante como el color de las alas diferia de los tres sujetos.

Negras, pardas y blancas. Difuminándose poco a poco.

Cuándo llegamos al motelito, pedimos tres habitaciones. Nos dividimos de esta manera: Arakiel solo en la primera habitación; Mark y Ravi, en la segunda; y yo y Matt, en la tercera.

Recuerdo la primera impresión de abrir el cuarto del motel, sabiendo que estaría con él. Era grande, espaciosa. Las paredes eran de un color yogurt. Las cortinas estaban cerradas, a petición de Matt. Del lado izquierdo, se hallaba la puerta del baño, luego le seguia un ventanal tapado con las mas gruesas cortinas que había visto. Luego estaba una enorme cama queen size con las sabanas blancas, de satín. Al lado de esta se encontraba un sillón largo y una mesita. Enfrente de estos, estaba un televisor de pantalla plana de 52 pulgadas y, en la esquina, un mini bar. Volví a ver la enorme cama y sentí otro estremecimiento.

No había sentido ese tipo de presión antes, no junto a él. El pareció sentir mi tensión, ya que no dejo de frotarme los brazos.

"Tranquila" susurró en mi oído "No muerdo..." dijo con una leve ironía. Sentí un estremecimiento, algo que no había sentido desde humana. Lo miré a los ojos y le sonreí. El correspondió a mi sonrisa con una suya muy tierna, ese lado que nadie conocía de Matt.

Fue entonces que le piqué su duro y delgado tórax, como si pudiera darle cosquillas. El encarnó la ceja mientras corrí por la habitación, fuera de su alcance. El me atrapó fácil, tirandome a la cama y dándome cosquillas.

"Quítate ¡Quítate!" Dije mientras reía.

Después de jugar un rato, me di cuenta de que lo tenía encima de mi. Me ruborice todo lo que pude y, al parecer el también lo había hecho. Me di cuenta entonces de que quería esto. Lo quería, lo necesitaba.

Pocos segundos de eso y me encontre besandolo incontrolablemente, saciando mi sed de el. El lo comprendió al segundo y se apartó. Me miró como si fuera una extraña, por lo que ambos nos ruborizamos. Me sentí mal. ¿Cómo es que había pensado siquiera en ello?

The Chosen Ones II : DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora