Capitulo 12

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Me despertaron los ruidos de alguien moviendose a toda velocidad. Me levante y vi mi celular en la mesita de noche.

Asi que el lo tenía...

Llegó apresuradamente con una mochila en el hombro y una pequeña bolsa deportiva para mi.

"Hay ropa en el armario... Toma lo suficiente. Nos vamos." Dijo de forma tajante. Dio media vuelta y salió de la habitación.

Caminé hacía el armario, tome una blusa suelta que caía por un hombro y unos leggings. Los deje al pie de la cama mientras tomaba una toalla de baño.

Salí de la habitación y busque el baño para darme una ducha y casi topo con Damian. El pareció contener su irritación pero aún así me pregunto que que necesitaba.

"¿Dónde esta la ducha?" Pregunté.

Entonces el se sonrojó levemente aunque su expresión parecía mantenerse en esas facciones serias.

"No se si sirva la otra ducha pero puedes utilizar la de... La de mi habitación."

Si hubiera sido humana me habría sonrojado. Sin embargo, mantuve mi actitud seria de siempre.

No pasaría nada. Le sería fiel a Arakiel, me lo había propuesto. Me metí a su habitación y cerré la puerta con candado temiendo que tal vez un candado y mi mala actitud fueran un impedimento para Damian.

Inhalé el puro aroma a galletas tan característico de Damian. Me relaje por unos segundos para luego reprimirme, de nuevo.

No debía de pensar en él y lo sabía. Era lo mejor para todos.

Me duché rápido y me dispuse a cambiarme rápidamente. Un toqueteó timido en la puerta hizo que me sobresaltara. Puse rápido mi blusa y, ya vestida, le abri la puerta.

Su rubor era demasiado notable, pero aun así hizo el esfuerzo de mantener su rostro serio y apacible.

"Hay que partir." Dijo, con una mochila en su espalda.

Vi que se habia cambiado sus jeans por unos color gris claro. Llevaba unas botas de combate masculinas con suela de llanta de tractor. Llevaba una playera azul oscuro de Aeropostale y encima de ella, una chamarra de cuero.

Ese look era extraño y nuevo en él. Era algo que me acostumbraría a verle a Arakiel, no a el. Su rostro se hallaba limpio y afeitado. Su cabello rizado estaba cayendo mas largo de lo normal, me siéndose en el aire. No era que tuviera el cabello largo, si no que era mas largo de su habitual corte.

Sin embargo, le note el labio con una cicatriz.

"¿Que te paso?" Dije, ya que no era habitual que el tuviera cicatrices después de lo que era.

Desvío la mirada medio segundo para contestar con una serenidad fingida

"Me golpeé con la puerta."

Arquee una ceja.

"¿Con tu agilidad inmortal?"

Frunció el ceño.

"No tengo porque darte explicaciones de lo que hago."

Cruce mis brazos.

"Si quieres que confíe en ti..."

"¡Sólo déjame tranquilo!" Dijo alzando la voz. "Es hora de irnos. Jen no debe saber que te saqué de ahí. Hasta lo que saben, te rapte. Solo aclarare que tienes un buen gancho y escapaste."

The Chosen Ones II : DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora