Capitulo 30

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Elizabeth POV

"Tranquilízate, por favor" dije mientras intentaba recrear aquel peinado que ella me había enseñado en una foto. Estaba llenando de rizos sus cabellos negros que pronto se volverían una bun algo despeinada pero muy bella.

Ya llevaba puesto el vestido de dama. Era rosa pálido y parecía que estaba cubierta por enormes pétalos de rosa que se acomodaba en mi cuerpo, cayendo como suave satín.

Fue entonces que termine de peinarla. Ya estaba maquillada. Sus morenos párpados estaban cubiertos por sombra dorada y un delineado negro. Sus mejillas estaban sonrojadas de manera artificial y sus labios estaban de color carmesí.

Estaba muy guapa, parecía un bello ángel que estaba a punto de llorar del nerviosismo.

"Calmada." Dije con una sonrisa serena. Ella intentó quitarse las lágrimas de la comisura de sus ojos con sus dedos con manicura francesa. Sabía que era difícil este momento, pero estaba segura de que ella amaba a Matt. No tenía nada que perder y mucho que ganar.

"¿Y si no es suficiente?" Dijo con un terror en los ojos. "¿Y si se enamora de otra?"

La miré con serenidad. "Cuando estén unidos... Ves todo de manera diferente. Sus penas son tus penas... Aprendes a amar a la persona." Dije mientras pensaba en los ojos serenos de Arakiel. "Aprendes a respetarle, a querer nunca herirle." Dije en una sonrisa llena de ternura al recordar a mi bello demonio.

Mi Arakiel, cada vez que me llenaba de confusiones, el me hacía descubrir que elegirlo a él era lo correcto. El me amaba como nadie, hasta creo que más que Damian. El ponía mi felicidad antes que la suya misma. Y yo trataba de hacer lo mismo por el. En estos momentos me sentía tan unida a él.

"¿Arakiel?" Dijo encarnando la ceja.

Mire al suelo mientras reprimía lo que me hacía recordar.

"Si... Ayer se molestó un poco pero logramos reconciliarnos." Dije con una sonrisa reprimida.

"Se que me mientes. Ese tipo es muy blando contigo." Dijo con una risita.

Baje mi mirada, algo apenada. En eso llegó Luna y Therese con el enorme vestido cubierto por una bolsa negra. Therese lo sostuvo en sus delgados brazos mientras Luna lo abria lentamente con el ziper que tenía la bolsa.

En eso sacó el nuevo y despampanante vestido de Amy. Si a mi me gustaba lo sencillo a ella le gustaba lo extravagante aunque siendo así se veía bastante bello, con sus volantes como si fuera espuma cremosa con brillantes dorados cual diamantinas brillaban en su vestido. Sin duda aunque era algo despampanante, era muy elegante, quedaba perfecto a la ocasión. Perfecto para Amy.

Le ayudamos a ponerse el vestido. Cuándo ya lo tenía puesto, le ayudé a tirar de las cintas que estaban en su espalda, para acoplarlo a su figura esbelta. Se sentó en una silla mientras Therese le ayudaba a colocarse los tacones de plataforma dorados de punta de aguja.

Se levantó de la silla y empezó a mirarse al espejo, dando lentamente una vuelta. Sus manos empezaron a temblar.

"¿Y si mejor no lo hago?" Dijo con la voz llena de nerviosismo.

"Calla, Amy. Son solo los nervios." Dijo Therese con una risita. Esta llevaba su cabello hecho rizos dorados en una bun algo alta. Su vestido le hacía resaltar las curvas que tenía en las caderas. Su maquillaje neutro la hacía lucir tan natural, sin embargo sus labios se teñían de un color carmesí haciendo que resaltaran.

"¿Y si no soy suficiente? " dijo mirando al suelo.

"Claro que lo eres, niña." Dijo Luna. Esta llevaba el cabello planchado y en una media cola de caballo sujetada por una pinza de flores blancas y doradas. Su maquillaje hacía resaltar sus enormes y brillantes ojos, llevando en los labios un simple y ligero lipstick rosa pastel.

The Chosen Ones II : DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora