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(MEI)

Estaba ayudando a Leire a ponerse las alas de color negro. Cuando por fin lo conseguimos, Leire se dio la vuelta para que pudiese verla. Estaba guapísima. Había escogido vestirse de ángel oscuro para la fiesta de Halloween. Su disfraz consistía básicamente en un pantalón corto de color negro metálico, una camiseta negra y ajustada, unos tacones negros y las alas negras.

-¿Qué tal voy?-me preguntó.

-Vas muy guapa-le dije con una sonrisa-. ¿Y yo qué tal voy?

Yo había escogido ir de vidente. Mi disfraz era una falda con vuelos de color azul que me llegaba por la mitad del muslo, una camisa blanca con cuello de barca y suelta, una especie de corsé en la tripa de color lila y con cordones dorados y unas sandalias abiertas. Me había maquillado un poco, no demasiado. Me faltaba ponerme el pañuelo en la cabeza que iba a juego con el corsé, unos pendientes de aro dorados y brazaletes. Leire soltó un gritito de emoción.

-Estás preciosa-y me dio un abrazo.

Por la puerta del baño apareció Emma y Leire y yo nos quedamos con la boca abierta, iba vestida de vampiresa, pero iba muy provocativa. Leire se lo dijo y ella respondió con normalidad.

-Y a ti, Mei, ¿qué te parece?-me preguntó Emma.

-Mm...-no sabía qué decirle-Vas bien.

Cuando terminamos de cambiarnos, bajamos a la recepción para que Luke nos llevase a la discoteca de New Garamon. El viaje transcurrió en un silencio incómodo, algo había pasado entre Luke y Leire, pero no me atreví a preguntar. Cuando llegamos, la discoteca olía a alcohol, a humo y a sudor y estaba llena de gente. Me dirigí a la barra con Emma, ella pidió bebidas para Leire y para ella y yo me pedí una Coca-Cola. Alan estaba hablando con ella, pero no presté mucha atención. Me encontré buscando a Víctor, tenía curiosidad por saber de qué iba vestido. Emma se fue a bailar con Leire y yo me quedé sentada mientras seguía buscando.

-Mei-me giré cuando me llamaron, era Alan. Iba vestido de mercenario, le quedaba muy bien el disfraz.

-Hola Alan, ¿qué tal?-le saludé con una sonrisa.

-Bien. Oye, ¿a Emma le pasa algo?-me preguntó confundido.

-No, ¿por qué?

-Está rara-me dijo, parecía preocupado.

En ese momento me di cuenta de que era verdad, a Emma le pasaba algo. Se había comportado de una forma muy extraña desde que había vuelto de dormir en casa de Alan; para empezar ese disfraz que llevaba puesto, no iba con ella el vestirse así. Alan se despidió de mí y se fue. Yo seguí buscando a Víctor con la mirada. Le encontré en un lateral de la discoteca. Iba disfrazado también de mercenario, como todos los de su fraternidad. Su disfraz era prácticamente como el de Alan, una camiseta de tirantes negra y ajustada, unos pantalones de camuflaje, botas negras y un pañuelo azul atado a la cabeza. Estaba muy bueno. "Mei, ¿qué te pasa?" me dije. A mi mente vino todo lo sucedido el día anterior. Estuve toda la noche dándole vueltas, ¿por qué había venido Víctor a disculparse conmigo? Al final, esa mañana lo dejé pasar, porque si hubiese seguido pensando en ello se me habría frito el cerebro. Pero la duda volvió a mí. Decidí que si Víctor se acercaba a mí, se lo preguntaría. Perdí la noción del tiempo mientras estaba sumida en mis pensamientos hasta que Emma llegó a la barra y pidió dos chupitos. Pasó de mí y se fue directa a la pista de baile otra vez. Estaba rara, muy rara. Leire llegó a la barra.

-Emma está muy rara, no sé qué le pasa. Está dejando que todos los tíos la soben y de todo. No podía bailar más con ella-se la notaba molesta y sofocada.

Lo de Emma no era normal. ¿Por qué estaría haciendo eso? Algo le había pasado en casa de Alan, pero no me lo quería contar. Tenía que hablar con ella en cuanto tuviese un momento libre. Busqué a Emma entre el gentío y ahí estaba, dejándose sobar por uno de los amigos de Alan, Kevin, creo que se llamaba.

ThreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora