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(LEIRE)

Aquel no estaba siendo precisamente el mejor día de mi vida. Después de discutir con Luke, le tocó a mi padre darme algunas explicaciones sobre lo ocurrido con él. Por lo visto se habían encontrado en los jardines de los exteriores, a solas. Oportunidad perfecta para que mi padre se desquitara con él por intentar robarle a su hija. Lo que más le había molestado, y que había considerado como una traición, era el hecho de que yo hubiera estado recuperando la relación con mi madre gracias a Luke, por ello tenía aquellos golpes. En cambio, mi padre tenía algún que otro rasguño pero podría haber acabado mucho peor, sabía cómo se las gastaba Luke y los moratones que tenía mi padre en la cara eran solo unas suaves caricias.

-Es mi madre-dije con la voz temblorosa-. Sabes lo mal que lo he pasado por su ausencia y en vez de alegrarte al saber que por fin la tengo de vuelta, has...-me mordí el labio para contener la ira-. ¿No se supone que queremos la felicidad de las personas a las que amamos? ¿Por qué te molesta saber que mi felicidad estaba casi completa?-suspiré y le miré fríamente-. Déjame adivinar: porque, por una vez en la vida, no eras tú el centro de mi mundo, también lo eran Luke, Alan y mamá-cuando dije eso, vi en sus ojos que acababa de dar en el clavo-. Eres un egoísta.

"¿Yo soy igual que él?". Esa era la pregunta que había estado rondándome por la cabeza durante el trayecto a casa de mi hermano. No sabía si era igual que mi padre. Puede que sí pero yo jamás me molestaría por el hecho de que alguien a quien quiero estuviera a escasos pasos de completar su felicidad.

Se me olvidó que ya me había comportado como mi padre, hacía muy poco: cuando Luke y yo viajamos a Italia y vi que él era más feliz allí que en ninguna otra parte, y eso me molestó.

-Soy una mierda de persona-dije contra la almohada.

Me aseguré de que nadie pudiese oírme antes echarme a llorar.

Cuando desperté, las cosas no mejoraron, Alan me contó lo ocurrido con Emma y a mí me faltó tiempo para ponerme en marcha hacia la residencia. ¿Por qué desde que Luke se había marchado veía cómo mi mundo se destruía poco a poco?

Hasta el momento sólo había sentido dolor durante la noche, un dolor interno que se instalaba en mi pecho. Gracias a la ira que tenía ahora mismo podía aplacar el dolor y, en cierta manera, lo agradecía. Logré controlarme un par de días, pero a medida que pasaba el tiempo y veía a mi hermano más y más destrozado aquella ira hacia Emma iba creciendo. Al segundo día no me contuve más y fui a verla.

-Emma-dije abriendo la puerta de la habitación.

Mis dos amigas estaban en la habitación, cada una a lo suyo. Había debido de pronunciar el nombre de la rubia como un insulto porque ambas me miraron con los ojos como platos.

-¿Se puede saber qué coño te pasa?-pregunté, asqueada.

Me narró todo lo sucedido con Gonna con los ojos algo iluminados. Sentí como si alguien me apuñalara por la espalda. El perjudicado de toda aquella historia era mi hermano.

-¿Qué clase de nombre es "Gonna"?-pregunté, una vez terminó su relato-. No soy quién para meterme en tus asuntos amorosos-traté de controlarme-, pero sólo espero que, cuando te des cuenta de lo idiota que estás siendo, mi hermano ya no esté ahí para ti.

-Estás siendo un poco dura.

Emma inspiró profundo y en sus ojos pude ver lo confusa que estaba.

-Antes que tu amiga, soy su hermana-puse los ojos en blanco, irritada por la situación-. Además, él no es el que se ha encoñado de otra persona.

ThreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora