018

143 19 2
                                    

(EMMA)

Oh... Dios... Mío... ¡Alan y Leire eran hermanos! Yo seguía con la boca abierta sin saber que decir. Esto explicaba tantas cosas... y pensar que yo había organizado toda esta "venganza" porque pensaba que Alan estaba con Leire mientras tonteaba con... Madre mía que estúpida había sido. Tenía que disculparme con Alan por todo esto; pero, al mirarle a los ojos, casi no quedaba verde en ellos, tenía las pupilas dilatadas de la rabia y la ira y se le veía realmente enfadado, ¿tanto le importaba lo que había hecho?

–Alan, yo...

-¿Tú qué?- me cortó, su tono era tan frío, tan duro que me quedé sin aire. Esto no iba a acabar bien, nada bien–. No puedo mirarte ahora mismo, me das... me das...

-¿El qué, Alan? ¿Qué te doy?- la que comenzaba a cabrearse era yo.

-¡Me das asco, Emma!

Esas palabras se clavaron en mi pecho como dagas, era incapaz de moverme y de decir nada.

–Y no tienes ni idea de lo estúpido que me siento ahora mismo, ¿Cómo he podido pensar que eras diferente? Y pensar que te consideraba mi amiga... ¿pero sabes qué? Me alegra haber descubierto como eres en realidad antes de que esto fuera a más-continuó.

Me estaba matando, cada palabra era un golpe que se hacía más fuerte conforme iba hablando:

-¿Tienes idea de lo difícil que ha sido conseguir acercarme a ti? No he parado de intentarlo desde que te conocí y tú vas y en una noche te enrollas con media discoteca como si nada, ¿tienes idea de lo frustrante que es? ¿Qué ha sido de la Emma que fulminaba con la mirada a cualquier chico que se le acercara, esa Emma que merecía la pena, esa Emma por la que me he dejado la piel en conocer estos dos meses?

No sé en qué momento las lágrimas habían comenzado a brotarme de los ojos. Jamás me había mirado de esa manera, parecía dolido, enfadado y decepcionado... todo por mi culpa. Pero lo que dijo a continuación me terminó de matar por completo:

-Me arrepiento... me arrepiento de todo... de haberte dejado dormir en mi piso, en mi cama, de haberme puesto en contra de mi hermana por ti, para apoyarte, me arrepiento de haberme estado arrastrando por alguien que merece tan poco la pena y me arrepiento de haberte conocido- la presión que sentía en el pecho me ahogaba, tenía que salir de ahí, no podía aguantarlo más.

-Bien, pues no te preocupes a partir de ahora será como si nunca hubiera existido, te lo prometo- no espere a ver su reacción.

Salí a empujones de aquel local, no quería llorar, pero no podía parar. Algo se había roto dentro de mí y no estaba segura de que pudiera arreglarse. Salí del local. Hacía rato que había anochecido y refrescaba, pero yo no sentía frio, de hecho no sentía nada. Las lágrimas me nublaban la vista y solo veía borrones. Todo ocurrió muy rápido y se veía confuso, estaba cruzando la calle, solo oí a Leire gritar mi nombre alarmada. Me giré para mirarla, lo único que vi fueron dos intensas luces blancas y luego... luego solo había silencio y oscuridad.

No conseguía abrir los ojos. De vez en cuando, conseguía entrecerrar un poco los ojos, pero solo veía borrones, luces y ¿mascarillas?... También oía voces que me sonaban totalmente desconocidas. No conseguía entender nada de ellas. También reconocía un pitido intermitente como de una de esas máquinas de hosp... madre mía ¿estaba en un hospital? ¿Qué había pasado? Lo último que recordaba era yo discutiendo con Alan, salir fuera y luego... Dios, me habían atropellado. Un dolor abrasador surgía desde mi costado izquierdo y se extendía por todo el cuerpo... era insoportable, quería gritar, pero de mi garganta no salía nada. Era incapaz de moverme. Ni siquiera podía mantener más de dos segundos los ojos medio abiertos. No podía aguantar más el dolor... de nuevo, se hizo la total oscuridad.

ThreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora