(EMMA)
Ya había pasado casi una semana desde que decidí seguir el consejo de Mei y conocer a fondo a Gonna. Aunque seguía desesperada por recuperar mi vida con Alan, no me arrepentía de haberle dado una oportunidad a Gonna. No como pareja, al menos por el momento, simplemente como amigo.
Era una persona realmente alegre, llena de vida y de motivación. En sus ojos se distinguía una clara chispa de ingenuidad y vitalidad, como una explosión de muchas cosas juntas. Seguirle el ritmo habría tenido que ser duro para su madre, y más cuando su padre murió. En aquella época él tenía doce años, el auge de la vida de un niño en el que pasa a ser adolescente.
También me había contado la difícil infancia que tuvo en el colegio debido a su Déficit de Atención y cómo su mente se centraba al cien por cien solo cuando volaba; cuando sus manos se aferraban a los mandos de la avioneta de su tío, con la que aprendió y perfeccionó su vuelo al margen de las clases, y surcaba el cielo, esquivando las nubes.
-Solo entonces pienso con toda la claridad posible. Todo se simplifica y se vuelve más sencillo. Es como ver las cosas desde otra perspectiva. Si estás a ras del suelo, las olas de dos metros parecen tsunamis que te dejan sin escapatoria ni opciones posibles, pero si te vas un poco más alto- bajó la voz, inclinándose sobre la mesa, mientras ambos mirábamos su mano extendida, que se elevaba unos centímetros sobre la mesa-; entonces la cosa cambia, ves que aquello que te atormentaba no es más que... una pequeña onda en un mar de posibilidades y aciertos...- estaba tan concentrado en lo que decía, se le veía tan sereno, que me quedé atrapada en su visión y en su voz.
Me fascinaba la pasión con la que hablaban ciertas personas de ciertos temas y Gonna era la pasión personificada.
Llevábamos por lo menos hora y media en aquella pequeña cafetería que se había convertido en nuestro punto de encuentro durante la pasada semana. Sencilla, acogedora y con el mejor Chai Latte del mundo. Al ver que le estaba mirando, volvió a la realidad y me sonrió de medio lado. Siempre hacía eso cuando me pillaba mirando, como si eso fuera lo más cercano a sonrojarse que podía expresar. Pese a toda la intensa semana que llevábamos conociéndonos, aún no tenía nada claro, lo cual me frustraba a niveles épicos. Cuanto más le conocía, mas lío me hacía.
Le había contado mi problema al segundo día de vernos, ya que le parecía raro que hubiera pasado de ignorarle a quedar con el dos veces seguidas y a la desesperada. Pero, lejos de tomarlo como una utilización, lo vio como una oportunidad para conquistarme.
Sonrió. "Imbécil".
-Deja de tirarme los trastos, Emma, me estás devorando con la mirada- bromeó.
Me reí y le doy un golpecito. Recordé mi problema y suspiré, mirando la taza.
-Hey, ¿qué pasa, Emm?- me preguntó preocupado.
Era tan atento, adorable...
-Esto no va a acabar nunca, no voy a desenredar este caos de emociones y sentimientos en mi vida. Y no puedo evitar sentir que se me acaba el tiempo, que te estoy utilizando y que en algún momento Alan puede encontrar a alguien... Incluso tú. No puedo seguir con estas dudas eternamente. Pero no quiero perderos a ninguno y...- Gonna frunció los labios, pensativo-. ¿Qué ocurre?- le pregunté-. ¿No te estarás dando cuenta de lo mala persona que soy y que no te compensa tenerme como amiga?- añadí nerviosa.
Él se rio.
-Tonta- bromeó, sonriendo-. No quiero que pienses mal de mí, pero creo que sé cómo puedo ayudarte de una vez por todas- soltó.
Me incorporé de la silla y exclamé ansiosa:
-¡¿Cómo?!
Torció la boca, estaba incómodo o tenía miedo, ¿de mi reacción? Aguarda en silencio, repasando lo que va a decir...
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Three
Teen FictionEl amor es como una droga. Al principio viene la sensación de euforia, de entrega total. Luego, al día siguiente, quieres más. Todavía no te has enganchado, pero te gustaba la sensación y piensas que puedes mantenerla bajo control. Piensas en el ser...