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(LEIRE)

-Mei, sé que nos hemos distanciado, pero sabes que estoy aquí- me tragué las lágrimas- para ti.

Terminé la conversación como pude. Me dijo que tenía que estudiar y que prefería no ver a nadie hasta terminar de aclararse, pero que me quería un montón y que me llamaría pronto.

Me puse la toalla alrededor del cuello y cerré los ojos. Intenté recordar cuando todo comenzó a irse a pique. Había perdido a Luke y, a pesar de haber estado con ellas el día anterior y haber solucionado todo con Emma, tenía la sensación de haberme distanciado de mis amigas.

Llamé a Emma una última vez y, como las anteriores ocho veces, no hubo respuesta.

Mei había discutido con Víctor de una manera espantosa, Alan estaba haciendo sufrir a su hígado en algún bar y Emma estaba totalmente desaparecida. Me sentía impotente por no poder sacar a nadie del agujero, pero es que yo también estaba en él y, al igual que ellos, tampoco veía la luz. No sabía ni por dónde empezar a reconstruirlo todo. En aquel momento solo intentaba mantener intacto lo que aún no se había dañado... del todo.

-¿Te ha cogido alguna el teléfono?- Milo se sentó a mi lado y me colocó al lado un batido Detox de color verde.

-Sí, Mei- cojo el batido y compruebo que tiene jengibre-. Ayer estuve con ella y me contó que había tenido un problema muy grande con su novio. Ya no están juntos y estaba destrozada- me entristecí.

-¿Igual que tu hermano y la rubia?- levantó una ceja y suavizó su rostro

-Sí- me costaba asimilarlo-, todo se ha roto- sonreí amargamente y di un trago al batido.

-Puede que tenga arreglo.

-Espero- suspiré.

Realmente esperé que eso fuera así y que por lo menos ellos lograsen encontrar el camino de vuelta. Mi "camino de vuelta" estaba en llamas; Luke se estaba encargando de ello, rociándolo cada vez más con gasolina.

Nuestra habitación de la residencia estaba abandonada, aunque seguía habiendo cosas. Pero hacía mucho que no hacíamos vida allí. Me puse la chaqueta e intenté no recordar demasiado qué solíamos hacer mis amigas y yo en cada rincón de la habitación. Las echaba de menos.

Había decidido pasar por allí por si veía a Emma, pero no tuve suerte. Decidí ducharme y quitarme el sudor que tenía por haberme pasado casi toda la mañana en el gimnasio con Milo.

Me fijé que en la cama de Mei había un sobre. En ese momento pisé algo que crujió. Otro sobre, con mi nombre escrito. Distinguí la letra de Emma. Abrí el sobre y saqué la carta:

"No sé ni por dónde empezar... Bueno, supongo que a ti, chica irritante, te lo voy a soltar de golpe... Me marcho, me marcho lejos de España."

Me senté en su cama e intenté que las lágrimas no me nublasen del todo la vista. Me dolía leer. Se había marchado. Se había marchado sin decir absolutamente nada.

"Espero que no te enfades mucho porque me haya ido sin despedirme, pero, no puedo seguir aquí. Siento que todo se ha acabado por el momento y necesito un cambio de aires (...)

Y por todo lo vivido. También quería darte las gracias, Leire. Nunca pensé que podrías llegar a ser mi hermana insoportable.

Por favor, cuida de Alan, cuida de él.

Pd: esto es sólo un hasta luego. Love u, Emma".

Ella había salido de la habitación. Ella se había sentido sola en la habitación. Ella no había tenido ningún apoyo. Seguro que esperaba que alguna de las dos volviésemos, pero ninguna lo hizo y ahora la que se había marchado había sido ella.

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2018 ⏰

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