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(LEIRE)

Pasar tiempo con Emma en el hospital era divertido cuando hablábamos y nos reíamos, pero, a su vez, era agotador porque estaba muriéndome de sueño y no había un sitio decente en el que dormir. Alan interrumpió nuestra reunión de chicas, en la habitación de Emma, y accedimos a dejarlo a solas con ella.

-Yo que tú, me le declaraba con una canción romántica- le susurré al oído antes de salir de la habitación.

A Alan se le puso la piel de gallina. Me reí en mis adentros. Mei me seguía, muy callada; normal, otra víctima del cansancio.

-¿Te llevo a la residencia?-le pregunté.

-Sí, por favor, ¿tú no vienes?

-No, quiero ir a mi casa, lo necesito- dije pasándome una mano por el pelo.

Cuando llegamos al coche, Luke saludó a Mei.

-¿Cómo está Emma?-preguntó.

-¡No se lo digas, Mei! Que pase él y la vea-le piqué.

Mei se puso colorada, sin embargo, no dijo nada. Luke enarcó una ceja.

-Me caes mal-me soltó.

No pude evitar reírme, pues utilizó un tono que le hacía parecer un niño de cinco años.

-Date prisa en quitar los papeles del asiento de atrás, tenemos que llevar a Mei a la residencia-le ordené.

Luke me hizo caso y empezó a mover papeles al maletero. Unos minutos después, estábamos ya de camino al campus. Me encontraba en una posición muy cómoda. No pude evitar que mis ojos se fueran cerrando. De fondo escuchaba las voces de Mei y Luke, en cambio, para mí, eran como una canción para dormir. Un rato más tarde, escuché a Mei despedirse y bajar del coche. Quería decirle adiós, pero estaba demasiado cansada y pronto volví a dormirme. No sé cuánto tiempo pasó hasta que noté cómo unos brazos me levantaban del asiento. Ni me molesté en abrir los ojos, pues me resultaban familiares. Enterré la cara en el cuello de la persona que me llevaba en brazos y aspiré ese aroma aún más familiar; eso solo ayudó a que me entrara más sueño.

-¡Leire!- escuché la voz de Nana un poco distorsionada.

-Shh, mamá, está muy cansada.

Luke. Esa era la voz de Luke, ¿cómo no había caído antes? Esos brazos, ese aroma y ese calor corporal. Quise encontrar las fuerzas para abrir los ojos, pero los párpados me pesaban muchísimo. Sentí el cuerpo de Luke otra vez en movimiento. Luego, escuché como se abría una puerta y caí en un sueño profundo.

-¡Emma!

Grité su nombre. No se giraba y, antes de que pudiese darse cuenta, el coche pasó por encima de ella. Esa vez, cuando fui a tomarle el pulso, no lo noté, su corazón se había parado. Volví a mirar a la cara de mi amiga, pero el rostro había cambiado, no era la cara de Emma la que estaba viendo. Era la de Luke.

Me levanté y aparté las sabanas que me cubrían de una manera violenta.

-Ha sido un sueño, solo un sueño- murmuré para mí misma.

Tragué saliva y analicé dónde estaba, mi habitación. ¿Cómo había llegado allí? Suspiré y me levanté de la cama. Me miré en el espejo y vi que tenía la cara llena de lágrimas.

-Maldito sueño-maldije.

Me di una ducha y me puse ropa cómoda. "Menos mal que había dejado ropa aquí" me felicité, era lo bueno de tener ropa a montones. Nunca me ponía ropa cómoda, pero lo necesitaba, mi cuerpo estaba dolorido de las sillas del hospital. Me puse unas mallas ajustadas y una sudadera rosa. Analicé mi aspecto en el espejo, así solo me podía ver Nana. Me peiné el pelo y lo dejé suelto, me eché algo de perfume y me puse unos calcetines calentitos. "Joder, así es como va Emma todo el día por la habitación, esa guiri y yo nos parecemos más de lo que deberíamos" reí para mí. Por último, agarré mi móvil y lo eché en uno de los bolsillos de la sudadera. Bajé las escaleras. Necesitaba comida, comida de Nana.

ThreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora