3. Can You Hear Me Calling? *En Español* (Tokio Hotel/Tom Kaulitz Fanfiction)

Capítulo Siete. Lo Que Queda Somos Tu y Yo.

El video de la canción me causa mucha risa, yo solo digo...

¡Espero que les guste el capítulo!

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Tom estaba en el baño mientras me ponía crema en el estómago y las piernas; era extraño como después de dos embarazos mi cuerpo se había dado por vencido en quedarse delgado solo porque sí, ahora necesitaba un incentivo: una dieta balanceada y ejercicio – lo odiaba –. Además estaba paranoica con las estrías y ahora me ponía crema en todo el cuerpo cada noche.

Me cerré la bata por la cintura con un nudo cuando él salió del baño y me di la vuelta para entrar, él puso su brazo frente a mí y negó con la cabeza, murmurando un "no, no".

- No entres aún. – Lo escuché y sus ojos miraron hacia el techo por unos segundos antes de que entendiera y formara una "O" con los labios. Asentí y fui al baño en el pasillo.

- Gracias, - dije cuando volví la habitación - ¿sabes? Es en momentos como este en que me doy cuenta de cuánto me amas. – Sonrió y señaló hacia la puerta para que la cerrara.

- Qué es estúpidamente mucho. – Volteé hacia él y di solo un paso. - ¡Pon el seguro, ciérrala bien!

Volví hacia la puerta y la cerré "bien" antes de sentarme frente a Tom en la cama, donde él ya estaba recargando la espalda contra la cabecera.

- No creo que deba meterme en esto... pero Bill me ha enviado como diez mensajes de texto después del almuerzo... ¿qué paso? – Tom me preguntó. Suspiré.

- De verdad que no quieres meterte en esto. – Le dije y me levanté; él cogió mi mano y me hizo dar la vuelta. Las cosas con Bill siempre habían distintas a cómo eran con cualquier otra persona, no nos precipitábamos a pelear o a hablar, después de un tiempo simplemente nos dábamos cuenta de lo que había pasado y prometíamos que no volvería a pasar... y no lo hacía.

Tom deshizo el nudo de mi bata y me dio una mirada suplicante.

- ¿Por qué arruinas mi humor así? – Me quejé y di un paso hacia atrás y lejos de sus manos. Alcé la mirada hacia el techo. – No me contó nada acerca de Mark... ¡Y tú también sabías de él! – Me volví a voltear hacia él con las manos sobre la cadera y lo vi examinándome con la boca abierta, lamiéndose los labios de manera ausente.

- ¡Tom! – Ni siquiera disimuló, sus ojos simplemente se alzaron a mi rostro. - ¿Me estás escuchando?

- Sí, pero tenías razón, es entre ustedes y... - Señaló con el dedo hacia mí. – Eso es asunto mío. – Puse los ojos en blanco y negué con la cabeza.

- ¿Estás desnudo allá abajo? – Lo miré; encogió los hombros y se estiró para tocarme. - ¡Te estoy hablando! – Le dediqué una pequeña sonrisa; él me ignoró y me jaló hacia su regazo.

- De acuerdo, sigue hablando. – Dijo una vez que me senté sobre él. – Pero vamos a sacarte las panties mientras lo haces, ¿vale? – Parpadeé y cogí sus manos cuando intentó llegar al borde de mi ropa interior. - ¿Por qué? – Cerró los ojos y dejó caer la cabeza hacia atrás sobre la cabecera por un segundo.

- No estoy molesta con Bill. – Tom suspiró profundamente y vi su manzana de Adán subir y bajar. En algún punto esa tarde se había recogido la mitad del cabello en un chongo, dejando la mitad de abajo suelta. Me gustaba como se veía pero nunca le había dicho que me gustaba su cabello largo, aunque siempre lo había llevado así. – No estoy molesta contigo. Pero me siento herida... ¡no me dijo nada de Mark!