3. Can You Hear Me Calling? *En Español* (Tokio Hotel/Tom Kaulitz Fanfiction)

Capítulo Diecisiete. Este verano.

Tuve muchos problemas para terminar éste capítulo, tengo un capítulo fantasma que me hizo un desorden terrible en los documentos en español y en inglés y... en fin, aquí está el capítulo de la semana. 

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Tom le leyó a Günther; mientras tanto, puse a Lena en su cuna y la vi jugar con su osito de peluche durante unos segundos antes de que se le escapara un bostezo y me dejara cubrirla con su mantita favorita, se quedó dormida con bastante rapidez y cuando lo hizo me volví hacia Lily.

Mi hermana ya se había metido en la cama, ella lo hizo por su cuenta, pero estaba observando el techo, la única luz en la habitación provenía de la mesita de noche y fui a sentarme a su lado en la cama para saber qué era lo que estaba pasando adentro de su cabecita.

- Oye, tú.- Le dije al apartar un mechón de cabello de su cara.

- Hey.- Dijo en voz baja.

- ¿Estás cansada?- Le pregunté y ella asintió. Había estado jugando al fútbol con Günther toda la tarde. - ¡Pero estás despierta! - Alcé las mantas hasta su barbilla y ella sonrió, volviendo la cara para mirarme de frente.

- ¿Por qué Maura es tu madre, pero no la mía?- Ella susurró.

Respiré profundamente y la peiné con la mano.

- Pensé que eso ya lo sabías. – Dije y ella volvió a asentir.

- Es que estoy... no lo entiendo. – Admitió y ésta vez yo asentí.

Le conté como era, haciendo mi mejor esfuerzo para mantenerme calmada y no hacerlo parecer como que papá o mamá habían estado mal en decidir divorciarse. Ella apenas tenía diez años; no esperaba que ella entendiera del todo el modo en que se habían dado las cosas con mis padres, así que solo le dije que nuestro papá había estado casado con mi mamá primero, y que ellos dos me habían tenido antes de separarse, y papá conoció a su mamá después y las tuvo a ella y a Jazz. Ella pudo entender eso, era una explicación muy simple que dejaba a un lado todos los horribles detalles y parecía darle un sentido de tranquilidad, suspiró y me vio a los ojos.

- Desearía que Maura fuera mi mamá. – Me confesó en un susurro. Le sonreí como respuesta.

- Lo es, Lily, ella es quien te ha cuidado... te quiere... créeme: ella es tu mamá. Puedes llamarla "mamá". – Lily hice un puchero.

- No, Ulrike es mi mamá. – Sentenció. – Maura es la tuya.

Negué con la cabeza.

- Las dos se ganaron el título, por cosas diferentes, sí... pero lo tienen ganado. – Le expliqué. – Además... las dos sabemos que se vuelve loca sin ti.

La niña sonrió y se le escaparon unas risitas al pensar en ello.

- ¡Sí, seguro! – Asentí. – Buenas noches, Jo.

- Buenas noches, Lily.

Me aseguré de que Lily estaba bien arropada y le planté un beso en la mejilla antes de dejar a las niñas y cerrar la puerta de su habitación detrás de mí.

No me pude resistir y caminé de puntitas hasta la habitación de Günther; él estaba dormido con su osito de felpa a su lado. Se veía tan tranquilo como siempre, dulce y pequeño. Caminé por su habitación haciendo el trabajo que Tom nunca hacía bien: recoger los juguetes de Günther. Puse un par de carritos de juguete en uno de los estantes más bajos del lado opuesto de la habitación. Sonreí al sentarme al lado de Gün, acomodando las cobijas un poco más arriba, solo lo suficiente para que al estar cerca de su nariz pudiera oler el aroma de las recién lavadas mantas del oso Pooh; él no se movió en lo absoluto así que me incliné y le besé la frente tan suavemente como pude antes levantarme y dejar la habitación en silencio.