3. Can You Hear Me Calling? *En Español* (Tokio Hotel/Tom Kaulitz Fanfiction)

Capítulo Treinta y Seis. Enamorarme de Ti Cada noche.

No logré agregar el vídeo de la canción arriba, así que... 

Creo que voy a hacer un playlist de ésta historia, tal vez sería más fácil para todos... No sé. Piénsenlo. 

Y perdónenme por no subir antes, no me he sentido muy bien últimamente y he intentado seguirme la corriente a mí misma pero la verdad es que... ay, no sé... algo no está funcionando. 

Aun así espero que les guste éste capítulo, seguiré intentando subir capítulos diario, pero no prometo nada. Lena bebé en la foto. 

No revisé la traducción, saben que vivo al límite. 

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Me sorprendí cuando el auto se detuvo y entramos en una gran casa de playa. Tom sacó a Günther del auto y lo llevó, ya que no la estaba pasando bien esa mañana – al menos no tan temprano –.

Mientras que el frente lucía como el de una Antigua casa italiana; adentro la decoración y los muebles eran nuevos, las paredes blancas creaban un contraste con los muebles. Había sofás coloridos en la sala, dándole al lugar un estilo rústico. Una cocina moderna y un comedor con toques negros y algunos tonos de color púrpura. Todos caminamos alrededor de la casa con la mujer que hacía la limpieza.

Me alegré de no tener que llevar a Günther porque estaba pesado, pero me pregunté dónde pondríamos a Lena; la casa tenía cuatro habitaciones y no estaba segura de qué habitación o habitaciones iban a ocupar Bill y Angie.

- Y aquí afuera, - la mujer de piel dorada con el cabello oscuro recogido en una coleta nos dijo, - está uno de los balcones, pueden tomar el sol aquí si no desean bajar a la playa. La piscina no es muy profunda. – Miró a los niños con una sonrisa en el rostro. – También hay, - se dirigió a Bill y Angie, que estaban observando la playa debajo de nosotros, - una piscina techada... es un poco más privada.

Tom y yo nos miramos el uno al otro con la misma expresión: ojos entornados y el ceño un tanto fruncido. Eché la cabeza hacia un lado y encogí los hombros. Así que por estar casado, estábamos condenados a la falta de privacidad y por consiguiente siempre estaríamos con los niños, ¡qué mentira! No planeaba en acostarme con Tom, no hasta que pudiera recordar lo que lo hacía sentirse tan culpable; pero me sentí vieja y aburrida.

Seguimos a la mujer por las escaleras hacia otra salita y abrió unas puertas verdes y nos mostró un segundo balcón, en éste había una mesa y unos muebles de jardín. Interrumpí a la mujer cuando dijo que nos enseñaría el resto de la casa.

- Perdón, ¿nos puede mostrar las habitaciones? Estos dos necesitan dormir... - Le sonreí lo más amablemente que pude.

La castaña asintió y la seguimos.

- ¿Los dejaran en una habitación juntos? – Angie me preguntó mientras Bill le hablaba a Tom acerca de lo cerca que estábamos de la playa.

- No lo sé, creo que sí. – Dije. - ¿Vas a compartir con Bill? – Angie se ruborizó y agachó la cabeza.

Alcé las cejas y ella puso los ojos en blanco. Nos detuvimos ante un par de habitaciones, las otras dos estaban en pisos distintos así que con un vistazo a Tom decidimos que dejaríamos a Günther y Lena en la habitación más pequeña de esas dos.

Las paredes eran de color morado y la única cama en la habitación, aunque un poco grande para Günther, se veía suficientemente cómoda. Tom lo dejó en la cama y no se movió ni un poco, lo que tomamos como una buena señal. Lo vi ir por las maletas para poner la improvisada cuna de Lena en su sitio, Bill lo siguió y Angie se quedó conmigo afuera de la habitación con Nicola, la mujer castaña.