Aparecieron en Londres de nuevo, ocupaban llegar a la estación subterránea más cercana. Trataban de no llamar la atención pero todos se miraban paranoicos, ya no confiaban en muchas personas, basta decir que hasta de ellos mismos han dudado.
Gwen iba enfrente del grupo y a su lado estaba Louis, se habían dividido en filas de dos. La pelirroja iba al mando y al final iban James y Rose. Giraron a la derecha y bajaron las escaleras en la estación Waterloo and City Line (1), era una estación muy profunda y sin que nadie más supiera, contaba con un acceso para "personal registrado", en pocas palabras, aquellos que puedan con lo que se encuentren.
-¿Cómo sabes a dónde tenemos que ir Rose?- pregunta Lorcan.
-Porque Dominique nació ahí, igual que la mayoría de nosotros. Se refería al destino de quien buscamos- responde la Weasley.
-Sigo sin entender por qué estamos aquí- sigue Fred.
-¡Por Merlín! Fred usa un poco la cabeza- exclama Kate.
-Créeme Katy-Cat uso mucho mi cabeza- responde el pelirrojo.
-¡No seas asqueroso Weasley!- chilla la castaña.
-Ya cásense- dijo Lyssander en broma, pero lo único que gano fue un golpe por parte de ambos- Malditos- dijo por lo bajo.
Caminaron hasta la puerta, la cual estaba cubierta con una especie de hechizo antiguo. Habían acordado en que Louis resolviera el acertijo, pero el rubio estaba muy alterado para pensar con claridad. Lyssander se acercó y giro la perilla, se abrió pero en vez de llegar a un lugar, era una habitación oscura y pequeña, con un espejo en la pared, de ella salían estas palabras.
Entregadme la prueba de vuestro dolor.
No sabían que significaba, trataron de romper el espejo, pero era protegido por un hechizo desconocido. No podían pensar con claridad y ya se estaban desesperando. Louis el cual ni siquiera había leído lo escrito, empieza a llorar, y no de miedo, de coraje, ellos seguían ahí y Dominique seguía sufriendo. Cuando las lágrimas del rubio cayeron al suelo, se limpio el espejo y se alargo el pasillo. A la mitad del camino, encontraron una nota en una puerta.
Entregadme el fruto de vuestros esfuerzos.
Si las lágrimas de Louis funcionaron, pensaron que con el sudor que llevaban en la frente podía ser suficiente, pero no fue así. Tardaron más en ese acertijo. ¿Esfuerzos?
-Vamos chicos, no hay que darnos por vencidos- dice Brooklyn- Debe de haber una pista por aquí.
La ginger se acerca a la puerta- la cual se miraba muy vieja y de madera astillada- y al momento de colocar su mano junto con la madera, una astilla de gran tamaño se queda atorada en su palma. Retira su mano de ahí con una mueca de dolor, saca el pedazo de madera de manera lenta, pero ya había penetrado de manera profunda. Unas gotas de sangre salían del pequeño hueco que le dejo esa astilla, cuando la gota de sangre choco con el piso, la puerta se abrió. Caminaron por ahí, ahora se miraba un pasillo iluminado, en donde estaba escrito en el piso.
Entregadme el tesoro de vuestro pasado.
Ahora si estaban más confundidos, ¿cómo les darían algo de su pasado? Lorcan se quito un viejo artefacto que le dio su abuelo, pero no sucedió nada. Rose puso su primer libro, el cual siempre cargaba con ella, pero tampoco funcionó.
Los minutos pasaban y cada vez estaban más desesperados. Hasta que James, el cual se había mantenido al margen, se acerco. Respiró profundamente y llevo su varita a su sien. De ahí, removió varios de los recuerdos que tenía con otras chicas, ya no le servían. Él ahora se concentraba en una sola chica.
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La Maldición Potter |En Edición|
FanfictionJames Sirius Potter sabía sobre la supuesta maldición de su familia, mejor conocida como la maldición Potter: Pelo azabache e indomable, ojos de la madre y ceguera extrema (está regla la incumple Albus, el tiene los ojos verdes de su padre y su cegu...