Selección de Casas.

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Llegaron apenas y oscureció mientras que Gwen y Kate bajaban juntas atrás de una pelinegra con ojos achinados mientras que los primos se reunían con un rubio de ojos azules y algunas pecas alrededor de su cara.

-¿Tu eres Gwendoline?- pregunta un pelirroja, aunque con el cabello más naranja que rojo. La oji-azul asiente tímidamente- Hola soy Dominique Weasley- saluda con una sonrisa- 

-Gwendoline Cameron, pero me puedes decir Gwen- la ginger al igual que la castaña, tiene cierta chispa que te da confianza.

Kate, Dominique y Gwen caminaron juntas hasta que la Weasley se separo, puesto que ella era un año mayor que la nuevas amigas. Mientras tanto, las de primer año se dirigieron con Hagrid quien los llevo a bote.

-¡Hey Lorcan, Lysander!- grita el azabache llamando la atención de los gemelos rubios- ¿Quieren conocer al calamar gigante?

Los rubios sonríen  y asienten mientras que el azabache se avienta al Lago Negro, el semi-gigante al ir al frente de los botes, no pudo ver lo que Potter estaba haciendo. Pasaron unos segundos y el azabache no salía, los gemelos y Fred se empezaron a preocupar pero al momento en el que vieron una mano agarrándose del bote supieron que todo estaba bien.

Dos botes más atrás, se encontraba Gwen junto con Kate, Louis y un chico de cabello negro y piel blanca llamdo Frank. Desde el momento que se subieron a los botes, no han podido dejar de admirar el paisaje y los verdes campos de Hogwarts; hasta que unos cuantos aplausos, parte de un bote con puros chicos, empieza a llamar la atención. James Potter sube al bote todo empapado de agua con una sonrisa en la cara.

El resto del viaje sigue normal hasta que se bajan de los botes, Hagrid entrega a todos los de primer año al preofesor Longbottom, quien al ver a Frank le da una mirada de seriedad.

-Bienvenidos a Hogwarts- dice el profesor Longbottom con una sonrisa gentil- El banquete de comienzo de año se realizara dentro de poco, pero antes de que ocupen sus lugares en el Gran Comedor deberán de ser seleccionados para una casa. Las casas serán como su familia, porque con el resto de sus compañeros que la integren deberán compartir todas sus clases, dormitorios y tiempo libre en la Sala Común. Las cuatro casas son Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Mientras estén en Hogwarts, sus triunfos conseguirán que ganen puntos y cualquier infracción de las reglas podría llevarlos a perderlos. Cuando el año finalice, la casa que obtenga más puntos será premiada con la Copa de las Casas.

Al terminar su discurso todos los de primer año entran al comedor donde el Sombrero Sleccionador cantaba su muy usual canción:

Cuando Hogwarts comenzaba su andadura
y yo no tenía ni una sola arruga,
los fundadores del colegio creían
que jamás se separarían.
Todos tenían el mismo objetivo,
un solo deseo compartían:
crear el mejor colegio mágico del mundo
y transmitir su saber a sus alumnos.
"¡Juntos lo levantaremos y allí enseñaremos!",
decidieron los cuatro amigos
sin pensar que su unión pudiera fracasar.
Porque ¿dónde podía encontrarse
a dos amigos como Slytherin y Gryffindor?
Sólo otra pareja, Hufflepuff y Ravenclaw,
a ellos podía compararse.
¿Cómo fue que todo acabó mal?
¿Cómo pudieron arruinarse
tan buenas amistades?
Veréis, yo estaba allí y puedo contaros
toda la triste y lamentable historia.
Dijo Slytherin: "Sólo enseñaremos a aquellos
que tengan pura ascendencia."
Dijo Ravenclaw: "Sólo enseñaremos a aquellos
de probada inteligencia."
Dijo Gryffindor: "Sólo enseñaremos a aquellos
que hayan logrado hazañas."
Dijo Hufflepuff: "Yo les enseñaré a todos,
y trataré a todos por igual."
Cada uno de los cuatro fundadores
acogía en su casa a los que quería.
Slytherin solo aceptaba
a los magos de sangre limpia
y gran astucia, como él,
mientras que Ravenclaw sólo enseñaba
a los de mente muy despierta. Los más valientes y audaces
tenían como maestro al temerario Gryffindor.
La buena de Hufflepuff se quedó con el resto
y todo su saber les transmitía.
De este modo las casas y sus fundadores
mantuvieron su firme y sincera amistad.
Y Hogwarts funcionó en armonía
durante largos años de felicidad,
hasta que surgió entre nosotros la discordia,
que de nuestros miedos y errores se nutría.
Las casas, que, como cuatro pilares,
había sostenido nuestra escuela
se pelearon entre ellas
y, divididas, todas querían dominar.
Entonces parecía que el colegio
mucho no podía aguantar,
pues siempre había duelos
y peleas entre amigos.
Hasta que por fin una mañana
el viejo Slytherin partió,
y aunque las peleas cesaron,
el colegio muy triste se quedó.
Y nunca desde que los cuatro fundadores
quedaron reducidos a tres
volvieron a estar unidas las casas
como pensaban estarlo siempre.
Y todos los años el Sombrero Seleccionador se presenta,
y todos sabéis para qué:
yo os pongo a cada uno en una casa
porque esa es mi misión,
pero este año iré más lejos,
escuchad atentamente mi canción:
aunque estoy condenado a separaros
creo que con eso cometemos un error.
Aunque debo cumplir mi deber
y cada año tengo que dividiros,
sigo pensando que así no lograremos
eliminar el miedo que tenemos.
Yo conozco los peligros, leo las señales,
las lecciones que la historia nos enseña,
y os digo que nuestro Hogwarts está amenazado
por malignas fuerzas externas,
y que si unidos no permanecemos
por dentro nos desmoronaremos.
Ya os lo he dicho, ya estáis prevenidos.
Que comience la Selección.

-Abbertoh Angela- Hufflepuff.

Así siguieron unas cincos personas más y Gwen parecía estar en su propio mundo. ¿Qué pasaría si no la aceptaban en ninguna casa? ¿Tendría que volver a casa y ser humillada por sus hermanas?

-Cameron Gwendoline- dice el profesor Longbottom; la directora McGonagall se sorprende por el nombre, puesto que la tatarabuela de la pelirroja fue una vieja amiga de la familia de su madre.

La pelirroja camina lentamente tratando de no tropezarse, sería el colmo. Sentía la mirada de todos encima de ella.

-Vaya, llevaba años esperándote, tienes un don que aún no descubres, si, eres idéntica a ella y no solo me refiero a tu tatarabuela, no, eres igual a una pelirroja de hace años. Decisión difícil. Podrías ser Raenclaw tu erucdición es impresionante o una Slytherin como tu antepasada y ella no es la única Slytherin en tu familia, al parecer tienen sangre mágica desde hace más tiempo.

Al parecer el Sombrero Seleccionador le gustaba tomar decisiones difíciles ya que aparentaba tomar más tiempo.

-...Pero miro algo más impresionante en ti, tu valentía, sabes defender a los que te importan, sí ya tome mi decisión. ¡GRYFFINDOR!


La pelirroja baja del banquito y se dirige a la mesa escarlata con dorado, en donde Teddy la espera con una sonrisa junto con la ginger la cual la saluda y empiezan una plática que duró el resto de la ceremonia; para cuando se dió cuenta, los prefectos los dirigían a la Sala Común.

-Recuerden, la contraseña cambia cada semana- dice el prefecto- Quid agis. 

La Sala Común era realmente increíble, adornada de los colores de Gryffindor y con todos los alumnos riendo o leyendo o haciendo cualquier otra actividad. Sin duda, Gwendoline pensaba que ser bruja es lo mejor que le ha pasado.

Por otro lado de la Sala Común, dos primos estaban reunidos contándole a Dominique sobre como James se había enamorado de Gwendoline y James le decía como todo aquello era mentira; pero ninguno de los presentes se imaginaría que ese par, James y Gwen, les traerían dolor de cabeza y unas ganas horribles de querer huir. 

La Maldición Potter |En Edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora