La Maldición Potter |En Edición|

Los intrusos en el castillo

Habían pasado dos días y Dominique aún no despertaba, la fiebre le había bajado un poco pero se había inducido en un coma. La familia Weasley estaba muy preocupada por la pelirroja; Dominique fue trasladada a San Mungo de emergencia, aún no sabían por qué no despertaba pero los Sanadores y Medimagos hacían sus mejores esfuerzos. 

Gwendoline se pasaba las tardes en la oficina de McGonagall discutiendo sobre las cosas que descubrieron, buscando alternativas para poder salir adelante. El lugar estaba menos tenso pero ya era imposible esconderles la verdad a los alumnos por lo que la directora junto con otros profesores habían decidido en decirles la verdad a los alumnos. 

-Los sucesos que han estado ocurriendo no pueden ser inevitables- dijo McGonagall en la cena- La desaparición de dos alumnos fueron notables y ustedes tienen derecho a saber lo que está pasando. Un ex-alumno de Hogwarts, alguien de las familias mágicas más antiguas se ha dispuesto a encontrar a cada mago o bruja con...-

-Con cualquier otro don secundario aparte de la magia- completa la pelirroja levantándose de su asiento- Él los llama mestizos y no por tener sangre mágica y muggle. Para él es una desgracia para la sangre mágica tener ciertos dones diferentes a la mágica-.

Las voces de los alumnos se hicieron notar, unos asustados porque ellos tenían o conocían a gente con otras capacidades. Se hizo un escándalo en el Gran Comedor por lo recién revelado. Había mucho comentarios acerca a de Gwendoline, de cómo es que ella sabía sobre ese asunto, habían mucho comentarios indebidos dando a entender que la pelirroja estaba involucrada. 

-Gracias señorita Cameron- la pelirroja asiente y se sienta de nuevo a lado de James y Kate- Es por eso que vario Aurores han estado custodiando el castillo junto a unos cuantos dementores de Azkaban. El ciclo escolar no se suspenderá, pero será más corto, por lo que los exámenes finales serán dentro de mes y medio y no tres meses-. 

(...)

Luego de la cena todos los alumnos se fueron directo a las Salas Comunes, tendrían prohibido salir de esta luego de la cena. Kate y Gwendoline caminaban juntas, Bill y Fleur les habían enviado una carta diciendo que Dominique aún no despertaba pero hasta ahora no había nada que le dañara. No se sentían muy cómodas pero no podían hacer nada. 

-¿Tienes alguna idea de cuál es la razón por la que Nique esté así?- pregunta la castaña con cara de preocupada, Dominique era más que su mejor amiga, era su cuñada. Ella y su hermano eran mejores amigos y pareja. 

-No estoy segura- responde Gwen caminando a su habitación junto a la castaña- Pero últimamente he tenido sueños muy extraños. En donde Niqui estaba junto a un señor, pero él se miraba de espaldas, tenían las manos extendidas y la varita de él estaba apuntando a ambos- explicó- ¿Qué crees que es?-.

-Esa situación se me es conocida- responde Kate colocándose su pijama- Una especie de juramento o algo así- dice frunciendo el ceño.

-¿Estás diciendo que Dom hizo el juramento inquebrantable?- pregunta confundida y asustada. Sea el caso de que juraron, espera que lo haya cumplido, no quería perder a su amiga.

-No lo sé. Niqui no es estúpida como para hacer algo así pero tampoco sabemos las cosas que le hicieron como para llegar a eso- dice Kate preocupada, no quería que algo malo le pasara a la ginger.

Ambas dejaron el tema para después, no querían pensar cosas negativas acerca de eso, trataban de mantenerse positivas pero no estaban seguras de lo que pudiera suceder. Suplantaron sus uniformes por sus pijamas. Kate tenía una camiseta que era de su padre de Puddlemere United junto a un short corto y suelto, en cambio la pelirroja llevaba una camisa grande y larga con la bandera británica, un short corto que no era visible por la camisa y knee socks (1). Bajaron a la Sala Común, en donde se sentaron junto a James y Fred. Lorcan y Frank estaban muy cansados desde el viaje por lo que decidieron dormir temprano.