Parte / 13

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Ella creía que las terapias no eran para ella, los casos que allí se presentaban, eran verdaderos casos de incomprensión de abandono, de discriminación, de despojos, ella en comparación con lo que allí se escuchaba no tenía nada que ver con lo que ella sentía, después de todo ella tenía mucho apoyo de su familia.

Sobre todo de su esposo, ella no había perdido ninguna extremidad de su cuerpo, ni la vista, ni el trabajo, -ella con dificultad y  dolor físico, era capaz de dirigir a su familia las falsas amigas se fueron, pero las que se quedaron eran verdaderas que la ayudaban a sobrellevar su enfermedad.

Ella no tenía por qué quejarse,  pasó un año, iba cada miércoles de cada semana, a escuchar y comparar su vida con las de las demás pacientes, pero estaba muy equivocada si creía que ella no sufría,  le preguntó a la doctora

- ¿Cuándo da de alta a un paciente?

 -Yo no doy de alta a nadie el paciente sólo se da de alta, cuando ya no necesita venir simplemente ya no viene, las personas solas vienen y solas se van.

Muy pronto ella misma lo iba a comprobar, un día salió de rehabilitación se dirigía a la terapia una señora como de unos 50 años que tenía poco de estar enferma de lo mismo que ella, le dijo

-Ay muchacha yo veo que vienes y vienes a rehabilitación, pero no veo que te compongas al contrario yo te veo más mal.

Ella riendo le contestó

Pues no cante victoria doña, porque así como me ve se va a ver usted si antes no se muere

-Pero no te enojes yo nomas digo.

Cuando empezó la sesión Rosa tomó la palabra y empezó hablar por primera vez en más de un año, empezó diciendo

- Yo comprendo que las personas que no te conocen te vean con lástima y hasta comenten de tu estado, pero no tolero que las personas que tienen el mismo problema te cuestionen y te digan que en vez de ir mejorando te ves peor de salud.

Enseguida empezó a llorar era un llanto, que salía de sus ojos en contra de su voluntad, su mente pensaba ¿Por qué lloras estúpida? -Si quieres evitar que te tengan lastima y tú misma estás provocando lastimas, pero no lo podía evitar las lágrimas salían a caudales de sus ojos.

Mientras que escuchaba los comentarios de sus compañeros de grupo.

-Hay pobre como sufre, siempre anda tan contenta, siempre cantando y bailando quien hubiera dicho que tiene tanto dolor dentro.

-Unas personas corrieron a abrazarla para consolarla, pero la doctora les dijo

-Déjenla que saque todo el dolor que lleva dentro.

No supo cuánto tiempo pasó llorando pero cuando terminó de llorar se sentía como si le habían quitado un peso de su pecho, dio las gracias al grupo, la doctora le dijo

-Desde este momento tu vida va a cambiar y tú decides si vives todo el tiempo condoliéndote de lo que te paso, o disfrutas de la vida con lo que tienes y con las personas que te rodean.

Ese día salió de la consulta.  ya no regresó su terapia había terminado se había dado de alta, lo primero que hizo fue a comprar un bastón desde hacía tiempo el doctor le había recomendado que usara uno, por orgullo, o tal vez pena se había rehusado a usarlo, pero si su vida iba a cambiar, iba a empezar por cuidar de su cuerpo, ya no le intereso el que dirán.



Esperanza de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora