La terapia también sirvió para poder soportar los comentarios hirientes de las personas, cuando los pacientes iban en el camioncito del seguro social, se veían normales por las ventanilla, pero bastaba con entrar a él, para ver el verdadero cuadro.
La mayoría de los pasajeros eran enfermos, todos usaban muletas, andaderas o sillas de ruedas, algunos les faltaba un brazo, a otros una pierna, otros no podían caminar sin ayuda debido al avance de la enfermedad, para una persona sin ninguna discapacidad si era muy impactante ver ese cuadro.
En una ocasión una paciente fue acompañada de su hermana que estaba sana, el esposo de la enferma era celoso, cuando llegó el camioncito a dejarlas a su domicilio, salió para ayudar a su esposa cuando bajaba del camión, cuando el camioncito se fue le dijo a la mujer.
- No pues con razón te gusta ir al seguro si vienes acompañada de tanto cabrón, ya hasta has de andar con algún fulano, la hermana se rió a carcajadas y le dijo a su cuñado.
-No hombre ni te preocupes en ese camión solo hay pedazos de gente al que no le falta un brazo, le falta una pierna, otros están chuecos y cojos.
El hombre también se empezó a reír le dijo a la mujer
- No pues siendo así puedes ir las veces que quieras jajaja.
Ella contó la anécdota a sus compañeros todos empezaron a reír, pero lo que la hermana y el esposo no sabían era que esos pedazos de gente también tenían sentimientos y un corazón listo para consolar para amar, esa paciente andaba de amante de un pedazo de gente que le faltaba una pierna, pero que tenía el corazón en perfectas condiciones para amar a otro pedazo de gente.
En una ocasión Rosa fue a visitar a sus padres, cuando iba llegando a la casa su padre la vio y le dijo a su madre.
-Ándale que aquí viene tu hija.
La madre dijo
-¿Cuál hija?
Eran varias hermanas el padre contestó
-Tu hija la chueca.
Rosa escuchó a su padre se contuvo de no regresar por dónde había llegado, esas palabras le calaron muy hondo en su corazón su mismo padre se expresaba así de ella, pues qué podía esperar de las demás personas a su alrededor, no lo podía creer.
Recordó las palabras de la psicóloga tú decides cómo vivir siempre enojada o con alegría, saludo a su padre como si no hubiera escuchado las palabras hirientes, comprendió que cómo ese comentario iba a escuchar muchos, se puso una coraza y siguió adelante con su vida.
Su matrimonio iba bien eso era lo más importante, económicamente lees iba un poco mejor por lo que decidieron comprar una casa en un lugar más tranquilo, compraron un terreno en una colonia residencial, empezaron a fincar su casa, cuando la casa estuvo terminada una de sus amigas fue de visita recorrió la casa aprobando todo, por último el veneno cayó. Le dijo
- Pues si, tu casa está muy bonita lástima que estés tan enferma y no puedas disfrutarla.
¿Pero que tenía que ver la enfermedad con la casa? Que comentario era ese, Rosa riendo dijo
- Pues si verdad que lastima que tu estés completamente sana y vivas en esa casa tan horrible en fin así es la vida.
- La psicóloga le dijo que viviera la vida feliz, no que se dejara humillar y en su propia casa jajaja.
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Esperanza de vida
RandomLa lucha de una mujer, que tiene que lidiar con una enfermedad crónica degenerativa, casada y madre de cuatro hijos, a la edad de 24 años, empezó su sufrimiento. Rosa fue una mujer muy sana en su niñez y en su adolescencia y parte de su juventud...