Ya iba 10 minutos tarde. Me levanté el domingo como a las 7:00 de la noche, y no lo hubiera hecho de o haber sido por Mia. Me ayudó a terminar de empacar, a cambiarme y a comer. Fue un duro trabajo por lo adolorida que estaba, pero ya estábamos caminando para llegar al lugar acordado.
Mia me dijo que teníamos que llegar al edificio principal lo que fue un alivio porque estaba cerca de nuestro edificio.
-Me... duele... todo- dije entre jadeos.
-Lo se, pero ya vamos 10 minutos tarde.
-Aaaaggg!!!
-Lo se, lo se, pero es la consecuencia de esos juegos que juegas.
-¡Hey! Fue una práctica.
-Bueno, bueno.
Por fin llegamos al edificio. Ya habían llegado la mayoría, pero no todos. No había llegado Adam. Suspiré y busqué un lugar para sentarme. Gemí por el dolor que me provocaba doblar las piernas, no sabía como iba a poder viajar.
-Hola.
Era Edwin.
-Hola Edwin, ¿cómo estás?
-Muy bien.
Y fue entonces cuando lo miré bien. Edwin tenía unos cuantos moretones en la cara y cortes en el cuerpo, pero no parecía que le doliera nada.
-¿Cómo es que no te estás retorciendo de dolor?
-Bueno, es fácil, tomé un brebaje. Si quieres te lo puedo hacer, sólo tardo unos segundos.
-Ay, si por favor, me duele absolutamente todo.
-Jajajajajajaja. Vuelvo en unos momentos.
-Claro. Aquí estaré.
En cuanto se fue me quedé sola. Cada quien estaba en su charla.
Mia, Linda y Anastasia estaban hablando, más bien susurrando y me hubiera unido a ellas si no me estuviera retorciendo de dolor.
Xareni, Mily, Claire, Nina, Amber y Livvy estaban pintándose las uñas y comiendo. Se reían y se empujaban, pero luego pararon porque ellas también se estaban recuperando de la práctica.
No veía ni a Marco, ni a Andrew, ni a Adam, y sentía que el tiempo pasaba horriblemente lento, esperaba que llegaran, para poder emprender el viaje.
Por último, el profesor Carlos, Edwin y Rafa estaban preparando algo, una bebida, supuse que era para controlar el dolor.
Edwin tuvo razón, y no tardó más de un minuto en prepararlo. Cuando terminaron, él me dio uno y me dijo que me lo tomara sin parar hasta el fondo. Era una bebida amarillenta, como el color de la "Manzanita" y no olía a nada.
Me lo empiné (no sabía a nada) y a los pocos segundos el dolor fue disminuyendo. A los 3 minutos ya podía pararme sin gemir. También les dieron el brebaje a las chicas y a todos los que jugaron, también les guardaron un poco a los chicos que faltaban.
-Oigan, ¿por qué tardaran tanto?- Pregunté al ver que ya casi se cumplía media hora de retraso.- Se supone que debimos irnos hace media hora.
Automáticamente, todos vieron sus relojes.
-Pues la verdad no se- empezó Carlos- pero si no llegan en 5 minutos...
-¡Hola! ¡Hola!- Dijo un chico entrando muy rápido.
Era Marco.
Detrás de él llegaron Andrew y Adam, y una oleada de tranquilidad invadió mi cuerpo, no me había dado cuenta de que en serio estaba preocupada.
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La elegida
General FictionEmily no parará hasta recuperar la daga, aunque eso signifique dejar atrás toda su vida. Emprenderá un viaje con sus amigos, en el que no sólo arriesgan su vida, sino la posibilidad de no poder salvar al mundo de la destrucción. Descubrirás en esta...