VII

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Los cuartos eran enormes. Dos camas, un baño, un escritorio, baúles en cada cama, dos clósets, un sillón y un librero con un montón de libros. Adam y yo escogimos una de las primeras, y nos quedamos boquiabiertos.

-Nunca he visto una gran habitación tan grande para sólo dos- dijo Adam riendo.

-Yo si.

-Bueno, tu familia tiene dinero.

Le saqué la lengua y el hizo lo mismo.

-Dioss!! Me siento super cansada.

-Yo igual, ¿quieres bañarte o te bañarás mañana?

-Amm... creo que lo haré ahora. 

-Vale. Mientras yo veré si hay algo para comer abajo.

-De acuerdo.

Adam salió de la habitación y yo busqué algo que ponerme en la bola en la que estaba mi equipaje. Todavía no podía creer que existiera algo de una de mis sagas favoritas.

Después de encontrar un pantalón azul y una blusa gris de algodón me metí al baño. Adentro había una gran tina, una ducha, un lavamanos y un excusado, me dí un baño rápido, estaba muy cansada como para meterme en la tina. Me puse mi ropa y me cepillé el cabello.

Cuando salí, Adam estaba sentado con dos vasos de café y galletas.

-Fue lo único que encontré.

-Está bien, de todos modos no tengo tanta hambre- dije riendo.

-Lo cual está muy mal señorita- dijo apuntándome con un dedo.

Le lancé la primera almohada que tenía a mi alcancé, y él no fue lo suficientemente rápido como para esquivarla.

-Ya, a cenar- dijo entre risas.

-Está bien, está bien.

Nos sentamos en la alfombra, por alguna razón eso se nos hizo más cómodo.

-Cuéntame sobre las pruebas que vamos a hacer- dije después de comerme una galleta de chocolate- digo, para al menos saber de qué se trata.

-Bueno...- empezó- van a estar un poco difícil, puede ser una general o tal vez sea una individual.

-Osea... una prueba para todos o una para cada uno.

Adam asintió.

-Y si fueran individuales, como las harían? 

-Bueno... como explicártelo... ah, ya se como.

-¡Pues hazlo!

-Bueno, es tipo Divergente.

-En Divergente usan simulaciones, ¿va a salir uno del bando Oscuro a inyectarnos una simulación en el cuello?

-Noo, por eso dije "tipo". Imagínate que esto es una barrera- dijo mientras dibujaba una línea imaginaria en la alfombra- y esto- dijo poniendo su vaso de café detrás de la línea- es la ciudad en la que está la casa. Ahora, imagina que esta- dijo agarrando una galleta- eres tu. Si tratas de cruzar esa línea, no podrás, no hasta que hayas completado una prueba tu mismo, y no creo que los del bando Oscuro las hagan hecho fáciles.

-Ok... ¿y así van a ser las pruebas? Sean individuales o generales?

-Si. Y normalmente las hacemos generales, porque si ya es difícil completar una prueba de alguien que piensa completamente diferente a ti, imagínate con un grupo de gente que piensa de muchas formas.

-Bueno si, pero, por otro lado, si son individuales, ya no tendrías apoyo de otro.

-Bueno eso si.

-Además... imagínate que solamente uno termina esa prueba, se pone en peligro de que, como es solo uno, lo agarren una vez que termine, así que yo digo... que si ponen pruebas individuales va a ser mucho más difícil.

-En eso tienes razón, pero, vuelvo a decirlo, no hay nada imposible.

-Adam...- dije más seria de lo que quería parecer.

-Mande.

-¿Qué va a pasar si no terminamos la prueba?

Eso hizo pensar a Adam.

-La verdad Emily... no tengo ni la menor idea.


Adam se metió a bañar, y yo fui a bajar el plato y los vasos de la cena.

En la cocina estaba Mia, con un camisón morado que le llegaba un poco más abajo de la rodilla y con tirantes. Tenía el cabello un poco húmedo.

-Hola Ems.

-Hola Mia.

-¿Con quién vas a dormir?

-Con Livvy, ¿y tu?

-Con Adam.

-Uuuuh- se burló.

-Ay, cállate, es un viaje de rescate ¿recuerdas?

-Si, si. Bueno, yo ya me iba, descansa, nos vemos mañana.

-Claro.

Mia salió y me quedé sola. Por primera vez en mucho tiempo. Suspiré y me propuse lavar el plato, pero un ruido raro sonó del piso de arriba.

Dejé el plato en el lavaplatos y subí corriendo las escaleras.

Mia también lo escuchó.

-¿De dónde salió el sonido?- Pregunté un poco desesperada.

- De la cuarta puerta- contestó preocupada.

Las dos corrimos a la puerta, y en cuanto la abrimos se nos calló el corazón a los pies.

Xareni estaba en el suelo, teniendo convulsiones muy extrañas, y Mily estaba en estado de shock, mirando como Xareni sufría en el suelo.

-¡MILY! ¡¿QUÉ RAYOS TE PASA?! ¡HAS ALGO! ¡VE POR CARLOS!

Mily asintió y salió corriendo.

Yo me agaché y traté de tomar la cabeza de Xareni para que no se la golpeara.

-Xareni, Xareni, tranquila, ya viene la ayuda. Xareni tenía los ojos como platos. Me dolía verla pero quería tener la mayor tranquilidad que pudiera tener para que Xareni no se asustara más de lo que ya debía de estar asustada.

Carlos no tardó en llegar. 

-¡¿Qué le pasó?!

-¡No se! ¡Sólo escuché un ruido, subí y ella ya estaba así!

-A ver Emily...- se notaba la preocupación en la voz de Carlos- Dame su cabeza.

Con cuidado, él le agarró la cabeza, y yo, con mi cuerpo temblando, me empecé a levantar. 

Carlos empezó a... bueno, e difícil explicarlo. Soltaba luces de las puntas de los dedos y en el lugar donde los ponía, el cuerpo de Xareni brillaba más y más hasta que ya no se movía más.

-¿Qué...- hablé en un susurro, estaba tan sorprendida que mis cuerdas vocales no pudieron hablar más fuerte- qué acaba de pasar?

Carlos se pasó una mano por el cabello, suspiró, y por fin me miró a los ojos.

-No se. Pero lo vamos a averiguar.



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