La elegida

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Mientras cortábamos distancia, me iba preocupando cada vez más, con cada aleteo se me hacía un nudo cada vez más grande en el estómago, y no era bonito.

De repente tuve a alguien justo a mi lado.

-Ems, deberías tratar de tranquilizarte. Tus nervios se sienten en tooda la atmósfera.- Mia, tratando de tranquilizarme, me hizo reír nerviosamente.

-Lo siento, es que... somos muy pocos, y ellos son todo un bando. Imagínate que pasáramos las pruebas, ¿luego qué? Habrá un gran grupo del bando oscuro protegiendo la daga, ni de broma se las podríamos quitar.

-Bueno... los del bando Oscuro son muy indecisos ¿sabes? Cuánto te apuesto a que en las pruebas nos van a querer matar. Y sólo lo van a poder hacer con la daga, así que alguien va a tener la daga, son muy indecisos, pueden ver el futuro, pero el futuro en imprescindible, puede cambiar en cualquier momento.

-Eso si.

-Mira Ems, sólo tienes que confiar en ti misma. Eso es lo que te hace fallar, y eso es lo que utilizaran en tu contra, tu falta de confianza en ti y tu culpa. Te echas la culpa de todo Ems, y no todo es tu culpa.

-No, pero...

-Pero nada. Los del bando Oscuro hacen eso. Hacen pensar que es tu culpa, pero todo lo hacen ellos. Te lavan el cerebro, juegan contigo, te engañan. Así son ellos.

-Y pensar que Evans es uno de ellos...

-¿Tu preocupación es el?

-No es que toooda mi preocupación sea el, pero me siento culpable de que se haya ido...

-¿Ves? Otra ves la culpa.

-Pero...

-PERO NADA! ÉL fue el que decidió cambiarse, ÉL fue el que tomó esa decisión no tu.

-Pero...

-Shh.

-Ash.

-Te aguantas.

Reí, por alguna razón me daba risa cuando Mia me decía que me aguantara. Mis nervios se calmaron, Mia tenía razón. Yo no tenía la culpa, fue Evans el que lo decidió no yo, y éramos el bando de Luz, claro que íbamos a poder contra el bando de Oscuridad, seguía un poco nerviosa, pero ya no tenía un nudo tan grande en el estómago.

-Gracias Mia, en serio, muchas gracias, no se como lo haces.

-Sólo te digo la verdad Ems, no me gusta verte tan mal. 

-Al parecer a nadie- dije pensando en Adam- ¿dónde está Adam?

-Está al frente, hablando con Carlos.

Lo busqué con la mirada y efectivamente estaba con Carlos.

-¿De qué hablarán?

-No se, no me gusta leer mentes, y te recomiendo que no lo hagas y MENOS con tu novio, se puede volver una fea pelea por falta de confianza y privacidad.

-¿Te pasó?

-Si, el idiota de mi ex no confiaba en mi.

-Uy.

-See, pero ya es pasado. 

-Muy bien.

-¡CHICOS! MIREN ABAJO.- Dijo Adam entre gritos.

Bajé la cabeza y apenas alcancé a divisar un campo, no sabía que tenía de especial hasta que más adelante vi una casa, no era de esas típicas casas pequeñas hechas de piedra, era una mansión prácticamente, pero fue extremadamente difícil divisarla.

-¿POR QUÉ ME CUESTA TRABAJO VERLA?- Grité.

-PORQUE TIENE UN HECHIZO DE PROTECCIÓN, LA GENTE NORMAL NO LA PUEDE VER, NOSOTROS SI, PERO CON MUCHO ESFUERZO.

Asentí, sabiendo que era una estupidez porque nadie me veía.

Empezamos el descenso, nos esperaba una gran batalla, así que tomé aire, y me acerqué al suelo.