VIII

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Adam llegó unos segundos después con un pantalón de mezclilla, una camisa verde y descalzo. 

-¿Qué pasó? 

-Xareni... algo le pasa- le expliqué.

-¿Cómo que algo le pasa?

-Estaba en el piso... tenía convulsiones...

Me estaba poniendo roja, las lágrimas asaltaban mis ojos, no podía hablar de lo sucedido con la imagen de Xareni, ya estaba empezando a sollozar.

-Hey, hey, no pasa nada, va a estar bien.

Asentí.

-Ven- dijo mientras me ofrecía un abrazo. Lo acepté.

Minutos después Carlos nos llamó a todos para hablar de lo sucedido.

-Bueno chicos... esto va a ser difícil de explicar...

-Pues trata- lo  cortó Mily friamente.

-Mily, no hay necesidad de...

-Si, lo siento, es que... es Xareni...

-Lo se- dijo Carlos- así que iré al grano. Los del bando oscuro ya saben que vamos para allá, y tratan de hacernos perder tiempo. Lo más seguro es que quieren huir, saben que si llegamos tenemos probabilidades de pasar las pruebas, y creo que están empezando.

-¿A qué te refieres?- Preguntó Edwin.

-Me refiero a que las pruebas están empezando. Hicieron un hechizo para dañar a una integrante, la cosa con este hechizo es que tienes que saber exactamente todo, qué es lo que va a comer esa persona, donde va a estar, ese tipo de cosas. Alguien tiene el poder muy desarrollado para ver el futuro y alguien debió de ser muy poderoso como para envenenar a Xareni. Fue un envenenamiento oscuro, lo que significa que tengo que encontrar un hechizo lo suficientemente fuerte lo más rápido posible si no queremos que el veneno le llegue al corazón.

-¿Qué pasa si le llega al corazón?- Pregunté.

Hubo silencio en lo que Carlos se limpiaba los lentes.

-Xareni caerá en digamos un sueño oscuro y profundo, y no despertará a menos de que uno del bando oscuro la despierte. No se puede quitar la magia negra por alguien del bando de luz, eso podría llegar a ser tan fuerte como el poder de la daga, y le pasaría parte del veneno al que lo trate de quitar, por lo tanto, a esa persona le pasaría exactamente lo mismo que al envenenado, por lo tanto, por nada del mundo, traten de salvar a Xareni. Se podría perder a integrantes muy importantes- esto último lo dijo mirándome a los ojos.

Hubo un silencio muy largo. Incómodo. No me gustaba, se sentía le densidad del aire...

-Creo que es hora de irnos a dormir- dijo Mia- mañana tenemos un viaje muy largo, y de seguro están cansados. Ayudaré a Carlos con Xareni, todos los demás hagan lo que quieran, pero les recomiendo que duerman. Salimos después del desayuno, más tardar a las 10:00. Que descansen.

-Igual.

-Gracias, descansa.

-Nos vemos mañana.

-Descansen chicos.

-Cuídense.


Adam y yo volvimos a la habitación, juntamos las camas, apagamos la luz y nos dormimos. Fueron muchas aventuras para un sólo día, y estábamos completamente agotados.

En la madrugada tuve una pesadilla, y después de despertarme ya no pude volver a conciliar el sueño. Quería levantarme pero no quería despertar a Adam, pues su brazo estaba debajo de mi. 

-Si quieres te puedes levantar- dijo de la nada.

Yo di un brinco en la cama.

-¡Ay! No me di cuenta de que estabas despierto.

-Estoy despierto desde que empezaste a tener pesadillas.

-¿Cómo sabes...?

-Estabas llorando. 

-Oh- dije apenada- la verdad no recuerdo que soñé...

-No importa. Lo importante es que ya estás despierta. No es lindo escucharte llorar.

-Bueno, a mi tampoco me gusta llorar, mocos, lágrimas, ruidos, si que es molesto.

-Eso no es lo que me molesta. No me gusta verte sufrir.

-Eso es muy lindo de tu parte, a mi tampoco me gusta verte sufrir, odié verte pelear en nuestras ¨pruebas¨.

-Imagínate como hubiera estado YO si te hubiera visto.

-Hummm... es difícil imaginarlo...- dije con un tono burlón.

-¡Emily!

-Shhhh!! Hay gente durmiendo.

-Uh, lo siento.

Le di una leve patada.

-¿Sabes? A veces creo que nunca parará.

-Que nunca parará ¿qué?

-Las peleas, guerras... a veces creo que no tendremos una vida de paz, y tranquilidad, un final feliz... estoy empezando a pensar que no existen los finales felices.

-¿Por qué lo dices?- Preguntó completamente serio.

-No descansamos Adam. Primero tenemos que encontrar y esconder la daga. Fallamos. Ahora tenemos que pasar pruebas para recuperarla. Seguramente habrá otra batalla. Cuanto te apuesto a que si es que encontramos la daga tendremos que volver a pelear para poder esconder la daga. Tendremos que buscar el lugar PERFECTO para esconder la daga. Una vez que la hayamos encontrado seguramente la van a querer conseguir y harán lo que sea para recuperarla, y eso SÓLO si pasamos las pruebas y la recuperamos Adam, no descansamos, nada de "y vivieron felices para siempre", siempre habrá algo, y eso es lo que me preocupa. Fallaré, y fallaré, una y otra vez.

Adam meditó por un momento mis palabras. Lo único que de escuchaba era su respiración. Por un momento creí que se había quedado dormido cuando volvió a hablar.

-Tal vez no existan los finales felices, pero pueden existir las experiencias Emily. Por algo fuimos elegidos, elegidos a proteger la humanidad de la maldad, protegernos a nosotros mismos y nuestros seres queridos. Tal vez no existan los finales felices pero existen las experiencias, y existe el momento, hay que vivir el aquí y el ahora. Y la verdad Em... es que estoy feliz con mi presente, con lo que tengo. Se que no tenemos la daga, pero este viaje nos va a servir para aprender muchas cosas. A veces perdemos la esperanza, tu la tiene perdida, pero es mi deber, y es mi obligación, enseñarte que la esperanza existe. Es mi deber enseñarte que hay gente que te quiere, hay gente que confía en ti y hay gente que cree y tiene la esperanza en ti. Y va a haber ocasiones en las que fallarás, en las que te ganarán, en las que cometas errores, pero eso es normal y natural. No puedes vivir una vida sin cometer errores, eres humana, entre comillas pero humana. Y la gente que te quiere y que te apoya te seguirá queriendo, tienes que entenderlo. Y si tengo que pasar toda mi vida tratando de convencerte, estaré encantado de hacerlo.

A este punto de su discurso ya se me había salido una lágrima. Me la limpié en cuanto la sentí correr por mi mejilla.

-Te dije que no me gustaba llorar y ve lo que haces.



La elegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora