XVII

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Adam y yo reunimos a todos. A absolutamente todos. Ya habían llegado Emma, y los demás, incluso Mily y Xareni. Estábamos todos reunidos en el jardín, y Adam y yo estábamos tomados de la mano.

-Chicos... les quiero anunciar algo.

Adam y yo les contamos todo. Lo que yo quería hacer. Todos tuvieron cara de desacuerdo al principio, hasta que llegamos a la parte de la daga, y que de todos modos lo recordaría todo otra vez. 

Todos estuvieron de acuerdo en que varios estuvieran echándome una mano, cuidándome, y también estuvieron de acuerdo en que mis recuerdos se recuperaran solos. Sin empujones. 

Cuando Emma llegó me pude muy feliz de verla, pero al mismo tiempo triste porque la iba a olvidar, iba a olvidar todo lo que ella había hecho por mi. A pesar de que recuperara la memoria, había cosas valían la pena recordar.

Muchos todavía no estaban muy convencidos, pero aceptaron.

Sólo tenían que quitarme la memoria hasta donde podían y retroceder el tiempo. Recordarían absolutamente todo, pero cambiarían las cosas como estaban.

La daga donde había estado. 

Evans en el Bando de Luz (si decidía volver a cambiarse de bando ya sería su decisión).

Y todos, me recordarían. 

Pero yo no.


No era buena en las despedidas, y sólo era algo temporal, pero todos merecían una despedida.

No había tiempo para despedirme de todos, y no quería llorar demasiado, así que hice cartas. Lehice una a Adam, Emma, Mia, Xareni, Mily, Carlos, Livvy, Edwin, Rafa, Linda, Anastasia, Claire, e incluso una a Nina y a Amber.

También le escribí una a Evans.

Con cada carta me daba un vuelco en el estómago, pensar que no los vería a todos en un buen tiempo me destrozaba el corazón, pero era algo que todos necesitábamos. Y no estaría completamente sola.

Cada persona hizo algo por mi, y las extrañaría mucho. Inconscientemente pero lo haría. Y luego me di cuenta de algo.

Por más que trates de cuidarte de no conocer a tanta gente, de reducir la cantidad de gente que conozcas para que en caso de algo las abandones, vas a hacer un gran hoyo tanto en ellas como en ti.

No importa el número de personas. Importa cuanto te encariñas con ella. Y si las abandonas, te arrepientes. Pero sabes que debes de seguir.

Una decisión es una decisión.


Traté de hacer una tipo despedida con los que más había pasado todo, y con los que más me habían ayudado.

Anastasia me convenció de hacer una fiesta y nos la pasamos en grande, pero fue difícil, ya que al principio hubo mucha tensión. Pero, como ella es el alma de la fiesta, nos hizo perder el control. Fue la primera vez que tomaba tanto alcohol y que no me desmayaba.

Xareni y Mily hicieron un maratón de las películas de las sagas que había leído, y Amber y Nina se nos unieron, fue divertido, pero no dejaban de preguntarme cosas.

Mia me preparó una comida. Todos juntos en la mesa, hablando de puras cosas buenas. Si alguien mencionaba algo triste, Mia lo sacaba. Sacó a Edwin y Rafael.

Ellos dos consiguieron una piscina de un día para otro y como fue un día soleado, justo después de levantarme me agarraron por los hombros y los tobillos, y por más que luchaba, me cargaron y me aventaron a la alberca con todo y pijama. Luego iban cargando uno a uno incluyendo a Carlos y pronto todos estábamos en la alberca. Fue una de las mejores despedidas. 

Emma estuvo dándome lata con que quería hacer una pijamada, y acepté, esa fue la mejor noche.

Estábamos en mi habitación que al parecer era la más grande. Emma nos pintó las uñas a todas y Linda nos hizo trenzas. Pusimos colchones en el suelo y todas nos acostamos. Yo me acosté junto a Mia y Emma. Linda estaba a lado de Mia y Anastasia a lado de Emma.

-No se qué vamos a hacer sin ti Ems.

-Pongan control chicas, todos regresaremos en el tiempo y habrá caos, y necesitaré su ayuda, inconscientemente pero la necesitaré. 

-Y cuiden de Adam por favor. 

Terminamos dormidas, felices, y al mismo tiempo tristes.



La elegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora