Llevaba ahorrando desde los 12 años, para poder ir por primera vez a las carreras de motos, al circuito de Jerez.
Tanto yo, Aicila, como mi novio, Lario, llevábamos planeando este viaje bastante tiempo.
Los dos estábamos muy nerviosos, pues hoy jueves, después de comer, terminamos de hacer la maleta y nos pusimos en camino; en moto como es obvio.Hicimos un par de paradas para estirar las piernas y, por fin, llegamos a nuestro destino. Aparqué la moto, cogimos la maleta y subimos al hotel.
Nos instalamos e inmediatamente nos fuimos a hacer turismo, pues los entrenamientos empezaban al día siguiente.
Tras una tarde agotadora, llegamos al hotel y, sin cenar si quiera nos acostamos. Teníamos que coger fuerzas para afrontar el día de mañana.
Lario me despertó dándome un suave beso en la mejilla:
-Hola Aici, hoy es un gran día, vamos a desayunar y a ponernos en marcha.
-Buenos días amor- digo -ve bajando tu, que ahora mismo voy.
-Vale, pero no lleves dinero que hoy invito yo.
-Jajajajajaja, vale.Un rato después ya habíamos desayunado y estamos de camino al circuito, rodeados de motoristas que iban a nuestro mismo destino.
Yo iba mirando todo con detalle y una gran sonrisa, hasta llegar a nuestros respectivos asientos.
Vimos como pasaba Marc Márquez, mi ídolo desde siempre, seguido por Valentino Rossi, Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa... Yo disfrutaba cómo nunca.
-Voy a ir a por unos refrescos - me dice Lario.
-¡Vale!-respondo sin dejar de mirar el circuito.
-¿Me dejas tu móvil para poder seguir los entrenos desde la aplicación? Ya sabes que el mío es una patata - y esboza una sonrisa.
-Claro, toma -lo saco de bolsillo y se lo doy.Ya han acabado los entrenos y, Lario aún no ha vuelto, me estoy empezando a preocupar y, no tengo nada, ni dinero, ni móvil, ni llaves, ¡nada!
Tras una hora y media esperando, me levanto, doy una vuelta cerca de las gradas donde estábamos sentados, pero, nada, ni rastro, salgo del recinto hasta llegar al parking y, ¡mi moto! ¡No está!
Está empezando a anochecer, espero que llegue pronto, aunque, se me empiezan a ocurrir mil cosas sobre lo que puede estar pasando.
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Siempre hay un lado bueno
Teen FictionAquí se cuenta una bonita historia de amor entre una adolescente y su ídolo, al que conoce sin querer