La cita.

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Allí habíamos quedado con Juliá, el padre de Marc.

-Hombre, por fin te conozco, solo te había visto por la televisión. Encantado de conocerte, mi nombre es Juliá.
-El placer es mío- digo sonriendo.

Nos sentamos a tomar un refresco y, tras casi una hora de anécdotas, Marc y yo nos fuimos. Marc tenía que preparar cosas.

-Oye, me tengo que ir, pero esta noche, quedamos para cenar, estate preparada a las nueve, que paso a recogerte.
-Vale.
- Y, que no se te olvide vestirte bien para la ocasión.
- Entendido.

Estaba un poco nerviosa, nunca había asistido a una cita tan glamurosa, bueno, más bien, nunca había tenido ninguna cita.

Me voy al Box de Marc a buscar por Internet algún vestido elegante.

Por el camino me encuentro a Valentino Rossi y, como no tengo prisa me paro a hablar con él, se nos alarga la mañana y, terminamos comiendo juntos, pasa buena parte de la tarde y, de repente me acuerdo.

-¡Oh mierda! Se me había olvidado, me tengo que preparar para la cita.
- ¿Qué cita? Si se puede preguntar.
-Con Marc.
-¡Ah! La cita.
-¿Lo sabes?
-Si- dice a la vez que suelta una carcajada.
-Pero, ¿dónde encuentro algo elegante a estas alturas? ¡No me da tiempo!
- Yo te ayudo, sígueme.

Nos montamos los dos en una de las motos que tiene a su disposición.

Tras un rato, llegamos a una tienda muy grande con vestidos increíbles en los escaparates.

-Es aquí, venga que tenemos una hora para elegir vestido y prepararte.
-Vale- digo con cara de sorprendida.

Nada más entrar el dependiente, que es amigo de Rossi, nos atiende en seguida.

-Por favor, busca el vestido perfecto.

El hombre me mira de arriba abajo una y otra vez, entraba a una gran habitación llena de vestidos y, cada cierto tiempo salía para volver a mirarme.

"¡Ya está!" dice el hombre con aire victorioso. Tiene entre las manos un precioso vestido color violeta, me coge del brazo y me lleva al probador.

Me miro al espejo una y otra vez, es un vestido increíble, no me quedaba nada mal, diría que me quedaba bien y todo.

Salgo del probador.

-Bueno, ¿qué te parece?
-¡Wow! Estas... Preciosa- dice Rossi con cara de asombro.
-Ya será para menos -respondo algo sonrojada.
-Nos lo llevamos.
-Pero si no tengo dinero.
-Lo se, este será un pequeño regalo.
- ¿En serio? Pero es mucho dinero.
-No pasa nada- dice esbozando una sonrisa - saca unos zapatos a juego de la talla 39 y cobranos- le dice al hombre.

Tras haber terminado las compras, pasamos corriendo a la peluquería de al lado donde me maquillaron y peinaron a velocidad récord.

Quedaban apenas 5 minutos para que Marc pasara a recogerme y estábamos aún a un rato para acabar todo...

Siempre hay un lado buenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora