Increíble

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Ese rostro era simplemente precioso, no hay palabras para describir su mirada y menos para su sonrisa.

Aquella persona misteriosa era ni más ni menos que: ¡¡¡ MARC MÁRQUEZ!!!

Estaba en el sofá de mi ídolo, de la persona a que le sigo desde siempre, ese chico que aparece en todos mis sueños y, yo, lo tenía delante de mis narices, con una gran sonrisa.

Pegué un grito sin querer, no pude evitarlo.
- E-eres Marc Márquez, el mismísimo Marc Márquez -digo con voz de asombro. En ese momento, así sin más, me pongo a llorar, no puedo evitarlo, llevaba esperando conocerle muchos años, demasiados.

- ¿Eh? Pero que te pasa, ¿por qué lloras? - me pregunta preocupado.
- T-tu eres m-mi ídolo -digo a la vez que retiro la manta, dejando ver mi camiseta, mis zapatillas y mi sudadera de su colección de ropa.

-Con que eres fan. Jajajajajaja -suelta una carcajada- hagamos una cosa, tu tratare como si fuera una persona normal, ¿vale? No quiero que me trates diferente por ser quien soy - dice muy serio.
- Entendido- digo aún con cara de asombro.
-Ahora ven, vamos a desayunar, te tengo preparado algo, por cierto, ¿tu nombre es...?
-Aicila, aunque prefiero Aici-le respondo sonriendo.
-Pues venga Aici, vamos a desayunar y a buscarte algo de ropa limpia.

Yo aún con asombro le sigo, no me lo puedo creer, estoy como en estado de shock.

Finalmente llego a la cocina, donde nos esperaba una mesa con dos sillas y muchas cosas de comer diferentes.
No dejo de mirarlo, soy incapaz, es que es tan genial...

-Y, bueno, ¿qué te llevó a quedarte bajo mis escaleras?
-Mi novio, me ha robado todo, móvil, dinero, llaves, ¡todo!
-Pero, ¿cómo?
Yo le conté toda la historia, recordando, cada vez me ponía más triste.
-Bueno, no pasa nada Aici, ahora estás aquí, conmigo, y, ya te digo yo, que nadie te va a hacer nada, o se las verá conmigo- me dijo sonriendo.
-Muchísimas gracias Marc- respondo con un largo suspiro de júbilo.

Me lleva hasta su habitación, me siento en la cama mientras él rebusca en el armario.

Tras un rato en el cual estuve mirándole con cara de tonta, él terminó.
-Aquí está - dijo victorioso- te va a quedar bien, realza tus ojos- y me sonríe.
Yo, que estaba en una nube, le respondo- gracias, oye, ¿te podría dar un abrazo?
- Claro ven a aquí - dijo sonriente.

Y así, sin más aparezco entre sus brazos, doy dos pasos para atrás, tropezando con mis zapatos y cayendo en la cama con él.

Inmediatamente me levanto -L-lo siento mucho de verdad no era mi intención.
-No pasa nada- me mira con una sonrisa pícara- Ahora vístete, que te voy a a enseñar mi moto y te voy presentar a gente.

-Por supuesto.

Siempre hay un lado buenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora