Y comieron perdices

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Llevaba unas dos horas sentada junto a Marc, cogiendo su mano entre las mías; hasta que por fin noté que esta se empezaba a contraer.

-¡Marc!¡Por fin despiertas!¿Cómo te encuentras?
-¿Dónde... Dónde estoy?
-En el hospital, te tuvieron que cerrar algunas heridas.
-¿Ali?
-¡Claro!
-¿Estás bien? Solo recuerdo policía, disparos, y a ti detrás de una columna.
-Si, estoy bien, pero eso ya pasó. Ahora solo tienes que mejorarte y luego nos iremos a casa.
-¿Cuánto tiempo he dormido?
-Pues... Por lo menos dos horas que llevo aquí y, supongo que otra mientras te cosían.
-¿No ha venido nadie más?
-Aún no, solo sé que tus padres están de camino. Pero cuando lleguen creo que ya no estarás aquí.
-Oye Ali...
-¿Qué pasa?¿Necesitas algo?
-Te quiero, te quiero mucho.
-Owww, Marc, yo sí que te quiero.

Acto seguido agarra más fuerte mi mano y tira de ella para ponerme frente a su rostro, juntando los labios y fundiéndonos en uno solo. Yo, le amaba, era el hombre de mi vida y no separaría de él.

Al día siguiente, salimos del hospital, en la entrada nos esperaba un coche del equipo Repsol Honda, el cual nos llevó hasta el circuito. Una vez allí, Marc se echó a descansar en el motorhome. Todo empezaba a volver a la normalidad.

----------Diez años después----------

Marc seguía compitiendo en MotoGP, aunque, para ese deporte ya era algo mayor, él seguí siendo igual de bueno o mejor. Siempre sería aquel chaval campeón del mundo de MotoGP y, batidor de récords.

Marc y yo tuvimos una niña y dos niños mellizos, teníamos una casa en Asturias perdida por la montaña y otra en el centro de Madrid. Éramos muy felices y nos queda mucho tiempo para seguir.

~FIN~

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⏰ Última actualización: Jan 19, 2017 ⏰

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