Capitulo 19

559 12 0
                                    

 

 -Podría pedirte la separación -le espetaste de repente- Para hacer que te marches.

Liam frunció el ceño.

-¿Y cómo sabes que si pides la separación puedes obligarme a irme? -dijo Liam, preguntándose si tu habrías hablado con algún abogado. No te creía capaz, pero no estaba seguro.

A ti te encantaba verlo tan desconcertado. Te hacía recuperar algo de orgullo, así que te encogiste de hombros.

-Veo mucha televisión. - dijiste con sarcasmo.

-Entonces, ¿vas a... acabar con nuestro matrimonio?

Tú tenías que admitir que era muy listo. Con una simple pregunta te había dejado a ti toda la responsabilidad.

-Has sido tú el que has empezado a estropear nuestro matrimonio, Liam -respondiste con tranquilidad- Pero no, no voy a hacer nada por cambiar esta situación... todavía.

-¿Todavía? ¿Si quieres pedir el divorcio por qué no lo haces cuanto antes? -dijo dando un suspiro y recogiendo la chaqueta del respaldo de la silla.

Tú observaste cómo se la ponía. En su anillo de oro, no significaba nada, sólo era un trozo de oro que te habían puesto allí hacía un millón de años. Era un anillo sencillo y barato. Cuando se casaron, no habían podido pagar nada mejor. Al cabo de algunos años, Liam te había regalado una sortija de oro con un diamante engastado.

Recordabas el día que lo habían comprado; «Te quiero, _____», había dicho poniéndotelo en el dedo, «sin ti y los mellizos, mi trabajo no tendría sentido». Pero se equivocaba. Sin ti ni los mellizos, habría llegado mucho más lejos, de eso estabas segura.

Liam te observaba con aquella mirada sombría, mientras esperaba tu respuesta. Por un instante, se cruzaron una mirada, luego, agachaste la cabeza.

-No lo sé. Pero creo que quiero verte sufrir -respondiste con sinceridad.

Para tu sorpresa, Liam sonrió y se llevó la mano al cuello, donde era visible el arañazo de la noche anterior.

-Yo creía que ya me habías hecho sufrir bastante -dijo.

-No lo suficiente -dijiste, sonrojándote ligeramente.

-Ya veo.

-Me alegro.

-Así que ahora vamos a iniciar un periodo en el que me toca recibir a mí -dijo Liam, sonriendo de nuevo y agachándose para besar a Jason-. Pues que así sea -añadió y salió orgullosamente de la habitación, dejándote desconcertada.  



Durante las dos semanas siguientes, vivieron en una especie de tiempo muerto, como si su matrimonio hubiera entrado en coma. En realidad, se estaban tomando una tregua para recobrarse antes de afrontar su futuro.

Tú no volviste a dormir en la habitación de Jason. Dormías con Liam, sin saber muy bien por qué. Tampoco le rechazabas cuando te buscaba en el prolongado silencio en que sus noches se habían convertido. Y llegaron a compartir cierto afecto, aunque aquellos encuentros no fueron demasiado satisfactorios para ninguno de los dos. Tú te dejabas llevar y recorrías con Liam el largo y sensual camino del placer. Pero, en los instantes de mayor intensidad, palpitando de deseo entre sus brazos y sintiendo cómo él se estremecía y profería pequeños gemidos, no podías dejar de imaginar a Selena en tu lugar, de pensar que Selena le había llevado al mismo estado de pasión desenfrenada. Y, en aquellos momentos, te apartabas de él con angustia, y el placer se extinguía tan rápidamente como había surgido.

Entonces dabas la espalda a Liam y te hacías un ovillo para soportar tu desesperación en soledad mientras Liam estaba tendido a tu lado cubriéndose el rostro con una mano, sabiendo que, y aunque nunca hablaban de ello, Selena se interponía una vez más entre vosotros. En aquellos momentos, el dolor de la infidelidad y la angustia de los celos te azotaban con toda su crueldad y no podías soportar que Liam te tocara. Y él se quedaba quieto y ni siquiera lo intentaba.

Tú pasabas los días preocupada, pensando en aquellos momentos con temor, porque sabías que, si había algo que pudiera hacer volver a Liam a brazos de Selena era tu estúpido comportamiento en la cama.Que Liam viera aquellos momentos como el modo en que tú querías devolverle su infidelidad, sólo hacía que te sintieras peor, porque era lo último en que pensabas cuando Liam te buscaba.

Y te sentías más tensa y sufrías cada vez más cuando Liam trataba de hacer el amor, porque sabías que no podrían alcanzar una satisfacción plena. Y aun así, lo necesitabas, a pesar de que no podías darle lo que pedía. Necesitabas experimentar el pequeño placer de los primeros escarceos y necesitabas saber que Liam te necesitaba.  


Guía para padres (Liam y tu) Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora