Capitulo 24

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-Disculpa -dijo -Pero debes entender que tenía que saborear este momento. Este hombre ha sucumbido a los encantos del matrimonio -dijo con un suspiro y se volvió a Liam agarrando a su acompañante por la cintura- Stella, éste es Liam Payne, de quien, sin duda habrás oído hablar.

-¿Y quién no? -añadió Stella con sequedad- Todos esperábamos con impaciencia el resultado de la venta de Harvey's.

Tu bajaste la vista, preguntándote si serías la única persona del mundo que no sabía lo importante que había sido la venta de Harvey's.

-Encantada de conocerte -dijo Stella.

Liam se limitó a responder con una sonrisa. Tenía los ojos fijos en Kevin, que te miraba con un no disimulado interés.

-Nos gustaría que os sentarais con nosotros, pero ya hemos pedido la cena -mintió.

-No te preocupes -dijo Kevin con una sonrisa- No tenemos ningún deseo de interrumpir a unos recién casados.

Liam abrió la boca para corregir el error, pero tu mirada le obligó a guardar silencio. «¡No!», le decían tus ojos, «¡No les digas la verdad! Conoce a Selena, así que no me pongas en ridículo diciéndole que llevamos casados siete años y que nuestros hijos tienen seis».

Liam apartó la mirada y apretó los labios con un gesto sombrío y lleno de frustración.

Tu te sentías tan mal que te daban ganas de salir corriendo para no tener que hacer frente a tu humillación.

Entonces, Liam hizo algo inesperado y extraño. Te agarró por la barbilla, se inclinó y, allí mismo, ante la sociedad más refinada de Londres, te besó apasionadamente.

Cuando se separó, tu viste en su mirada un dolor tan profundo que se te llenaron los ojos de lágrimas.

-Ya veo que la luna de miel no ha terminado -dijo Kevin Evans-. Vamos, Stella, creo que debemos dejar solos a estos dos tortolitos.

-¿Qué quieres cenar? -preguntó Liam al cabo de un rato.

Absorta, desconcertada y excitada por el inesperado beso de Liam , y conmovida por la expresión de su mirada, tuviste que hacer un gran esfuerzo para concentrarte en lo que había dicho.

-Pues ... -dijiste mirando la carta sin poder leer una palabra- Pues ...

El corazón te palpitaba y en tus labios ardía el recuerdo de aquel beso apasionado.

-Pídeme lo que quieras -dijiste por fin apartando la carta. 

Liam llamó al camarero con un gesto. Luego le pidió la cena con tal sequedad que el camarero se movió nerviosamente hasta el momento de desaparecer, como si en aquella mesa hubiera demasiada tensión para poder soportarla.

Tu te preguntaste si el camarero habría visto cómo se besaron, si lo habría visto toda aquella gente. Con un rubor en las mejillas, miraste de reojo a tu alrededor, pero nadie parecía prestarles interés. Te retorciste las manos bajo la mesa y hablaste con normalidad.

-¿Cómo conociste a Kevin Evans? -le preguntaste a Liam quien se encogió de hombros.

-Heredó un par de pequeñas empresas de su padre. -te respondió- No las quería, así que me las vendió.

-Me gusta su trabajo. A mí no se me daba mal dibujar, así que supongo que puedo apreciar mejor su talento.

-También has podido apreciar su encanto, ¿no? -dijo Liam, apretando la mandíbula.

Tu te sobresaltaste. ¿Liam celoso?

-¿Por eso me has besado así?

Una mirada cegadoramente amarga cruzó el semblante de Liam.

-Te miraba como si fueras un plato del menú -respondió-. No quería que tuviera ninguna duda de a quién perteneces.

¿Pertenecer? Sí, tu pertenecías a Liam, pero él no parecía pertenecerte a ti.

-¿Hay alguien, en este otro mundo en el que te mueves, que sepa de mi existencia o de la de los niños? -le preguntaste con brusquedad

-Mi vida privada no es asunto de nadie -respondió Liam-. Sólo me mezclo con ellos por interés, eso es todo. Ahora, ¿podemos dejar el tema? A no ser, por supuesto, que los encantos de Kevin Evans te parezcan más interesantes que mi compañía, en cuyo caso, puedo llamarlo para que os doréis la píldora mutuamente.

¡Vaya, estaba celoso! La idea te complacía mucho.

-Bueno, al menos, no hace callar a su acompañante cada vez que abre la boca -replicaste con dulzura, observando con una sensación de triunfo el semblante cada vez más serio de Liam.

Gracias a Dios, llegó el primer plato, porque estar allí sentados sin más deseos que lanzarse pullas continuamente, convertía la comida en la mejor opción.

Tu pensaste que no podrías probar bocado, pero Liam había pedido para ti una mousse de salmón que estaba deliciosa. Ibas por la mitad cuando Liam estiró el brazo y te acarició el dorso de la mano.

-_____ -murmuró con voz grave. Tu levantaste la vista y le miraste a los ojos- ¿Por qué no intentamos pasarlo bien al menos esta noche? No quiero pelear contigo, sólo quiero ...

-¡Liam, cuánto me alegro de verte!

Liam frunció el ceño con irritación y tu te sentiste decepcionada ante la nueva interrupción, porque, después de mucho tiempo, te habías dejado sumergir en la hermosa mirada de sus ojos miel.  


Guía para padres (Liam y tu) Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora