II

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- Espero que cosas buenas - intenté sonar un poco amable, pero es que de verdad no sabía ni como me se sentía.

- Steven es un gran amigo mío, tenemos una amistad desde hace más de 20 años y pocas son las personas que me recomienda.

- Entiendo, señor.

...

Estaba atentamente leyendo mientras el profesor nos pedía nuestras tareas cuando volteo discretamente hacía mi lado y miro como uno de mis compañeros le tira bolas de papel en la cara al profesor. Me pareció chistoso que hasta me salió una sonrisa.
El asunto comenzó a tensarse cuando levanto la mirada y me vio riendo.

- ¿Quién fue?

Nadie respondió.

- ¿Quién fue? - casi gritando-

Yo sabía quien había sido pero siempre me dicen que calladita me veo más bonita así que no dije nada pero seguía con mi mirada fija en mis libros.

- Si no me dicen quien fue, todos quedaran castigados  - dijo realmente molesto.

Iba a levantar la mano pero alguien me ganó y era el chico culpable y bueno, por lo menos dirá la verdad.

- Fue ella - fue diciendo esto mientras levantaba su mano para señalarme.

Me quede congelada, le quería recordar hasta a su mamá a ese hijo de la... pero me interrumpieron mis pensamientos.

- Así que fue usted señorita, vaya inmediatamente a la dirección ahora mismo.

- Pero si yo no fui, fue este imbécil que está sentado. - dije realmente muy enojada.

- No diga más, vaya que en un momento voy.

Me fui al lado del chico y lo tomé por la camisa. Me dio tanto coraje que se riera así de mí.

- Esto no se va a quedar así pendejo.

...

Estaba muy nervioso, hasta que habló.

- Voy a hablarle con la verdad porque no quiero que tenga falsas ilusiones, hace unos días vino un profesor por el mismo puesto que usted y nos pareció muy buena opción aunque falta comentarlo con alguno de mis compañeros, igual usted va a estar en esa plática y veremos que podemos hacer.

En eso tocan la puerta.

- Pase.

Entra una chica con los ojos tan bonitos que cuando me miró me sacó de mis pensamientos y volteé hacía otro lado pero en un segundo vi lo bien que se vestía.

- ¿Otra vez tú, chaparra?, ¿ahora que hiciste, mujer?

- Lo que pasa es que el profe me mandó para acá. - dije con ganas de llorar.

- ¿Qué fue lo que pasó?

...

En el salón le empezaron a decir muchas cosas al profesor, le aventaban desde bolitas de papel, lapices, borradores, plumas, hasta la mochila con todos los libros.

- ¡CALMENSE CARAJO! - muy enojado

- Vayase a la mierda.

- Nadie lo quiere aqui.

- Ya está viejo, larguese.

En ese momento el profe se salió y se dirigio a la direccion.

...

Yo seguía sin dejar de mirar a esa chica hasta que un ruido fuerte sono.

- ¿A qué se debe este disparate?

El profe de matemáticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora