Cap 1: Alumnos nuevos

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Camila Cabello sostenía orgullosamente su diploma en la palma de su mano derecha. En la izquierda, una rosa roja que su padre le había enviado como regalo de graduación: finalmente era profesora de Literatura.
Giró su cabeza hacia atrás al notar agua golpeándole la espalda y luego papeles de colores rodearle el cuerpo de arriba abajo. Alexa sabía como siempre hacerla sentir bien. Comenzaron juntas la escuela primaria, con tropiezos la otra castaña acabó el secundario y ahora ambas portaban su certificado universitario. Las metas que habían puesto para compartir finalmente se estaban cumpliendo.
Ahora, con sus 22 años recién cumplidos, comenzaba ese largo camino a forjar su vida dedicándola a su vocación; la enseñanza era en ella lo que Van Gogh pintaba o Poe plasmaba como poema. Era lo que el resto de sus días quería hacer, saltando aquello que podía llegar a obligarla para abandonarlo.
- Luis dará una fiesta ahora en su departamento ¿vienes?- Alexa, al igual que Luis, se habían formado como profesores de danza y juntos soñaban con fundar una academia a comienzos del año siguiente-
- No lo creo, Alex. Mañana tengo una entrevista, debo acostarme temprano y descansar
- ¡Camila!- le reprochó ella. Las fiestas para Alexa eran algo indispensable cuando las cosas salían bien- Solo un rato, luego yo misma te llevo al departamento
- La última vez que me dijiste eso me dejaste en el equivocado ¡A casi veinte cuadras del mío! No Alex, gracias pero iré a casa en taxi - refutó ella guardando su chaqueta bajo su brazo y alistándose para salir del edificio que ya no tendría que volver-
- Está bien, pero este sábado no te salvas. Me voy, Cece debe estar esperándome para que nos bañemos juntas- se despidió alegremente saludándola con la mano. La castaña soltó un corto adiós e imitó el gesto.
Terminó por bajar los escalones de la Universidad y, en la calle, detuvo un taxi dispuesta a llegar a casa en un horario en el que pudiera terminar de arreglar las cosas para el día siguiente, cenar, darse una ducha y finalmente descansar en su cama leyendo la parte final de Captive Heart de Sarah Mc Kerrigan; aquel libro romántico que comenzó a leer la mañana anterior durante el desayuno.
Estaba cerrando el libro cuando su teléfono comenzó a sonar desde la mesa de luz, con cansancio, estiró la mano para tomarlo y atender rápidamente.
- Hola
- Hija ¿te ha llegado mi regalo?
- Hola papá, si la rosa estaba preciosa, gracias por el detalle.
- Oh hija, para nadie un regalo es una rosa. Hablo de lo otro
- ¿Qué otro? No, lo siento, aun no me llegó nada ¿De qué se trata?
- ¿Si te lo dijera seguiría siendo sorpresa? ¡No seas tonta, Camila!- bromeó el hombre con una pequeña risa que contagió a la castaña- Seguramente llegará mañana, estate atenta que tal vez llegue temprano o tal vez no
- Papá mañana tengo muchas cosas que hacer
- ¿Sigues con esa idea de viajar a ese pueblo? ¿Cómo se llamaba...?
- Lima. Y si, aun sigo con eso. Allí faltan muchos profesores por lo que sería una oportunidad agradable aprovecharla
- ¿Viajaras sola?
- Si, Alex se fue de fiesta con Cece por lo que dudo quieran acompañarme
- Pasaré por ti, no iras a ese lugar sola. Es un pueblo olvidado en el que solo los delincuentes lo habitan
- Papá no hables así, no conoces nada de allí
- Por favor, Camila, leo periódicos y miro el noticiero. Con eso me basta
- Papá, estoy cansada, ¿nos vemos mañana?
- Esta bien, hija ¿A qué hora quieres que te busque?
- Podría ser después del desayuno ya que tengo que comer mucha comida ¿A las 10?
- Tu y la comida, Allí estaré, Camila. Cuídate
- Hasta mañana, papá.
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- ¿Estás segura que es aquí?- Alejandro Cabello colaba su cabeza hacia delante del volante tratando de descifrar que tipo de Instituto era ese- No parece de mal aspecto, al contrario
- Te lo dije, señor creo saber todo en esta vida. Es un Instituto normal
- Eso espero. Bajaré contigo
- No, papá- Camila colocó una de sus manos sobre la de su padre impidiéndole que la siguiera- La que está interesada en este trabajo soy yo. Espérame aquí ¿si?
- Si en una hora no sales, iré por ti- Camila rodó los ojos, cuan dramático podía ser su padre si se lo proponía- ¿Está claro?
- Como quieras- le dejó un sonoro beso en la mejilla y se dispuso a bajar del auto. Caminó por el patio frontal del colegio con su maleta en mano y sus lentes de lectura en la otra. Se sorprendió que nadie cuidara la entrada como en su colegio de California, a pesar de que ahora vivía en New York.
A lo largo del pasillo, el único ruido audible fue el de sus zapatos de tacón golpeando cada vez que hacía un paso; avergonzada pero con nadie que la viera, aceleró para llegar más rápido a la oficina del director. Golpeó tres veces y solo en la última se le permitió la entrada.
- Buenas tardes, soy Camila Cabello- se presentó ella aun con el picaporte en mano y medio cuerpo fuera de la habitación-
- Oh, sí claro, señorita Cabello. Adelante, por favor- un hombre de color le señaló el asiento frente a su escritorio y ella asintió antes de sentarse- Soy el director Cowell, quien tiene a cargo este respetable Instituto y el que habló por teléfono con usted
- Si, si lo recuerdo. Muchas gracias por tomarme en cuenta
- En realidad no había otros candidatos pero, volviendo al tema, ¿tiene algún currículo que quiera mostrarme?
- Vera, principal Cowell, acabo de graduarme por lo que ésta sería mi primera oportunidad laboral.
- ¿Es de New York?
- Así es
- ¿Y por qué no intentar trabajar allí?
- No es fácil ocupar una vacante, si hay claro. Mucho menos si tan solo pasaron veinticuatro horas desde la última vez que pisé la Universidad como alumna
- En caso de que se quedara con el puesto ¿viajaría a diario?
- Por supuesto, no veo cual sería el problema
- Que no quiero irregularidades. Si usted debe trabajar de lunes a viernes, no puede faltar un solo día ¿está entendiendo?
- Claro
- Hay dos salones que necesitan una profesora de literatura. El primero es uno de los más bajos y el otro es el último año. Un grupo algo especial
- ¿Especial?
- Bien, señorita Cabello, le daré un plazo de cuatro semanas para que se adapte. Si le agrada, el puesto es suyo
- ¿De verdad?
- Por supuesto. Llevan solo dos semanas de clases por lo que una profesora nueva para ellos no será problema.
- ¿Y entonces...
- Mañana a las 9 es su horario con el primer grupo del que el hablé. Lunes y viernes es la otra ¿Alguna duda?
- No, señor- se puso ella de pie y le estiró la mano emocionada en un cordial saludo- muchas gracias por esta oportunidad
- Bien. La veo mañana
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La salida de su primer día fue perfecta. El primer grupo en el que apenas pudo enseñar algo, debido a las presentaciones y al poco tiempo, fue demasiado agradable. Los chicos tenias entre 13 y 14 y a ella le gustaba el espíritu por aprender y la manera en que le prestaban atención y acataban cada una de sus ordenes.
Esa mañana, cuando el reloj dio las 10:00, tomó su maleta, se quitó sus anteojos y caminó rumbo a la puerta de salida. En el camino, varios alumnos la saludaron con amabilidad y respeto, pero otros llamaron su atención. Uno de los salones, alejados del resto, aun tenía su puerta cerrada y lo que dedujo con sus alumnos dentro. Caminó con incertidumbre y coló sus ojos tras el pequeño espacio de vidrio que la puerta le permitía observar hacia el interior.
- No tires eso, aun se puede usar- escuchó desde adentro por lo que se alzó sobre sus pies y trató de observar aun más. Era un grupo reducido sentado en un círculo sobre sus pupitres-
- No seas idiota, Keaton- escuchó otra voz pero no supo distinguir si era masculina como la anterior- Ya lo fumaste, ya no sirve
- Weasley, cierra la boca- ella torció su boca al ver como un chico musculoso con aros en las orejas salía de su asiento y tiraba algo en el bote de basura- Tu ni siquiera sabes fumar
- Porque quiero cuidar mi voz para ser un gran cantante
- Porque quiero cuidar mi voz para ser un gran cantante - escuchó al mismo chico imitar con burla lo que el anterior había dicho-
- ¿Alguien sabe de la profesora nueva que tendremos mañana?- Camilla sonrió cuando una chica morena, preguntó por ella en esa rara conversación-
- Si, yo sé algo- nuevamente el chico musculoso hablaba llamando la atención del resto- si es joven estará en mi cama como la anterior- ella rodó los ojos. No le interesaban los chicos, mucho menos alguien como ese chiquillo-
- ¡Drew!- escuchó como alguien llamó su atención. Ella volteó su rostro a la izquierda al sentir la voz demasiado cercana. En la ventana, una chica cubría su rostro con parte de su cabellera castaña y un gorro de invierno- Cierra la boca, aquí fuera hay alguien que nos está espiando- su corazón golpeó con miedo su pecho y aumentó cuando la puerta fue abierta y un grupo de chicos apareció frente a ella-
- ¿Tu quien eres?- un chico bajo preguntó por el resto-
- Uff, que importa, hermano, está muy buena
- A su salón ¡Ahora!- unos metros más atrás, escuchó la voz del director Cowell que llegaba hasta ella- ¿Conociendo a tus futuros estudiantes?
- ¿Cómo? - Preguntó Camilla cuando salió de su asombro y la puerta finalmente se cerró dándole seguridad-
- El viernes es su primera clase con ellos. Yo que usted tomaría unas clases de defensa personal antes
- ¿Cómo?
- Nada... ¡Para ti también, Jauregui! ¡Ve adentro! - Volvió a gritar el hombre, ella observó como la chica de la ventana lo fulminó con la mirada y le hizo una seña poco agradable- Un consejo- colocó él su mano cariñosamente en el hombro de la castaña- Si quiere llevarse bien con ellos, primero llévese bien con Jauregui.



Lenguaje del Amor (Adaptación Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora