Cap 32: De edad, profesión y apariencia

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Lauren suspiró; ya había dicho lo que su madre preguntó y solo estaba esperando una reacción de su parte. Frunció los labios, jugó con un mechón de pelo y terminó por sentarse en el segundo escalón esperando aún más.
Clara alzó la vista con los ojos entrecerrados y su cara lo decía todo: estaba totalmente confundida.
Lauren se aclaró la garganta nerviosa y finalmente su madre habló.
- ¿Una broma?
- Mmm...sí
- Pues no te creo
- Pero es la verdad - dijo ella tratando de sonar convincente-
- ¿O sea que tu "Sí, es una chica" solo era una broma para ver mi reacción? Ja- soltó la mujer con molestia e ironía mientras se ponía de pie- No te creo ni creo que no estés enamorada como acabas de negarlo. Pero si te hace sentir mejor, te doy la libertad para que vivas o cometas errores o lo que sea que me estés ocultando...Oh, pero Lauren - giro ella antes de ingresar a la cocina y darle una última mirada a su hija- Recuerda que aún vives bajo mi techo y eso implica que te comportes como debes. Ten cuidado con lo que haces-
- Mierda- susurró ella antes de apoyarse contra la pared para observar a su madre. Le pareció raro ocultarle algo a Clara, más allá de su madre siempre lo había visto como la persona con la que podía hablar cualquier cosa y en cualquier momento. Pero el decir la verdad esta vez iba a alejarla de lo que la hacía feliz: Y aún no estaba lista para dejar de ver ni mucho menos sentir a Camila.
Debía seguir mintiéndole a otras personas para esconder la felicidad que una sola le proporcionaba.
Suspiró. Si ocultó la verdad justo en el momento que podía decirla y a la persona que más confianza le tenía qué iba a pasar el día que realmente ya no pueda contar las cosas como desee.
Agitó la cabeza y se puso de pie. Pisar escalón por escalón y llegar a su cuarto nunca fue tan agotador como esa vez.
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Camila cerró su notebook de un solo golpe cuando tocaron la puerta de su nueva casa. Se asustó, nadie del pueblo sabía que era ella la nueva inquilina y, la única persona que sí lo hacía, aumentó su temor: supuestamente Lauren no iría a visitarla hasta que ambas sintieran la seguridad correcta para no sentirse expuestas.
Se levantó del sillón con lentitud y se acercó a la puerta, observó por la mirilla, colocó ambas manos sobre la antigua madera y suspiró, se trataba de un simple cartero.
- Buenos días, señorita- la saludó el joven alegremente- mi nombre es Richard y soy el encargado de entregar sobres en Lima
- Cartero- murmuró ella. La presentación del chico le había parecido graciosa-
- Mmm, cartero, sí y como usted es nueva quería decirle que su buzón está dañado por lo que puede pedir uno en la empresa o ¿desea que sus sobres sean entregados bajo la puerta?- Camila juntó las cejas ¿qué tipo de preguntas eran esas?
- Emm, arreglaré el buzón pero de todas maneras le agradezco su preocupación.
- Claro, hasta luego, que tenga buen día.
- Hasta luego- respondió ella aún extrañada por la visita. Cerró la puerta y cuando estaba por sentarse nuevamente golpearon. Susurró algo por lo bajo y abrió sin mirar antes de quién se trataba.
No había nadie. Abrió aun más y sacó su cabeza solo para descubrir a Lauren apoyada en la pared observándola con una sonrisa. Se resistió a estirar su brazo e ingresarla de un movimiento brusco.
- Entra rápido- le dijo a cambio seriamente y regresó al sillón-
- ¿Estás bien? - preguntó Lauren algo alejada y un tanto avergonzada-
- Lauren llevo apenas un día aquí ¿qué se supone que estás haciendo?-
- Parece que no lo notaste, pero esta mañana no fui al Instituto
- Por supuesto que lo noté- dijo Camila apartándose algo de cabello de la cara y mirándola por primera vez. No hacía falta que alguien se lo recordara ya que ese viernes a la mañana apenas ingresó al salón le llamó la atención la ausencia de la castaña; ella se había pasado todo el camino de regreso a su casa preguntándose por Lauren y no había encontrado respuesta alguna por lo que ya había dado por seguro que no la vería hasta el lunes siguiente- ¿Te ocurrió algo grave?
- Papá no se sentía bien y Clara estaba en el trabajo.
- Ah, enfermera- dijo Camila con una sonrisa imaginándose a la castaña en tal situación. Se mordió el labio, faltaban semanas para que el frío diera paso al calor y en ese cambio ella solía raramente pescar un resfriado y nunca tenía quién la cuidara. Agitó la cabeza y se tapó el rostro, tal vez ese año, esa soledad, cambiará-
- ¿Qué?- preguntó Lauren con una media sonrisa al ver el extraño acto de su profesora-
- Nada, ven aquí- la llamó Camila con un movimiento de cabeza y Lauren llegó hasta ella con una enorme sonrisa- Hola-susurró Camila inclinándose y mordiéndose el labio fuertemente cuando Lauren se arrodilló frente a ella y rodeó sus piernas con los brazos-
- Hola- dijo la castaña antes de levantar el rostro y besarla. Camila llevó con extrema dulzura su mano derecha para cubrirle la mejilla, la acarició y terminó por acercarla más a su rostro, parecía que su boca se secaba cada vez que Lauren se alejaba por lo que la apretó por la espalda y le impidió separarse las dos veces que la castaña lo intentó. Le mordió el labio, pasó su lengua para calmar la posible molestia y cuando quiso separarse decidió ir por más- Camila- escuchó la respiración agitada de Lauren cuando, con total vergüenza y valentía, coló intencionalmente su lengua y la juntó con la de la castaña.
Primero fue raro y estuvo a punto de levantarse, pero Lauren comenzó a acariciar sus muslos de arriba a abajo mientras intensificaban el beso y ya simplemente no podían despegarse. La castaña se aferró a su suelto cabello y ella a su rostro; las respiraciones, los susurros intermedios y las caricias solo alargaron el momento.
Hasta que el aire fue lo único que comenzó a necesitar por lo que, con lentitud, comenzó a alejar su rostro del de Lauren y, frente al intento de otro beso, pegó su espalda al sillón y detuvo a la castaña por los hombros.
- ¿Sabes el episodio raro que acabo de vivir?- preguntó Camila tras una pequeña risa porque Lauren aún tenía los ojos cerrados y lamía su labio inferior sin vergüenza-
- Mmm, no ¿qué te pasó?- preguntó la castaña impulsándose hacia arriba para sentarse al lado de la profesora-
- Vino un chico
- ¿Quién?- la interrumpió rápidamente haciendo que Camila girara los ojos de manera divertida-
- El cartero, me dijo
- ¿Richard?
- Sí, creo que ese era su nombre...Bueno, si lo conoces, entonces no viví nada raro. Es que vino, se presentó y me recordó que el buzón de la casa no está en condiciones y...
- Si querías que lo reparara la empresa o tirara la correspondencia bajo la puerta
- ¡Sí! Eso mismo- gritó emocionada la profesora subiendo sus piernas al sillón para retenerlas contra su pecho y moverlos ligeramente-
- Richard es así, ofrece servicio que la empresa no da. En fin, no le hagas caso que es demasiado confiado
- ¿Confiado? ¿En qué aspecto?
- Va a venir más seguido, te va a decir un día señorita, al otro linda y después te invitará a salir- Camila alzó la ceja, Lauren lo comentaba pero no dejaba entre ver celos, todo lo contrario, ella también parecía divertida- o va a besarte antes
- ¿Lo hizo contigo? - preguntó Camila aún de manera alegre-
- Lo hace con todo mundo desde que trabaja...Y sí, también conmigo
- ¿Y te besó?- preguntó la profesora esta vez de manera seria-
- No, claro que no. Mis padres conocen sus mañas asique ellos lo atienden cuando va a casa o si estoy sola me dicen que lo deje golpear hasta que se largue
- O sea que es un imbécil ¡Debe tener 20 y tantos!
- Tal vez, como todos los hombres- murmuró Lauren estirando su brazo y acariciando con delicadeza las rodillas de Camila. La profesora sonrió, se inclinó y le dejó un cálido beso en los labios para luego moverla y acostarla sobre sus muslos- Eres tan hermosa, Camila- susurró levantando su vista para encontrarse con los ojos marrones. Cerró los suyos un momento cuando Camila acariciaba sus mechones de pelo y jugaba con uno en especial enredándolo en uno de sus dedos, soltándolo y volviéndolo a enredar.
- Lauren - murmuró Camila suavemente llamándola-
- ¿Mmm?
- ¿Alguna vez saliste con un chico?
- No- respondió con sinceridad e inercia, las caricias de la profesora la tenían bajo efecto somnoliento-
- ¿Por qué?
- No me siento bien con ellos
- ¿Con ninguno?¿Ni siquiera con Chadwick?
- El es mi hermano, ya te lo dije.Y no, ninguno me hace sentir segura
- ¿Nunca te esforzaste para querer alguno?
- ¿Qué?- preguntó Lauren abriendo los ojos e intentando levantarse, pero la retuvo volviéndola rápidamente a sus piernas- No me esforcé para sentirme así contigo, simplemente me gustas o no. No creo que sea la única persona que piense de esa manera.
- Y no lo eres...Pienso igual, solo eres joven y hermosa, cualquier muchacho podría enamorarse de ti
- Keaton lo está - bromeó Lauren y entreabrió un ojo para ver la reacción de Camila; la descubrió bufando y la escuchó carraspear la garganta. Rió ligeramente y sacudió la cabeza-
- Mmm, Stromberg... ¿qué tipo de relación tienes con él?
- Es mi amigo
- Pero está enamorado de ti
- Bueno, no sería la primera chica que le pasa eso ¿Acaso tú tienes amigos que están enamorados de ti?
- No tengo amigos hombres. Y Cece y Alex están enamoradas entre ellas asique no, nadie está enamorado o enamorada de mí- dijo y de repente todo fue silencio. Lo había soltado con tanta ingenuidad que alarmó a Lauren ¿Y si Camila no quería a alguien enamorado de ella o alguien de quién enamorarse? Estaba en problemas, la profesora para ella no era un gusto hormonal o rápidamente pasajero. Camila le gustaba y mucho-
- Pero en New York me dijiste que te gustaba el amor
- ¿Y qué tiene que ver con lo que dije? ¡Amo el amor!...Pero para eso es necesario dos personas ¿no lo crees?- preguntó Camila acariciando la mandíbula de Lauren y extendiéndose hasta la mejilla. Desesperada, bajó su rostro e invadió la boca de la castaña con la de ella. Lauren le correspondió al instante y se separaron con un fuerte sonido que la avergonzó por completo. Escondió su cara en el cuello de la castaña y se quedó respirando allí un momento-
- ¿Tu nunca saliste con chicos? ¿Por qué?- preguntó cuando la sintió negar sobre su piel-
- No lo sé - respondió Camila alejándose pero descansando sobre el pecho de la ojiverde- Es decir, conocí chicos y me parecieron atractivos pero nunca me tomaron en serio como para una relación. Y yo a ellos tampoco. Son tan básicos: un ramo de rosas, una sonrisa coqueta y te quieren llevar a la cama
- Mmm...sí, supongo. Recuerda que has vivido más porque eres mayor- bromeó recibiendo un suave golpe en el hombro-
- Solo cinco años- se defendió con un adorable puchero que obligó a Lauren acariciarle cariñosamente el cabello- Tú ¿te sientes incómoda con respecto a eso?
- La que me gustas eres tú, no tus años
- Lo sé- susurró Camila alegremente- pero es que, ya te lo dije, cualquier jovencita puede enamorarse de ti y la juventud siempre es más atrayente que la experiencia
- A ver- dijo Lauren entre seria y con gracia- no tienes 40, Camila, ni pareces mi mamá, al contrario, mi hermana mayor...La juventud- dijo fingiendo que pensaba algo- tu estás dentro de ella...Y perdón, porque no quiero faltarte al respeto, pero ¿cuál es tu experiencia de vida?¿Haz tenido ya relaciones duraderas o demasiado cortas que te han marcado?Lo dudo- afirmó alargando su brazo hasta acariciar su espalda-
- ¿No me parezco a tu mamá?- preguntó siguiendo la broma pero solo para hablar de ese tema con la morena. Quería saber algo de sus padres y supuso debía aprovechar ese momento-
- Para nada. Ella era una gruñona, mandona y que poco me demostraba cariño. Me hacía madrugar para nada y acostarme tarde por la misma razón. Era una...- Lauren calló de repente y Camila apretó los ojos, solo quería saber un poco más. La castaña apretó los labios, no iba a continuar si de aburrir a Camila se trataba- Lo siento, no tenías porque escuchar mis quejas
- Me encanta escucharte- dijo Camila ladeando la cabeza para quedar frente a ella- cuéntame más... ¿O no quieres hablar de ella?-
- ¿Quieres escucharme?
- Por supuesto. Dime
- Se llamaba Dianna, o se llama, hace años que no sé de ella. Vivíamos en la peor zona del Bronx, una casa precaria casi asquerosa que solo Alicia solía limpiar una vez a la semana
- ¿Quién es Alicia?- preguntó Camila sin dejar de acariciar su rostro. No tenía idea de lo que podía llegar a escuchar pero no iba a dejar que el ánimo de la castaña decayera por eso-
- La señora que vivía con nosotras, se conocían del trabajo y para que el alquiler casi no se sintiera repartían gastos. Alicia solía esconder su plato de almuerzo que mamá le regalaba y me lo entregaba en secreto porque yo no recibía mi parte. Se sentía asqueroso ver a mi madre comer tranquilamente en una pequeña mesa y yo recostada en un colchón mojado esperando por masticar aunque sea un pedazo. Un día me cansé, me puse de pie y le reclamé. Volví al colchón por la cachetada que abrió mi labio y lo marqué con unas gotas de sangre. Supe desde momento que debía quedarme callada. Alicia lo notó y comenzó a hacer lo mismo con su cena y con los chocolates que le regalaban. Todo lo de ella iba a parar a mis manos cuando Dianna no estaba, supongo que gracias a ella estoy viva
Camila quiso preguntar algo, miles de cosas, pero un maldito nudo se formó en su garganta y le impidió hablar o siquiera tragar saliva. Empuñó sus manos a los costados de la cadera de Lauren y arañó el cojín odiando a quién se llamaba madre de Lauren.
Mordió sus labios y juntó sus pestañas para evitar llorar. Pero Lauren continuó hablando y no estaba segura de poder mantenerse fuerte.
- Un día me escapé y fue cuando llegué aquí. Me trasladaron a un pueblo cercano para que formara parte de un internado. Allí la vida no era mala, no a la que estaba acostumbrada pero también sucedían cosas. Si eras la nueva debías aguantar las burlas, si eras pequeñas los abusos de las mayores, si estabas en desarrollo el acoso de las lideres y parecías invisible si te resistías o todo lo contrario. Hasta que cumplí los doce. Michael y Clara llegaron una tarde o mañana, no recuerdo, y comenzaron a visitarme todo los días. Les tenía miedo supuse que no era para nada bueno pero finalmente había encontrado lo que quería y me hacía bien... Gente que se preocupaba y me acariciaban sin segundas intenciones. Michael me regañaba cuando debía hacerlo y Clara me abrazaba en consecuencia a eso. Los amo
- Lauren - susurró finalmente mordiendo el abdomen de la castaña aguantando las ganas de gritar ¿Cómo podía ser posible que una niña de 17 años haya vivido más cosas que ella a sus 22? Volvió a mover su cabeza de modo que Lauren no la viera llorar y se quedó en esa posición una eternidad de minutos, preguntándose por qué respiración se volvió violenta y la de la castaña pacífica.
Una cruda y asquerosa imagen cruzó por su mente y apretó más sus dientes al suponerla cierta; quiso quitarse la duda, regresó la vista a Lauren que tenía los ojos cerrados y coló una de sus manos por debajo de su remera.
Volteó otra vez y continuó llorando: la castaña dio un pequeño salto y sujetó su mano impidiéndole continuar. Ella la retiró con lentitud y rodeó el cuerpo de la castaña de manera protectora.
- Nunca te alejes de mí- murmuró apretándola contra ella y finalmente escuchó el sollozo de Lauren. Se levantó al instante y la acomodó contra su pecho, ojalá la hubiese escuchado porque no podía volver a repetirlo.
Sus propias lágrimas no se lo permitían.
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Camila abrió los ojos y los cerró al instante, se sentían pesados y la cabeza le dolía como pocas veces, tanteó el sillón a su lado y se puso de pie rápidamente cuando la ausencia de Lauren la preocupó.
Corrió hasta la cocina y suspiró aliviada al verla apoyada en la mesada bebiendo con calma un vaso de agua. Le sonrió y Lauren la copió al instante, después se dio la vuelta y le entregó otro vaso a ella.
- Gracias ¿Nos quedamos dormidas?- preguntó retocando su cabello efectivamente algo desordenado-
- Eso parece. Acabo de despertar también
- ¿Qué hora es?
- Van a ser las seis. Por lo que termino esto y regreso a casa- dijo Lauren elevando su vaso y luego regresándolo a su boca-
En cambio, Camila dejó el suyo casi intacto sobre la mesa y llegó hasta ella solo para rodearla por la cintura y abrazarla transmitiéndole seguridad y cariño. Lauren se apoyó contra su hombro y le susurró algo que Camila no pudo distinguir pero que sonaba igual a un' te quiero'. Sonrió, sí, estaba segura que eso dijo.
- Me sentiría mejor si me llamaras cuando llegues ¿puedes hacerme ese favor?- preguntó Camila sin separarse y sintiendo a Lauren mover positivamente su cabeza- Te daré mi número-
- ¿Qué le pasó a tu auto?- preguntó aún bebiendo y observando a Camila anotar algo en un pequeño papel- No lo vi ayer ni hoy
- Lo traeré en otro viaje o aún no estoy segura de hacerlo. Aquí no hay dónde dejarlo y realmente no me gustaría que le pase algo... Me llamas ¿sí?- le dijo golpeando cariñosamente el papel contra la nariz de la castaña e inclinándose luego para besarla- Gracias por lo que hiciste hoy- murmuró sin separarse de los labios de la castaña - significa mucho para mí que me tengas confianza...Eres adorable- le dijo volviéndola a besar y recibiendo las manos de la castaña tras su cuello para no separarse rápidamente.
Accidentalmente golpeó su cadera hacia atrás y la castaña dio contra la mesada rompiendo el beso para quejarse.
- Auch
- Lo siento- dijo Camila reteniéndola contra ella, alejándola de la cocina y acompañándola hasta la puerta- Recuerda, me llamas apenas llegues, Jauregui
- Lo haré, gracias por escucharme
- Cada vez que quieras, aquí estaré...No importa lo que haya pasado antes, ahora estás aquí y conmigo...Nada va a ser igual ¿sí?...Bien- dijo cuando Lauren asintió frenéticamente- Lauren- la retuvo por el brazo cuando la castaña ya estaba afuera, la giró sobre sus talones y volvió a pegarla contra ella para besarla una vez más- Aquí voy a estar- le repitió soltándola suavemente y observándola caminar cada vez más lejos. Infló su pecho y suspiró cuando desapareció de su vista.
Ingresó aún en un raro estado y se sentó en el sillón a esperar la llamada de la castaña. Bastaron quince minutos, quince largos minutos, y la escuchó del otro lado de la línea por escasos segundos porque sus padres estaban cerca.
Camila colgó con una sonrisa que borró al tomar su celular y marcar rápidamente un número:
- ¿Papá?Te necesito en Lima cuanto antes.
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- Buenos días- saludó Camila al ingresar el lunes a su clase que se estaba volviendo su favorita-
- Buenos días, miss Cabello- respondieron todos a coro y de manera lenta. Sumamente lenta que a ella le recordó su paso por el jardín de infantes. Sonrió, le gustaba cuando las cosas salían de manera natural-
- Bien, tomen sus cuadernos que comenzaremos la clase
- Está muy linda hoy, profesora- ella alzó la vista de su escritorio cuando Zayn la alagó desde lejos. Dio un vistazo general y descubrió a Lauren girando los ojos, Niall burlarse tras su propia mano y Chadwick observando a su compañero de una extraña manera-
- Gracias, Zayn, pero quisiera recordarte algo, soy tu profesora ¿de acuerdo? Ciertos comentarios no debes decirlo en voz alta
- Pero...
- Nada, Malik- lo calló ella antes de que el chico protestara- bien, el viernes les había dado un texto para leer y unas cuantas preguntas. Comenzaremos con eso...Eh, Stromberg ¿qué haces?- le preguntó al chico al verlo levantarse y sentarse luego junto a Lauren -
- Le presté mis cosas a Lauren. Trabajaremos juntos
- Pues la actividad no es grupal
- Pero ella no estuvo el viernes
- Ya lo sé- aseguró Camila tomando otra copia del texto y caminando hasta ellos- la tiene ahora y ahora se sumará a ustedes. Regresa a tu lugar- murmuró regresando ella a su escritorio- Bien, Chadwick, responde la primera pregunta
- ¿Es una broma? - Se quejó el chico, como de costumbre, sin nada sobre su banco-
- A ver, Drew las actividades son para hacerse ¿sí? Basta de estos jueguitos de escribir y traer exactamente lo mismo la clase siguiente. Y va para todos. Ahora, no hiciste las cosas en tu casa, bien, las harás en este instante. Pasa al frente
- Sigue siendo broma ¿cierto?
- Al frente o aquí mismo te reprobaré - el chico se levantó golpeando el asiento frente a él y llegó hasta la pizarra tomando bruscamente la tiza que Camila le tendía- La consigna era leer la biografía del autor del texto y marcar sus hechos directos con la literatura ¿Qué averiguaste de Héctor Hugh Munro?
- ¿Puedo sentarme?- respondió el chico en cambio haciendo reír a Keaton y Zayn-
- ¿Sabes cómo murió Munro, Chadwick?
- ¿De viejo?
- Todo lo contrario, apenas tenía 46...Estaba en la guerra, en un campo minado y le ordenó a alguien más: "¡Apaga ese maldito cigarrillo!"...Nadie le obedeció...Sí yo te ordeno algo, tu lo cumples ¿está claro?...A menos que quieras quedarte en este Instituto de por vida ¿Eso quieres?... ¿Eso quieres?- preguntó alzando la voz frente al mutismo del chico, sin embargo Drew se mantuvo callado - Siéntate y para tu bien espero que resuelvas las preguntas que hoy daré para la próxima clase. Stromberg, la segunda pregunta.
- Disculpe, profesora- Camila volteó a la puerta cuando Jennel golpeó y entró con confianza sin un permiso dado- queridos compañeros- dijo la chica deteniéndose en medio del salón y moviendo sus manos alegremente- como todos los años, la fiesta de bienvenida a clases y despedida para el inicio de vacaciones de invierno se hará nuevamente aquí
- Jennel, no te concedí permi...
- Entonces- prosiguió Jennel ignorando el reclamo de Camila- venía a decirles cuál será la propuesta de este año. Redobles Niall- le pidió descaradamente al único miembro masculino que solía saludar a veces en los pasillos- ¡máscaras!
- ¿Qué mierda estás diciendo?- se quejó Drew al instante obteniendo un llamado de atención de Camila- Lo siento- se disculpó velozmente-¿pero qué es esa mariconada de la que estás hablando?-
- Que este año para ingresar a la fiesta deberán traer el rostro cubierto, o sea, con una máscara ¿quieres que te lo escriba en el pizarrón?- preguntó la chica con su tono sarcástico y Drew solo giró los ojos-
- No pienso venir entonces- aseguró Drew. Amaba esas fiestas porque era acceso fácil para llevar una chica a la cama, siempre se vestían con minifaldas sumamente cortas, camisas que doblaban a la altura de sus pechos y la cara visiblemente maquillada. Eso de las máscaras solo le iba a generar molestia y pérdida de tiempo al elegir alguna muchacha-
- Pues no vengas- lo desafió Jennel cruzándose de brazos- Bien, ya les dije, máscaras y atuendo que combine con ella...Por cierto, Drew, si no vienes ¿quién alegrará la fiesta con el ponche?- preguntó la chica con una voz completamente distinta que rozaba lo juguetona solo para provocar al chico-
- Está bien- susurró Drew desde su lugar-
- Bien, colgaremos las pancartas con indicaciones y demás la próxima semana- dijo Jennel caminando a la puerta- Vengan todos- dijo recostándose velozmente bajo el marco y dedicándole una mirada a Lauren- Hasta luego- se despidió observando de reojo a Camila y saliendo con un excesivo movimiento de caderas.
- Bien, continuemos- dijo Camila mirando rápidamente la reacción de Lauren. La castaña estaba completamente entretenida rayando algo sobre su banco. Lo había hecho desde que entró Jennel- Stromberg al frente. Responderás la próxima pregunta-
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Camila llegó a su nueva casa algo agotada, debía caminar una gran cantidad de cuadras desde el Instituto a ella y realmente el cansancio era notorio. Estaba quitando la llave de su maletín cuando el claxon de un auto llamó su atención.
- ¡Papá!- gritó emocionada al verlo estacionar y luego corrió hasta él para abrazarlo. Desde que ella le había dicho que se mudaba la relación entre ellos pareció resquebrajarse y realmente no quería que pasara a mayores. Supo que no pasaría cuando él le besó la cabeza y la guió por la espalda al interior de la casa- No pensé que vendrías tan rápido
- Pues ya ves, me necesitas, aquí estoy...Guau, muy linda casa, hija
- Gracias, estoy por empezar a remodelarla pero bueno, no quiero cambiar mucho y que Alex se enoje ¿Quieres tomar algo?
- Agua sería fantástico, sin duda el viaje es agotador
- ¿Lo notaste?- gritó Camila desde la cocina mientras retiraba dos botellas de agua de su heladera- Es sin duda algo molesto
- Gracias- le dijo Alejandro al recibir una mientras, sentado en el sillón, aún analizaba cada rincón del lugar- Me preocupé por el tono de tu llamado el otro día. Perdona si no vine antes, ocurrió algo con algunos pacientes
- ¿Está todo bien?
- Sí, sí, tranquila, más bien tú dime si las cosas están bien ¿te sucede algo?
- No es de mí quien te llame para hablar
- ¿No es de ti? Bueno, eso me alegra- dijo cuando Camila asintió y luego dejó seriamente su botella sobre la mesa ratona- ¿De quién es entonces?
- De Lauren
- ¿De Lauren? ¿Qué pasó ahora?
- Necesito que me escuches con atención y respondas desde tu profesión ¿si?
- Estás asustándome ¿pasó algo grave?
- Eso me lo dirás tú ahora


Lenguaje del Amor (Adaptación Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora