Cap 25: Sinceridad

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Hacía apenas segundos que había llegado a su departamento, apenas puso un pie dentro corrió al baño, se desprendió la camisa y se colocó frente al espejo: las palabras que Lauren había escrito aún permanecían intactas y, a pesar de que debía darse una ducha antes de acostarse, no quería que el tinte negro desapareciera de su piel. Cerró los ojos, tal vez se daría un baño de espuma al día siguiente.
Su rostro dibujó una sonrisa al estirar su brazo derecho y repasar con cuidado letra por letra de la pequeña frase; recordó la mueca de Lauren al escribirla, tan atenta, cuidadosa y segura de lo que quería transmitir que algo removía entre sus pensamientos, se preguntó por qué esos gestos, por qué esa orden de cuidar las dos cosas más importantes que el ser humano posee y por qué no la besó cuando ella quiso hacerlo. Abrió los ojos con lentitud, deseaba que Lauren no terminara arrepintiéndose de lo que estaban viviendo juntas.
- Cuerpo y alma- susurró observándose de lleno en el espejo aún sosteniendo su hombro y dejando al desnudo esa parte solo para ella- ¿Qué estás haciéndome, Lauren? - se preguntó a si misma apenas moviendo los labios. Jamás había dejado que alguien la desmoronara tan fácilmente de manera emocional como lo hacía la castaña. Jamás alguien la había tocado tan respetuosamente como lo hacía, aunque de manera escasa, Lauren. Jamás había sentido miedo, nervios y excitación con la sola presencia de alguien. Jamás había extrañado por culpa de la lejanía a alguien. Jamás había amado.
Volteó su cabeza con violencia hacia el pasillo como si alguien la hubiese descubierto haciendo algo malo. El timbre sonó con vehemencia y luego dos golpes de puño llamaron su atención, se acomodó con velocidad la camisa y tomó la bata que estaba en su camino y llegó a la puerta. Suspiró con calma cuando vio a su padre del otro lado.
- Me asustaste, papá- le reclamó apenas abrió-
- ¿Te asusté? ¿Por qué?- preguntó él dejándole un beso en la mejilla y abrazándola fugazmente- ¿Esperabas a alguien más?- volvió a preguntar cuando ya estaban en el living-
- No, al contrario, no esperaba a alguien. Pero la manera en que tocaste
- Fue igual que siempre ¿te sientes bien?- le preguntó Alejandro tocando la frente de su hija y luego negando con la cabeza- Sí, estás bien... Traje vino- dijo alzando la botella del favorito de ambos- ¿Podemos hablar?
- Sí, solo que aun no preparé la cena
- ¿Tienes hambre?
- Demasiada
- Ve y te pones algo más cómodo mientras yo pido algo ¿sí?
- Está bien. Adentro de la cartera tengo dinero
- ¡Oh, Camila!- se quejó él - Te estoy invitando, no te hagas la tonta. Ve a cambiarte
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Estaban terminando otra porción de pizza y la tercera copa de vino cuando Camila soltó unas palabras que tomaron a Alejandro de sorpresa. El hombre clavó su mirada en la botella de la bebida, cada vez que Camila tomaba vino tinto en cantidad solía soltar unas cuantas cosas que no debería; como en ese momento.
- La besé- dijo la chica con la voz apenas audible y escondiendo sus labios tras la copa ya casi vacía por ser la tercera. Alejandro dejó su comida a un costado y se movió contra el sillón algo incómodo.
- ¿Cuándo?
- Hace dos semanas. Cuando pasé la noche en Lima y me quedé en su casa.
- ¿Estaban sus padres ahí?
- Si... es decir, no nos vieron
- ¿Y pretendías que lo hicieran?
- No, no comiences a usar ese tono- murmuró Camila cuando su padre cambió la pasividad por un tono más grave, más molesto. Más incómodo- Te lo estoy diciendo porque necesitas saberlo... Y... bueno, volvimos a hacerlo
- Camila, no...no sé qué quieres que diga... Es muy fácil aconsejar y tratar a mis pacientes, pero tú no eres uno de ellos. Eres mi hija. Te conozco más de lo que me conozco a mí mismo, nadie te conocerá como lo hago yo y... y decirte que estás haciendo todo mal es hiriente para ti y vergonzoso para mi...Sinceramente...no sé donde estoy situado ni mucho menos tú.
- Me dijiste que debía hablar con ella de lo que siento- susurró Camila una excusa con la vista en el suelo-
- ¿Y lo has hecho?
- No...no del todo
- Camila... Camila mírame... y habla con sensatez y no con las hormonas que esa niña te está pasando
- No es una niña
- ¿A dónde pretendes llegar con todo esto?
- ¿Qué?
- ¿Le has preguntado si está interesada en alguien más?
- Claramente no lo está
- ¿Le has preguntado?
- No... pero tampoco está con alguien... ¿A qué viene esta estúpida pregunta?
- ¿Te has quedado a solas con ella?
- Muchas veces- Alejandro apretó los ojos y desistió de negar violentamente con la cabeza-
- ¿Y de qué han hablado en esos momentos?
- De muchas cosas...Sé que le gusta atletismo, de hecho acaba de tener una competencia individual y la ganó. Es vegetariana, odia matemática así como a veces leer pero... papá no es una niña
- ¿Y tú?
- ¿Yo qué?
- ¿Qué le has contado a ella sobre tus gustos?
- Ella sabe que vivo aquí
- Porque ha venido, claro
- Que me gusta leer
- No conozco profesora de literatura que no lo haga
- ¿A dónde quieres llegar? - Preguntó Camila molesta por la ironía de su padre-
- ¿Ella te interesa?... ¿O solo te has confundido en un simple acto adolescente al que ella juega y ahora no sabes cómo detenerte?
- Ya te he dicho que no actúa de manera inmadura
- ¡Oh, claro! ¿Y por eso debo olvidarme que tiene 17? ¡Oh! ¿Te has dado cuenta? Es menor de edad- ironizó Alejandro golpeando la palma de su mano contra sus muslos- ... ¿Quién más lo sabe? Además de Cece y Alexa, claro
- Nadie más
- Por tu parte... ¿Por la de ella?
- Nadie, creo
- Crees... ¿Sabes que podría creer el resto? Que ella es la que controla todo, que está en un parque de diversión y tu eres su juego más atractivo. No hay sentimientos, no hay molestia por excavar mas allá de lo necesario que un contacto físico y ella, como la niña, se retirará de todo esto con una sonrisa... Tú, como el juego, terminarás gastada, posiblemente ensuciada y con algunas marcas que nunca se borrarán. Si me entiendes ¿verdad?
- Creí que tú me entendías... Creí que me apoyabas en esto
- ¿Dije eso alguna vez?
- No... pero eres tú. Mi padre... la persona que más necesito en este momento... No me des la espalda ahora, Alejandro. Por favor
Alejandro suspiró esquivando la cantidad de lágrimas que se juntaban en los ojos de su hija, aquellos marrones que el mismo poseía y jamás vio llorar. Debía admitirlo, no le gustaba nada lo que estaba pasando con ella, Camila podía enamorar a cualquiera que se propusiese y amar a alguien que realmente se mereciera su amor. Porque él estaba seguro que los sentimientos podían manejarse, alejarlos de la persona equivocada y penetrarlos en la correcta. Y Camila tal vez estaba confundida.
Pero era su hija.
Conocía cuando sonreía por sinceridad y cuando fingía que algo le gustaba. Y, aunque le molestara, debía admitir también que cada vez que hablaban de Lauren a la chica le salían las palabras sin problemas ni duda y con un sonido melódico que pensaba no tenía porque no lo había escuchado jamás. Los movimientos de sus manos acompañando al relato eran precisos y nítidos a la hora de recordar la figura de la castaña y su pelo que usaba a veces suelto o la manera en que se mordía el labio cuando la miraba a ella.
Alejandro Cabello debía admitir, y comenzar a vivir, con ese sentimiento extraño que dejaba a su hija en una inestabilidad emocional y que se debía por una alumna. Debía admitir que Camila Cabello estaba completamente entregada a los juegos, sinceros o no, que Lauren Jauregui la exponía.
- ¿Por qué no pides una licencia por varios días? - preguntó con esperanza pero recibiendo la misma respuesta. Camila negó con la cabeza frenéticamente-
- No, no me voy a alejar de ella y eso no está a discusión...No ahora... Te diré algo, papá, y lo mismo que le dije a Cece... La que conoció a alguien especial bajo estas circunstancias fui yo, nadie más. No tienen derecho a meterse en esto ni a decirme que ella es una niña porque nadie la conoce, nadie tiembla como yo cuando ella me toca ni le dan ganas de besarla cuando la tienen en frente.... Sé que pasé una línea que nadie debería haber cruzado, pero estoy actuando con respecto a eso y continuaré haciéndolo si las cosas no terminan saliendo como quiero... Soy yo y así me siento con ella... O qué ¿van a denunciarme?
- No digas estupideces
- Entonces ustedes tampoco las digan, porque no les estoy pidiendo que me apoyen o entiendan, solo que me respeten.
- ¿Las personas que te queremos no podemos decirte cuando haces algo mal?
- ¿Dime que es lo malo de todo esto para ti?
Silencio.
Alejandro procesó la pregunta de manera lenta y la respuesta se estancó en su lengua de manera rápida, pero no encontró como decirla. Porque si Camila, y Lauren, sentían algo realmente importante a la hora de estar juntas, entonces no había algo malo. Tal vez las cosas se estaban tratando mal, pero eso es muy distinto a malo. Malvado. Son dos cosas completamente distintas y, que, rozarlas, ya sería un pensamiento catastrófico y un hecho de igual magnitud.
- Ven aquí- terminó él llamándola y Camila se puso de pie para entregarse al abrazo que le daba- Te respetaré ¿si?... Pero cuídate... y cuídala a ella ¿puede ser?
- Por supuesto. Ten por seguro que la cuidaré.
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- Estás algo distante estos días ¿qué te pasa?-
- Nada, Drew. No seas más dramático que Wess- bromeó Lauren cuando abandonaban la vereda de su casa y comenzaban a caminar rumbo al Instituto.
- Hace días que te regresas antes del colegio en vez de acompañarnos al bar... ¿Has discutido con Keaton?
- Keaton no es el centro de mi mundo, Drew... y no, no discutí con él. Solo... nada, creo que estoy tratando de ser independiente en ciertas cosas. Necesito serlo
- ¿Lo necesitas? ¿Para qué?
- Está escaseando el sexo en ti ¿cierto? Nunca preguntas tanto
- Estoy alejándome de las chicas para que no te pongas celosa- Lauren rió- Pero no seas mala, dime qué es lo que te trae así
- No es nada grave, Chadwick ¿No has sentido alguna vez en tu vida que debías tratar de modificar algo para mejor solo para que alguien se fijé más en ti?
- ¿Quién te gusta?
- No seas tonto...lo digo solo por el simple hecho de conocer a alguien. No que ya la conocí
- Si no la conoces ¿entonces para qué quieres cambiar?... ¿Es Jennel? Creí que ya no te gustaba... ¿O alguna otra porrista?
- Es alguien ¿si?
- ¿Quién?
- ¿Me perdonas si te digo que aun no puedo hablarlo contigo?... con nadie
- ¿Y eso?
- Porque ciertas cosas deben afianzarse, o más bien, conocerse antes... ¿Puede quedar entre nosotros?
- Me indigna la pregunta... Sabes que te amo ¿cierto?- le preguntó Drew rodeándole posesivamente el hombro y estrechándola contra su cuerpo mientras aminoraban la velocidad al llegar a su destino- Si, si, te amo y lo sabes
- Sería incesto si estuviéramos juntos
- Aunque te mueras por corresponderme, querida. No somos compatibles... - le dijo Drew terminando por darle unas cosquillas en su costado derecho. Lauren rió desaforadamente y se detuvo bruscamente cuando Camila de un momento a otro se encontró frente a ellos- Eh, miss Cabello... está muy hermosa hoy
- Gracias Chadwick- respondió ella entre dientes con su mirada fija en Lauren - Buenos días, Jauregui-
- Buenos días, profesora- 'Oh, no'- pensó Camila- 'No uses esa palabra ni ese tono' -
- Bueno, vamos Lauren. Que debes darme mi beso antes de comenzar el día- bromeó Drew tomándole la mano a la castaña y entrelazando sus dedos. Camila tragó fuertemente.
- Drew, no seas tonto- dijo Lauren al soltarse y dar un paso atrás para volver a su lugar. Frente a Camila- Toma, lleva mi mochila- lo alejó al entregársela y a Drew no le quedó otra opción que irse- A veces es medio estúpido
- ¿A veces?... ¿Es tu amigo o tu novio?- preguntó Camila con seriedad moviendo desesperadamente el brazo que sostenía su maletín-
- Ninguna de las dos, es como mi hermano...Y no le está permitido a usted llamarlo de mala manera. Solo yo puedo decirle tonto o algo más.
- Sí, como sea...Espero que hoy todos tengan ganas de trabajar por qué no estoy de humor para lo contrario
- ¿Le pasa algo? - preguntó Lauren dando un paso más hacia ella y levantando sus brazos para tocarla pero los bajó al instante- ¿Se siente mal?
- No... solo, nada, estaba de buen humor, de repente cambió y ahora mágicamente volvió.
- Ah... ¿pudo borrarse lo que le escribí el otro día?
- Si, fue fácil- mintió, jamás había pasado tantas horas sin ducharse y era exactamente para no borrar las palabras, el poco aroma de Lauren que se había impregnado en ella y el recuerdo de la castaña cercana a su rostro mientras lo escribía-
- Bueno... ¿su novio lo vio?
- ¿Qué?... No, no. Él... no lo vio ni nada parecido
- Está bien... ¿Está jugando con esto?
- ¿Cómo?
- No me conoce del todo, pero le dije algo importante, es la primera vez que siento algo así por alguien... Si quiere jugar búsquese a alguien más... Si no, dígame cómo demonios seguimos lo que quiero seguir
- Tú... ¿tú has pensado en mí estos días?
- Cada uno de ellos. No haberla besado el viernes me molestó porque la tortura de volver a verla y saber cuándo volver a besarla se hace más largo... Pero no la beso por demostrar algo insípido... La beso porque lo siento, porque usted me atrae y no me gustaría saber que después de que lo hago llega a su casa y alguien más también lo hace y usted le corresponde de la misma manera que lo hace conmigo... Entonces ¿usted está jugando? Porque yo también se hacerlo, solo que no quiero. No con usted... ¿Dónde es exactamente hacia dónde nos está llevando?
- Lauren...no estoy jugando
- ¿Conmigo o con su novio?
- Con ninguno...Porque él no es mi novio
- ¿Qué? - preguntó Lauren dando un paso atrás y ella dando, obligadamente, otro hacia el frente-
- Es una larga historia y no puedo decírtela ahora porque debemos entrar a clases. Pero no es mi novio.
- Explíqueme porque no entiendo nada
-Ya te dije que ahora no... ¿Tal vez a la salida? ¿Te quedas como el viernes y nos encontramos en el otro salón?
- No lo sé- murmuró Lauren antes de dar media vuelta y caminar a paso rápido hacia el interior del lugar.
Camila suspiró tratando de armar las palabras correctas antes de decírselas a la castaña.
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La primera clase pasó de manera rápida entre miradas raras con Lauren, cruzadas de brazos por parte de su alumna y ciertos gestos que no podía pasar desapercibidos. Lauren parecía molesta y la entendía pero no significaba que le doliera que la viera así.
Sonó el timbre y todos rápidamente tomaron su mochila, pasaron por el escritorio de Camila en busca de sus cuadernos y salieron; su vista se estancó en Lauren deseando que no se fuera y agradeció mentalmente cuando la castaña la llamó con la mirada.
- ¿Aquí?- preguntó Camila haciendo referencia a la inseguridad que ese salón les proporcionaba para hablar. Ella esperaba hacerlo al final de la siguiente hora- Está bien- murmuró al sentarse frente a Lauren cuando esta no le respondió nada- Vas a escucharme ¿cierto?
- Si va a decir la verdad sí.
- Lo voy a hacer... Harry, no lo conoces, pero es el hijo de una amiga de mi mamá. Es gay
- ¿Qué?- preguntó Lauren olvidando su tono molesto y dándole su atención-
- No lo conocía, al menos no como ahora. Hemos compartido varias charlas y solo he visto a su pareja una vez, ambos son excelentes personas. Louis, su pareja, es homosexual solo ante su familia y dos de sus amigos. Frente al resto un soltero de poca suerte. Harry, solo ante él y... bueno ahora yo. Él sabe de mi preferencia sexual, todo el mundo lo sabe, pero mi mamá es un poco... juzgadora
- Homofóbica, querrá decir
- Está bien, homofóbica... Desde los dieciséis que está buscándome citas, me hace conocer chicos para tratar de quedar con alguno y no tiene problema de negar mi sexualidad ante sus amigas cuantas veces se le dé la gana. Es muy distinta a mi padre
- ¿Por qué? ¿Cómo es él?
- El apoya todo lo que haga, no me malcría, no mal interpretes, solo... nunca he tomado una mala decisión en mi vida por lo que confía en mi ciegamente.
- ¿Y entonces que tiene con ese tal Harry?
- Una imagen. Su madre no sabe que tiene pareja, homosexual, y... ella y mi madre están felices
- ¿De verdad se lo creen?
- Pues eso parece....No me mires así ¿estás juzgándome?
- No, no hay por qué hacerlo. Está haciendo algo completamente valiente
- Para mí es de cobardes
- Pero más de valientes... ¿Y hay contrato de por medio?
- ¿Eh?
- Wess ve todos los días un show en la TV, resulta que milagrosamente, según él, de un día para otro los protagonistas salen en la vida real, hay fotos de ellos de vacaciones, en los aeropuertos y que se yo tantas tonterías que a él le molestan porque dice que la chica es lesbiana y el solo su mejor amigo....Entonces, como Wess es un chusma de primera, dice que salen por contrato ¿Cómo lo llama, Wess?...PR, me parece, bueno como sea... ¿Usted por qué lo hace?
- Que interesante esa historia, pero solo lo hacemos para que dejen de seguir nuestras sombras todo el día. Solo por eso
- ¿Y si el termina enamorándose de usted?... ¿O usted de él?
- Eso no va a pasar- murmuró Camila estirando su mano sobre la mesa y tomando la de Lauren que estaba sobre su pecho, en pose aun de molestia-
- ¿Cómo lo sabe?- preguntó intentado esquivar el forcejeó que Camila la sometió para entrelazar sus manos. Terminó cediendo y ahora, su mano izquierda, descansaba sobre el banco con la derecha de Camila arriba-
- Porque sí y punto. Además...
- ¡Lauren! Ven mira esto... ¿Qué hacen? - Preguntó Keaton entrando de repente y obligándolas a separarse de inmediato-
- ¿Qué quieres, Keaton?- preguntó Lauren -
- ¿Qué hacías?- preguntó nuevamente llegando a ellas-
- Nada, me dolía la mano y la profesora solo...
- ¿Te sientes bien?- exageró él encorvándose frente a ella y tomando su mano inspeccionándola- ¿Te golpeaste?
- Estoy bien, Keaton... ¿Qué querías mostrarme?
- Oh, ven - dijo él olvidando el supuesto golpe de la castaña y apretando su mano para ponerla de pie y arrastrarla hacia la puerta.
Camila abandonó la silla con molestia y giró a verlos, Keaton desaparecía tras la puerta pero Lauren, antes de seguirlo, volteó a verla y le envió una sonrisa que ella correspondió al instante.
Escuchó la puerta cerrarse levemente, caminó hasta el escritorio y tomó su maletín.
Iba a disfrutar la siguiente hora enseñando un nuevo paso de baile, lo mostraría con la ayuda de alguien, sonriendo, abrazando, tocando y pegando su cuerpo al de alguien más: Lauren.


Lenguaje del Amor (Adaptación Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora