El pasillo se llenó de chicos, entre deportistas, porristas y de los que pasaban desapercibidos para los populares. Su cuerpo fue empujado hacia delante logrando que su par de anteojos cayera estrepitosamente al piso y solo ella escuchara el "crack" que el sonido de vidrio al romperse hizo.
Apenas se encorvó lo tomó y, cuando se incorporó, uno del equipo de fútbol le lanzó aquella bebida helada. Esta vez de color naranja.
Sin limpiarse o si quiera hacer el intento, guardó sus lentes en su maletín y se aferró a él cual naufrago a un trozo de madera. Casi corriendo, llegó hasta su auto y con rapidez quitó las llaves de su chaqueta. Necesitaba salir de allí lo antes posible.
- Bonito auto- escuchó una voz masculina y luego unas risas rodearla. Observó a su alrededor velozmente, había como seis chicos con chaquetas del equipo de fútbol. Ella apretó el juego de llaves en su mano derecha e iba a abrir cuando se las arrebataron-
- Miss Cabello... este Instituto no es para personas como usted- escuchó ella pero con su vista fija en las llaves que iban pasando de mano en mano. Estiró su mano para tomarla pero uno de los chicos la guardo dentro de su pantalón- Por aquí nunca ha venido una profesora tan linda ¿verdad, Ray?- preguntó el chico y ella vio como otro asentía y la miraba de arriba abajo-
- Devuélvanme las llaves, por favor- pidió con la voz seca debido a los nervios y al miedo a que no lo hicieran ¿Qué problema tenían allí con su auto?-
- Oh, qué bonita voz... y sexy... Miss... ¿a nosotros no nos dará clases?- preguntó uno de los chicos dándole un pequeño empujón que terminó golpeándola contra la puerta del conductor-
- Si entrara cinco minutos en nuestro salón, la pasaría genial. Nunca más querría irse- escuchó a ese tal Ray y lo sintió acercarse. Con una mueca de asco, ella intentó alejarse pero un brazo rodeó su cintura e inmediatamente su cuerpo se detuvo detrás de otro-
- ¿Qué demonios están haciendo?
- ¿Lauren?- preguntó ella al sentir aún la mano de la chica en su espalda de manera protectora. Sin saber porque, llevó su brazo izquierdo al hombro de la castaña y acercó su rostro al oído de su alumna- Deja, no te metas en problemas-
- Devuélvele sus llaves, Ray- ordenó Lauren y estiró su mano esperando recibirlas- Ahora, ¿o eres idiota?
- Jauregui, no te metas ¿Quieres volver al fondo?- El corazón de Camila comenzó a bombear con rapidez al ver como dos de los chicos se paraban frente a Lauren hasta lograr intimidarla. Si antes temía por si misma, ahora solo lo hacía por Lauren.
Quiso dar un paso pero Lauren se lo impidió reteniéndola con más fuerza-
- Ray, cierra la boca- escuchó a la castaña e inconscientemente se pegó mas a ella- ¡Devuélvele las malditas llaves!
- Está bien, está bien. Toma- arrojó el chico las llaves que cayeron sobre el capó del auto y junto con su grupo comenzó a alejarse- ¡Pero algún día tendré mi oportunidad, Jauregui! - escucharon ambas al verlos desaparecer nuevamente hacia el interior del Instituto.
- Tome- su mirada fue a parar a las manos de Lauren que le tendían su juego de llaves y le regalaba una cálida sonrisa- que tenga buen viaje- dijo la castaña antes de dejarle un beso en la mejilla y lograr sonrojarla. Antes de que Lauren se alejara, la llamó y la morena volvió sobre sus pasos caminando de una manera casi arrogante. Como a ella le gustaba-
- Ve a casa esta noche- fue lo último que le dijo antes de subir a su auto y dejar a la castaña allí parada. Observándola irse con una sonrisa aun más grande.
Mientras manejaba, estiró su mano hasta el asiento pasajero al escuchar el tono de llamada tan particular que utilizaba para una única persona.
Apretó el botón verde y colocó el altavoz rápidamente.
- Espero que sepas que la clase de la semana pasada fue terrible. Esta noche deberás enseñarme mejor. Con más ganas-
Después de eso, un pitido ensordecedor llenó sus oídos e inevitablemente se sentó.
Si, estaba acostada, había soñado algo demasiado raro y sin lógica aparente.
¿Qué hacía Lauren Jauregui en sus sueños? Con pesadez, se arrastró hacia atrás hasta lograr recostarse contra el respaldar de la cama y encontrar una posición que no la llevara nuevamente a dormirse. Cerró sus ojos un momento con la cabeza hacia arriba y cuando volvió su vista al frente notó como su cama estaba totalmente desordenada.
La sábana blanca que utilizaba como frazada estaba tendida en el piso y la que cubría el colchón estaba enrollada y solo tapaba la mitad del mismo. La última vez que despertó de esa manera fue cuando Cece quiso experimentar como espectadora de esas películas para mayores de 21 y donde los protagonistas no utilizaban en ningún momento alguna prenda de ropa.
Al parecer, después de verla, su cuerpo reaccionó y se manejó por si mismo.
Pero tenía 16.
Ahora, sea lo que sea por lo que había amanecido así, era una completa locura.
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Camila terminaba de darse un cálido baño de espumas cuando el timbre de su departamento sonó. Dedujo que se trataría de Cece, por lo que colocándose solo un albornoz de color blanco, salió de su habitación con una sonrisa a atenderla.
- Estás feliz. Esa cara con esa molesta sonrisa me molesta- aseguró la rubia entrando con Alexa de la mano y caminando directo a la cocina- ¿Hay café?
- Hola, Camila- saludó Alex al sentarse recibiendo la taza vacía que su novia le entregaba-
- Hola, Alex. Si, Cece, en la puerta de abajo hay un frasco nuevo. Gracias por venir, me cambio y enseguida vuelvo.
- Ya deberías estar de vuelta, deja de dar tantas explicaciones - dijo Cece comenzando a preparar tres tazas de café.
Casi diez minutos después, Camila bajaba con el cabello seco y suelto, un equipo de gimnasia color gris y unas pantuflas que la misma Cece le había devuelto cuando ella se lo regaló el año anterior para su cumpleaños.
- Bien, habla y deja de sonreír por todo- dijo Cece sentándose junto a su novia y dejando la silla más alejada para Camila-
- Ustedes son como mis hermanas, ambas. Y lo saben, puedo confiar en ustedes para todo lo que...
- Ya, ya Camila, para- la detuvo Cece con una señal con ambas manos y el ceño fruncido- Ve al grano que me desespero.
- Necesito que me presten su apartamento para algo realmente importante
- No- dijo Cece. Alexa la miró y luego habló-
- Si Mila, cuando quieras... ¿Pero para qué seria exactamente?
- Tengo una idea de cómo podría comenzar una buena relación con mis alumnos ¿Se acuerdan de la profesora Smith? La odiábamos al principio ¿qué hizo ella para luego caernos bien?
- Ah, no Cabello, ni si te ocurra querer mi departamento para eso- aseguró Cece poniéndose de pie para servirse otra taza de café- Ni lo sueñes
- Pero Cece- protestó inmediatamente Alexa. Si Camila lograba su propósito, ella iba a presenciarlo- Camila tiene razón
-No, Alex
- Por favor, Cece- insistió Camila- Será una fiesta pequeña. Nada de alcohol, con una mesa dulce y solo tres o cuatro horas de duración. Por favor
- No. No dejaré que unos delincuentes invadan mi privacidad
-¡No son delincuentes!
- Si, Camila. Usarás nuestro departamento- dijo Alexa quitando su copia de la llave de su cartera y entregándosela a la chica- Pero nosotras también iremos
- Por supuesto, Alex. No hay problema con que asistan. Hablaré con los chicos mañana ¡Gracias!- dijo dándole un abrazo a su amiga y luego otro a Cece- Este viernes ¿puede ser?
- Y se puede saber ¿en qué demonios viajaran desde Lima hasta aquí?
- Allí, querida Cece, entras tú- dijo Camila rodeándole un hombro con su brazo y guiñándole un ojo a Alexa- Tú tienes un auto, yo tengo otro. Ellos son solo nueve y....
- No- aseguró Cece soltándose y volviendo al lado de su novia-
- Cece se quedará aquí a ultimar los detalles. Yo iré contigo a buscarlos, Camila.
- ¿¡Qué?!- preguntó Cece. No por el hecho de que Alexa usará su auto, estaban casi casadas y compartían todo, pero no dejaría a Lex sola en aquel pueblo- Está bien-terminó cediendo bajo la mirada de su novia y la de su mejor amiga- Pero yo acompañaré a Camila.
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Si todos sus planes salían bien, entonces la próxima semana la relación con sus alumnos debía ser distinta y de manera positiva. Cece y Camila terminaron de organizar los últimos detalles y sus fiestas siempre resultaban de lo mejor.
Aunque nunca habían preparado una para menores de edad. Es decir, sin alcohol o aquellos pequeños detalles que corrían a cargo de Cece.
Sacudió la cabeza y se mordió el labio justo frente a la puerta de su salón. Ese viernes debía ser más relajado que el anterior y menos vergonzoso para ella. O al menos lo deseaba.
- Buenos días- saludó con una sonrisa apenas ingresó y al cerrar la puerta tras ella. Inmediatamente, sus ojos se fueron al último banco en busca de Lauren. Se mordió la mejilla internamente, le agradaba el hecho de saber que la chica estaba mejor y haya asistido a su clase. Dejó de mirarla cuando Lauren lo notó y el sueño de la mañana anterior regresó a mente- ¿Cómo están hoy? - preguntó y rápidamente todos contentaron enérgicamente un "Excelente".
Ella agrandó su sonrisa, estaban brindándole atención de manera respetuosa.
Su pulso tembló cuando tomó la planilla y comenzó a pasar lista, todos y cada uno le respondieron con un "presente" y le sonrieron al final de la palabra.
Cuando tomó una tiza blanca y comenzó a escribir en el pizarrón, sus oídos solo oían el ruido a mochilas moviéndose, cuadernos abriéndose y el seco movimiento de una lapicera sobre las hojas.
Todo estaba saliendo mejor de lo que alguna vez pudo soñar.
Ese mañana, debido a su estado de felicidad, olvidó la tarea que le había dado a Keaton Stromberg y le dio una semana más para presentarla.
Se sorprendió que el chico no pusiera cara de preocupación o una sonrisa de alivio. Sin embargo, lo dejó pasar.
Estaba en mita de la clase, cuando aquel chico que aun no conocía, Zayn Malik, no hacía más que preguntarle hasta el mínimo detalle absurdo.
Contó que en tan solo un minuto, el chico le hizo seis preguntas distintas. Y luego continuó por veinte minutos más. Suspiró cansada y con un poco de molestia ¿Quién no sabía que Incertidumbre no lleva H y que ese día, viernes, se escribía con V?
Estaba realmente cansándose del chico.
Antes de que todo volviera la normalidad, ya que Chadwick no hacía otra cosa que lanzarle mirada a sus piernas que descubría con su falda, dio un pequeño aviso.
- Eh, chicos- los llamó si necesidad de llamar su atención. La había obtenido desde que ingresó- Se que llevamos poco con esta relación, es decir, apenas nos conocemos, pero quiero hacer algo para que esto avance rápidamente-
- ¿Se va a quitar la blusa y nos bailará sobre el escritorio?- preguntó Drew alzando su mano para chocar con la de Lauren, pero la castaña solo le dedicó una mirada antes de volver su vista a Camila-
- No, Chadwick ¿Qué les parece si esta noche hacemos una reunión solo para nosotros? En mi departamento, el de una amiga en realidad. Habrá bebidas, música, juegos o....
- Aburrido- gritó Keaton poniéndose de pie y tomando su mochila- Esta noche es viernes, saldremos a bailar a un lugar de verdad. Con la música a un volumen bien alto y bebidas con alcohol. Eso es un viernes a la noche.
- Ustedes son menores, no puedo darles alcohol, pero vamos, será agradable.
- Lauren, vamos- dijo Drew abandonando su asiento y llamando a la chica. Sin embargo, Lauren movió su silla de tal manera que su espalda diera contra la pared y su brazo izquierdo se acomodara sobre el respaldar en una posición más cómoda- Lauren, vamos - repitió el chico.
- Cierra la boca, Drew- lo calló ella y todos voltearon a verla. Eso nunca pasaba- Estamos en Lima, su departamento está en New York... ¿ha pensado eso?- preguntó mirando a Camila. El resto volvió a mirar a la profesora-
- Si, por supuesto. Llevaré a algunos en mi auto y una amiga vendrá por el resto. Si, quieren ir, claro. Pero me encantaría que lo hicieran.
-Ya dijimos que no- dijo Keaton molesto por la pérdida de tiempo. Había quedado almorzar con Lauren y estaban quitándole minutos preciados- Vamos, Lauren
- ¿Alguien quiere ir?- preguntó Lauren sin intenciones de moverse y observando a sus compañeros- ¿Allyson?- le preguntó a su mejor amiga.
Los fines de semana, mientras todos salían a divertirse, Ally era la única que se quedaba en su casa por su inseguridad al congeniar con alguien. Lauren sabia que debía superar eso en algún momento.
- Mmm- respondió la chica alzando sus hombros- Sería interesante
- ¿Normani?- le preguntó esta vez a la tercera y última chica del salón. La muchacha asintió inmediatamente- ¿Dinah?- a diferencia de Ally, la chica acompañaba a sus amigos a bailar, pero solo para observarlos. Había veces que debido a la cantidad de gente, solo se quedaba en un rincón y un halo de tristeza la atravesaba. Hasta que Lauren la arrastraba a bailabar con ella unas cuantas canciones.
Ahora, si solo estaban ellos, estaba seguro la tristeza iba a desaparecer. Al menos por esa noche.
- Si, Lauren- aseguró ella y la castaña le sonrió-
- ¿Ustedes?- preguntó la castaña. Weasley asintió velozmente mientras se abanicaba con su mano derecha. Niall asintió rápidamente y Zayn, a su lado, hizo una señal como si estuviera tocando una guitarra.
Lauren supuso era un si. Rió negando con la cabeza antes preguntarle a Camila.
- ¿Y... a qué hora salimos?
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Mientras Camila esperaba por Cece dentro de su auto, aquellos chicos que conoció el lunes y que eran parte del equipo de fútbol, pasaron a su lado observando detenidamente el auto.
Ella tragó fuertemente, eran también con los que había soñado.
Estaban acercándose cuando de repente, los cuatro que contó, se detuvieron y retrocedieron de manera rápida. Ella alzó la vista y observó por el espejo retrovisor como Lauren caminaba con Drew y Keaton y llegaban hasta su auto.
- Estamos listos- respondió Drew. Camila arqueó sus cejas. En realidad, de los tres, era el único que aun llevaba el jean de la mañana y la misma remera. Por lo que ignoró sus palabras-
Su mirada se fue hacia la castaña. Camila llevaba un jean negro con unos tiernos zapatos sin taco y una chaqueta blanca que, en sus hombros, era invadida por un poco de su pelo suelto.
Le sonrió pero la castaña esquivó la mirada.
- Em bueno- dijo ella notando como el resto del grupo comenzaba a llegar- son nueve... Supongo que romperemos alguna ley si viajamos muchos en un solo auto, pero no importa. Divídanse como quieran que mi amiga debe estar por llegar y así salimos temprano.
- Señorita Cabello- preguntó Weasley alzando su mano para retocar su cabello- ¿Son muchas horas de viaje?
-Demasiadas- respondió ella y fue cuando cayó en cuenta que, si llegaban casi a la noche al departamento de Cece, tenía dos opciones, o volver a viajar en madrugada o dejar que sus alumnos durmieran en casa de la latina. O en la suya porque sabía que hasta allí Cece no iba a ayudarla.
- ¡Mila!- una fuerte bocina desde el otro lado de la calle la obligó a dejar de pensar en el nuevo problema por un momento. Cece agitaba su mano llamándola desde aquella... ¿camioneta? Claro, debía suponerlo, no iba a traer su propio auto, prefirió sacar el de Randy, su padre.
- Bien- habló Camila juntando sus manos con nervios- Ustedes- señaló a Ally, Normani y Dinah- con mi amiga. Tu también, Wess- agregó al chico- Y ustedes- señaló a Zayn y Keaton-
- No, yo voy con Lauren- dijo Keaton. Camila lo fulminó con la mirada-
- Ya dije. Ustedes, suban a la camioneta de Cece.
- ¿No íbamos a ir cuatro en un auto y cinco en el otro?- preguntó Lauren a su lado y viendo a sus amigos cruzar la calle-
- Si- dijo Camila- pero si Cece traía su auto. Con la camioneta hay más espacio y los vidrios polarizados no dejarán ver cuántos viajan en realidad- respondió con dificultad mientras ayudaba a los chicos con las cosas. -eh Drew- lo frenó ella al ver que el chico iba a sentarse en el asiento de acompañante- ¿Podrías ir atrás?... Por si Niall necesita algo-
- Ummm- fue lo único que dijo el chico dejando la puerta abierta para Lauren. Camila le hizo una seña de que subiera y la castaña, ya con facilidad debido a la mejoría en su pie, subió casi sin problemas-
- Colóquense los cinturones- dijo Camila al encender el motor. Cuando observó a Cece moverse, comenzó a seguirla de cerca.
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- ¿Ya llegamos?... Guau, hermoso edificio... ¿Ya llegamos? - preguntó Weasley colando su cuerpo entre los asientos y llegando hasta el oído de Cece
- No
- ¿Cuánta falta?
- Mucho
- ¿Cuánto es mucho?
- Niñita- lo calló la rubia al llegar a un semáforo- son ocho horas de viaje. Cierra la boca o te dejo en una de estas esquinas
- ¿¡Ocho horas!?- gritó el resto. Cece apretó el volante entre sus manos y decidió acelerar un poco-
- ¿Y a qué hora se supone vamos a volver?- preguntó la chica morena. Cece giró los ojos antes de responder-
- No tengo ni la menor idea, eso deberían haberlo hablado con Camila-
- Pues no nos dijo esto. En mi casa van a matarme, ¡no pedí permiso para pasar tantas horas fuera! - se quejó esta vez aquel chico moreno que Cece ni siquiera había escuchado que la saludara-
- A ver, señor me creo lindo y hermano no reconocido de Camila... ya llevamos cuatro horas andando ¿también quieres que te deje por uno de estos lados?... ¿Qué pasa con ustedes? ¿Nunca fueron a New York?- preguntó con prepotencia.
Cada uno de los chicos bajó la vista avergonzados y fue cuando Cece se dio cuenta que había sobrepasado un límite-
- Ya, ya, tampoco es la gran cosa. Solo son unos edificios altos con autos andando todo el día por las calles. Tomen- aprovechó otro semáforo para tirar su celular al asiento de atrás- Avisen a sus padres que llegarán eso de las siete de la mañana. De mañana
- Entonces no hay problema- respondió el chico bajo castaño devolviéndole el teléfono- Es la hora a la que llegamos siempre los sábados a la mañana.
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- ¿Conoces New York?- preguntó Camila después de ver por el espejo retrovisor que Chadwick y Niall dormían plácidamente atrás. Lauren había apoyado su cabeza en la ventanilla y al parecer también quería descansar un rato-
- Casi nada
- ¿Casi nada? Eso quiere decir que algo conoces... ¿Tienes familiares allí?
- No... Es una larga historia
- Tenemos más de tres horas aun
- Es una larga historia que no quiero contar.... ¿Por qué ha hecho esto?
- ¿Esto qué?
- Esto... ¿por qué regalarnos tanta confianza de llevarnos hacia su casa, su intimidad? ¿Qué gana con esto?
- Ya lo dije, Lauren. Quiero ganarme su confianza
- Señorita Cabello, así no la ganará. Déjeme decirle que el lunes, cuando vuelva, nadie recordara este acto bondadoso y todo volverá como antes
- ¿Qué?- preguntó Camila desconcertada mientras doblaba una esquina. A partir de allí, quedaban tres horas exactas para llegar. Si el tráfico era el de siempre- ¿Cómo antes?
- Si. Esto no nos hace amigos de usted. No nos hace avanzar hacia esa relación que usted busca. Esto, solo es algo que usted ofreció y nosotros aprovechamos. Nada más-
- Yo... Sé que nunca seremos amigos. Es decir, ustedes son mis alumnos y yo su profesora, esa es la única relación que siempre nos unirá. Con todos. Una profesora no es amiga de un alumno, pero sin embargo puede aspirar a tener una relación cordial ¿verdad? Y este es un paso para ello
- Uno grande diría yo... Cece... ¿es su amiga?
- Si, es como mi hermana-
- Ah- respondió Lauren y Camila creyó oírla respirar con alivio. Pero sacudió su cabeza. El viaje, como algunas veces, podía estar afectándole- ¿Por qué el departamento de ella y no el de usted?
- Eh... bueno el de ellas es más grande
- ¿Ellas?
- El de Cece y su novia... no te molesta que tenga novia ¿verdad? - Preguntó Camila al ver la cara de sorpresa de Lauren-
- No, de hecho yo tengo...
- ¿Ya llegamos? - preguntó Drew estirándose. Camila negó y le dijo que aún faltaba mucho. En un solo un segundo, el chico volvió a su posición anterior y continuó durmiendo-
- Yo también dormiré un rato- dijo Lauren y se acomodó dándole la espalda a Camila-
La profesora la escuchó respirar con tranquilidad y supuso había dado su cometido.
Con una sonrisa, estiró su brazo y apagó la radio del auto para no interferir en los sueños de la castaña.
Estaba volviendo su mano a la palanca de cambios cuando la detuvo sobre el asiento que ocupaba Lauren. Su mano tembló ante la idea que pasaba por su mente pero su boca se secó señal de que quería hacerlo. Con cautela, escaló sigilosamente con los dedos por la espalda de la chica hasta tocar su cabello y acariciarlo lentamente.
Un escalofrió le sacudió el cuerpo por lo que se alejó al instante.
Movió su mano alejando el frío que la invadió de repente en esa parte y, al comprobar que los chicos aun dormían, volvió a acercar su brazo a Lauren.
"¿Qué estás haciendo, Camila?"- se preguntó a si misma. Pero ya era tarde, sus dedos se perdían en la fina y sedosa cabellera de la castaña y le regalaba caricias de una manera inconscientemente placentera. Que suave era ese cabello que suelto siempre era rebelde pero que ahora tenía un toque de ternura. Cuando Lauren se removió, su mano desapareció de ella y volvió al volante.
Su respiración se aceleró como si la hubieran descubierto robando algo o cometiendo el mayor de los crímenes. Si, tener contacto físico con sus alumnos podía ser considerado una falta de respeto que traería sus consecuencias, pero ellos no estaban precisamente dentro del Instituto y ya no podían quebrantar reglas. Por lo que descartó esa idea.
Sabía que al llegar a casa de Cece, ya nadie la vería como la profesora que imponía algo de orden en el salón. Y, si allí dentro no la obedecían, no quería imaginarse lo que podía llegar a pasar si nada salía como lo había planeado.
Le dio una última mirada de reojo a Lauren antes de acelerar. No, nada tenía porqué salirse de control.
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Lenguaje del Amor (Adaptación Camren)
ФанфикCamila Cabello es la nueva profesora del McKinley. Lauren Jauregui, su alumna menos aplicada. Esto es solo una adaptación. Todos los derechos al autor/a, la historia original se encuentra en: https://www.fanfiction.net/s/8934270/1/Lenguaje-del-Amor