Lenguaje del Amor (Adaptación Camren)

Cap 29: Magia

- Entonces... ¿quieres entrar?- Lauren echó un vistazo general a su alrededor.
Las horas de viaje fueron agotadoras pero con la compañía de Camila apenas las sintió. Charlaron sobre la vida de la profesora en la gran manzana, sus amigos y la relación con todo lo que la rodeaba. Lauren la escuchaba y le sonreía, Camila ponía tanto entusiasmo a la hora de hablar que a ella le provocaba ternura. La profesora movía sus manos con énfasis, se colocaba un rebelde mechón de pelo tras su oreja y fruncía el ceño izquierdo cuando contaba algo desagradable.
Parecía maestría y complejidad el simple acto de admirarla hablar; aunque solo fuese del mismo, y desconocido para ella, "Bodi", un pequeño Beagle que le regaló su padre a los tres años de edad pero que lamentablemente ya no lo tenía. A Lauren le dieron ganas de estirar su mano y acariciarle la mejilla cuando Camila le dijo que desde ese momento no volvió a tener una mascota. Ella le contó que jamás tuvo una, en realidad no sabía si por disgusto propio o simple desinterés de sus padres. Tal vez una combinación de ambas.
Camila también le aseguró que New York es el lugar favorito en el que se asentó después de haber pasado por varias ciudades. Porque amaba caminar por los parques a la mañana, ver a los niños jugar, a las madres primerizas acunar sus bebés y a las parejas de ancianos regalarse cariño como si el tiempo nunca hubiese pasado en ellos. Amaba cualquier cuestión relacionada a la libertad de expresión pero sobre todo a las demostraciones de amor. Parecía que amaba al amor más de lo que el mismo representase.
En cambio, ella le habló de Drew, su amistad con él y la relación con el resto de sus amigos. Sonrió internamente cuando Camila desvió la mirada fuera de la ventanilla al decirle que Keaton siempre intentaba algo con ella. La profesora le preguntó si habían mantenido algún tipo de relación sentimental y le agradó sobremanera verla sonreír cuando le dijo que no. Que jamás había tenido algo serio con alguien y cuando iba a explicarle por qué, la mini Cooper bajaba su velocidad y lentamente estacionaba frente a un pequeño edificio.
Bajaron juntas y, mientras Camila rodeaba el auto para encontrarse con ella, Lauren se recargó contra su puerta: quería correr. Todo a su alrededor no solo era nuevo, sino que ahora realmente entendía de aquel miedo que Wess tiene al ver películas de terror o el de Niall a intentar si quiera levantarse de la silla aún siendo sostenido por alguien más. Fue cuando Camila le obstaculizó la vista que algo dentro de ella se removió. Y fue cuando Camila estiró su brazo y le tendió la mano que aquel miedo amateur se alejó. Sonrió de lado y entrelazaron las manos.
Por supuesto que quería entrar.
________________________________________
Magia.
Parecía como si adentro de la casa una extraña poción mágica la hubiese rodeado porque no dejaba de temblar de pies a cabeza. Camila abrió la puerta y no se movió para darle su lugar, por lo que al pasar por su lado le acarició cariñosamente la cintura y entró primera. La profesora se pegó a su espalda y apenas estirando el brazo hacia atrás cerró. Dejando que lo de afuera se quedara allá. Sin molestarlas.
Lauren se aferró a su bolso y se alejó de Camila para comenzar a recorrer el lugar. No lo recordaba tan familiar ni con esa sensación de pertenencia que exhalaba cada milímetro de pared que tocaba. Llegó hasta el inicio de las escaleras y acarició el barandal solo por inercia porque un cuadro llamó su atención. Observó rápidamente a Camila y esta le esquivo la mirada.
- Plasmaste mi poema... y lo colgaste- murmuró intentando fantasmalmente tocar el recuadro de madera. Aquellas palabras de una relación que estaba por consumirse carnalmente y leyó una vez frente a todo el salón allí estaban, frente a sus ojos y en el living de la mujer que besaba las últimas semanas. Se sorprendió. Pero no le disgustó para nada.
- Lo quitaré si te molesta
- No dije eso... ¿Quién lo escribió?
- Lo mandé a hacer con un especialista en el tema. Me gustó mucho como lo escribió y los toques que le dio- contestó Camila llevando sus manos a la espalda por vergüenza. Lauren movía los labios sin emitir sonido mientras releía su propia autoría. Hasta que terminó y caminó hasta ella-
- Tiene una L y una J al final. L.J... me gusta- susurró Lauren rebotando sobre sus propios talones y mordiéndose el labio de esa forma que volvía loca a Camila. La castaña se alejó cuando vio aquel brillo en esos ojos marrones y le pidió un vaso de agua. Camila salió de su trance y le dijo que la siguiera.
- ¿Quieres que prepare la cena?- preguntó Camila cuando el silencio las invadió y Lauren no hacía otra cosa que jugar con su picara sonrisa tras el transparente vaso de agua. Se sorprendió cuando la castaña respondió que no- ¿No tienes hambre?
- Muero de hambre pero...- Lauren apretó los labios y estiró su cuello a un costado Qué tanto podía costar decirle que deseaba salir afuera a cenar, compartir una velada en un ambiente adaptado a la situación y con un servicio que ella misma pagaría solo porque todo lo valía-
- ¿Pero?
- Pero después que me cambie- soltó con nervios. No era fácil expresar todo lo que pasaba por su mente y hacerlo de la manera equivocada no estaba entre sus planes. Tal vez al día siguiente se armaba de valor e invitaba a Camila a almorzar. Tal vez la cobardía no se iba y el dinero recibido por la limpieza de aquella parrillada solo serviría para nada.
Sin esperar otras palabras, arrastró su bolso y corrió escaleras arriba. Terminó recostándose contra la pared, Dios, no estaba en su casa ¿dónde demonios se supone que se cambiaría?
- Ey ¿estás bien?- su cabeza giró fuertemente cuando Camila apareció a su lado con voz y cara preocupada. Se sintió tan tonta que ni siquiera pudo responderle- Lauren ¿qué te sucede?
- ¿Dónde era que estaba el baño? - Camila rió y le acarició la cabeza dulcemente-
- Al frente de tu cuarto...O sea, el que utilizaste la última vez- le dijo Camila señalando el final del pasillo- Entonces ¿estás bien?
- Sí... creo que tengo un poco de calor
- Bajaré la calefacción, entonces... Te espero abajo- murmuró la profesora antes de dedicarle otra mirada y dejarla nuevamente sola. Lauren juntó la mayor cantidad de aire inflando su pecho y lo esfumó en un segundo. No contaba con que los nervios se acordaran de su existencia ¿No podían irse tan solo por esa noche y volver dos días después? Volteó y se golpeó cuidadosamente la frente contra la pared. 'Concéntrate' se pidió a sí misma. Había esperado y deseado con todas sus fuerzas este momento y ahora básicamente lo estaba comenzando a escupir sin remordimiento.
Se despegó de la pared y se encerró en el baño. Soltó el bolso, se mojó la cara, retocó su cabello y comenzó a quitarse la ropa. Tomó el vestido y sus mejillas se incendiaron de repente ¿Qué pensaría Camila al verla con el puesto? No pensó la respuesta y con paciencia lo amoldó a su cuerpo. Era sencillo, un vestido negro arriba de sus rodillas que mostraba sus delicados muslos y dejaba sus hombros descubiertos. Se colocó rápidamente unos zapatos y volvió su vista al espejo: estaba lista.
Tan solo cerrar la puerta y caminar hasta las escaleras fue algo difícil, no recordaba que todo hubiese estado oscuro antes. Bajó con sumo cuidado escalón por escalón y al terminar una pequeña luz llegaba desde la cocina, llegó hasta ella con algo de temor y que aumentó al verse completamente sola. El ruido de un encendedor la distrajo y la regresó al living, Camila estaba arrodillada encendiendo unas velas sobre la mesa ratona y a medida que sumaba otra mecha Lauren descubría distintas cosas: una botella de vino cerrada, una jarra de agua que escurría las gotas por lo fresca que se encontraba y dos copas respaldando su respectivos platos escondidos tras una tapa de aluminio.
Camila alzó la vista y le sonrió. A ella le dieron gana de correr y saltarla en un abrazo, tirarla al piso y llenarle la cara de besos. Pero a cambio le devolvió el gesto y caminó hasta ella.
- Puse vino porque según tú tomas con tus padres... pero elegiremos por ahora el agua ¿si?- Asintió frenéticamente ¿en realidad eso importaba?- Estás preciosa con ese vestido. Pareces una muñequita- Lauren rió. Amaba y odiaba esos comentarios porque la hacían sentirse especial y a la vez sonrojarse. Camila estiró su mano y la ayudó a sentarse en el piso, frente a ella- ¿Estás bien?
- Como nunca antes- respondió Lauren y después de sonreírle bajó su vista al plato. Camila se adelantó a sus pensamientos-
- Es vegetariano. Y por ahora la entrada- Lauren levantó la tapa de su plato y, efectivamente, distinguió el aroma a su cereal favorito: Quinoa- Combiné mis ganas de comer hamburguesa con algo de ti ¿hamburguesas de quinoa? - Bromeó la profesora levantando su tapa y descubriendo el mismo plato-
- Podías comer carne si querías- murmuró Lauren con pena. Se supone que todo debía ser al revés, ella debería haber llevado a Camila a comer a un restaurante y dejarla elegir su comida favorita-
- Puede. Pero no quería- aseguró Camila con una mueca demostrando que realmente no le importaba-
- Gracias
- Aun no las haz probado... ¿Y?- le preguntó impaciente cuando Lauren avanzó por el primer bocado-
- Delicioso- respondió la castaña tapando su boca e incentivando a la profesora a probar el de ella- ¿De dónde copiaste la receta?
- Ah no, señorita, una chef nunca revela sus secretos
- Supongo que no es muy difícil hervir el cereal y hacerlo hamburguesa ¿cierto?
- Créeme, si lo fue...¿Agua?- preguntó Camila y sin darle tiempo a responder porque ya había servido ambas copas- ¿Todo bien allá arriba?- preguntó refiriéndose al hecho de haberla encontrado recargada en la pared algo rara-
- Sí...solo... estaba nerviosa
- No haré nada que no quieras que haga ni hablaremos algo que no desees, Lauren. Esto para mí va más allá de una cita ¿sí? Quiero que estemos tranquilas y manejemos las cosas por donde realmente queramos. Sin presiones ni guiones básicos o repetitivos.
- ¿Haz comprado un libro nuevo?- preguntó Lauren intentando desviar esas ansias de las que Camila hablaba y tomando el primer tema que se le pasó por la cabeza-
- En realidad estoy releyendo algunos. Casi no tengo tiempo para adquirir uno y realmente estoy esperando que la editorial envíe nuevos títulos... Entonces... ¿con qué excusa dejaste tu casa?
- En esto momento mi madre debe estar imaginándome sentada y escuchando con atención las disparatadas ideas de una mujer con uniforme y silbato.
- ¿Y eso?
- Le dije que me iba a un campamento de "señoritas"- aseguró la castaña agregando las comillas- como en las películas
- Vaya... no se si reírme o...
- ¿O?
- O utilizar la tarjeta que me dio una vez tu madre y decirle que busque el nombre del campamento en Internet
- ¡Ya lo hizo! Dios, si hubieras visto su... ¿mi madre te dio su tarjeta? ¿Por qué hizo eso?
- Ah, bueno...fue un día que te sentías mal y me pidió que lo llamara si no mejorabas. Fue unos días después de que me quedé en tu casa
- No me lo dijo. Ni lo hubiese sospechado- dijo Lauren algo desconcertada pero sin molestia. Inclusive rió una vez y Camila la miró algo rara-
- ¿Qué?
- Y guardaste su tarjeta. Aún la conservas- aseguró la castaña mordiéndose el dedo pulgar derecho y alzando una ceja. Camila tragó fuertemente, necesitaba bajar la comida de su garganta, los nervios y la ansiedad por un nuevo beso. En nada ayudaban esos gestos de Lauren-
- Creí que no debía tirarla
- Claro
- Ese día me mantuve preocupada cada vez que te veía. Actuaste extraño y durante la clase parecía invisible para ti. Luego me escribiste eso en la piel y...cuando quise besarte te alejaste
- Sí, lo sé. Lo recuerdo...Supongo que el universo quiere decirme algo
- ¿El universo?
- ¿Entonces por qué contigo levanto y bajo mis defensas todo el tiempo, Camila? No me gusta que alguien venga y revolotee a mí alrededor invadiendo mi vida y todo lo que implica de ella. Nunca dejo que alguien haga eso. Y tu...solo entraste sin siquiera avisarme. Cuando me abrazas, Camila ¡Dios! Cuando me abrazas tu perfume me atrapa y, sonará ridículo, pero me hace sentir muy segura. Distinta a cualquier abrazo que he recibido, solo eso... No...no me gusta cuando Zayn te mira o alguien más estudia tu comportamiento. No debería sentirme así pero me siento...- Confesó Lauren bajando su cabeza por miedo a haber hablado de más. Camila se aclaró la garganta y le pidió que la mirara-
- Lauren, esa noche en tu casa... nunca creí que las cosas terminarían así, como estamos ahora- murmuró Camila moviendo sus manos en círculos señalando la mesa y su departamento- Yo...llegué a casa al día siguiente y me aplasté contra la almohada, ese beso fue tan imprevisto como incorrecto. No pude guardármelo y lo hablé con Cece ¿la recuerdas?...Ella- continuó Camila luego de que Lauren asintiera- ella dijo algo demasiado doloroso...pero cierto. La había decepcionado y ya no podía cambiar las cosas. Ya no quería cambiarlas. Todo había pasado tan rápido. Una clase, un granizado, molestia, tu básicamente me odiabas, otro granizado y el beso. No sabía a dónde iba a parar todo
- ¿Y ahora? ¿Los besos que continuamos dándonos aún son errores para ti?
- No estaríamos aquí si así pensara... Pero si sigo pensando que no sé a dónde nos llevara todo esto
- Esto- le dijo Lauren con autoridad alzándose sobre sus talones y tomando el brazo de Camila por encima de la mesa hasta llegar a su mano- esto yo no quiero que termine.
- Nadie está hablando de eso, Lauren...Solo... nunca me imaginé en esta situación
- Nadie se imagina nunca en ninguna situación hasta que la vive- Camila sonrió. Era por eso mismo que le daba miedo a donde terminaría aquello. Miedo a perder a Lauren que lo que menos aparentaba era ser una adolescente de 17 años. No andaba disparando hormonas ni coqueteando con medio mundo. Solo la besaba a ella y se sinceraba con ella. Había mucho que perder si todo terminaba. Podía perder una posibilidad de ser feliz-
- Pasta a la boloñesa es muy común pero no pude hacer otra cosa ¿el siguiente plato? - preguntó Camila poniéndose de pie y cargando los platos vacíos que ya habían utilizado. Llegó hasta la cocina y los dejó en el fregadero, fue cuando tomó la fuente de vidrio del microondas y giró que tenía a Lauren frente a ella-
- Te ayudo- dijo la castaña tomando la fuente y dejándola sobre la mesada. Sirvieron rápidamente y regresaron al living. Esta vez Camila se dio la libertad de encender el reproductor de música por lo bajo y escuchó por tercera vez cantar a Lauren -
- ¿Por qué no cantas en la clase extra? Me encanta tu voz
- Y a mí- Camila giró los ojos- pero ya te lo dije, no me molesta esas actividades pero no me gustan.
- Dijiste que alguna vez me dirías cuál es exactamente tu sueño. No es cantar, ni bailar, ni escribir... ¿Puedes darme una pista?
- Es...con respecto al futuro
- Eso es amplio
- Exacto...Mmm- gimió Lauren cuando había degustando realmente la pasta en la que consistía el segundo plato- Esto está aun más delicioso... ¿Segura que lo hiciste tú?
- ¡Oye!...Por supuesto...Me gusta la cocina y todo eso ¿a ti no?
- ¿Y por qué debería gustarme?
- Los gustos son gustos, nada más, señorita cuestiono todo lo que me preguntan.
- Solo cuestiono cuando las preguntas son tontas
- ¿Qué?- preguntó Camila fingiendo enojo- ¡No hago preguntas tontas!
- Ja. Deberías comenzar a escucharte más seguido- bromeó Lauren con seriedad tomando su copa de agua-
- Estás en problemas, Jauregui. No comerás mi postre- aseguró Camila cruzándose de brazos-
- ¿Postre? ¿Qué es?
- Tarta de chocolate con queso crema de cerezas. Para mí. Solo para mí luego de tu comentario
- ¿No me darás de mi postre favorito?
- No - respondió Camila fingiendo seriedad-
- Iré por el, entonces- dijo Lauren levantándose rápidamente dejando sonoramente el tenedor sobre el plato casi vacío-
- ¡Jauregui!- la llamó Camila siguiéndola al instante, tomándola por la cintura y arrastrándola de vuelta a la mesa- No, no, Lauren- chistó la lengua contra sus dientes mientras Lauren forcejeaba sin esfuerzo por alejarse- Dije que no tendrás postre-
- Y yo dije que iré por el- continuó la castaña con el juego pero cuando quiso dar un paso Camila la golpeó contra su cadera y cayeron de lleno sobre la alfombra-
- Lo siento- se disculpó Camila entre risas y sobre la castaña mientras le quitaba el cabello de la cara- ¿Te hice daño?
- Aja
- Lo siento- insistió Camila aún riendo-
- Nada que un beso no solucione
- ¿Un beso?
- Claro, aquí- aseguró Lauren estirando una mano para retener a Camila por la cintura y con la otra señalando un inexistente golpe en su cabeza-
- Un beso ¿ah?- dijo la profesora dejándolo rápidamente en el lugar indicado-
- No, no. Mi madre es doctora y dice que los besos curan heridas. Dámelo bien- Camila giró los ojos pero así mismo lo hizo. Acercó lentamente su rostro y depositó sus labios un poco más arriba de la frente de Lauren. Estiró sus dos brazos a los lados de la cabeza de la castaña cuando esta solo se le quedó mirando-
- ¿Mejor?- preguntó la profesora rogando porque su cuerpo no respondiera a las caricias de Lauren en su cadera-
- Mejor- murmuró la castaña estirando ágilmente su otra mano y tomando a Camila por el cuello para estrellar sus labios contra los de ella. El beso fue tan distinto a los demás que apenas pensaban en lo que sus manos hacían. Lauren apretaba la cintura de Camila contra la de ella y la profesora tenía una sobre el rostro de Lauren y la otra vagaba sin vergüenza por los costados de la castaña. Sus bocas producían tal ruido que la música debería sentirse estúpida del solo seguir sonando.
- Lauren- susurró Camila cuando la castaña mordió su labio inferior y tiró de él para continuar aquel beso apasionado. Lauren se levantó poco a poco manteniéndose sentada por lo Camila se aferró a su cuello sin soltar la mejilla que acariciaba o sustituirla por el hombro desnudo de la castaña. Lauren la abrazó por la cintura y el beso fue ya imposible de romper. Estaban demasiado cerca y el calor que Camila olvidó bajar de la calefacción solo ayudó a aumentar la de sus cuerpos.
- Dime algo- murmuró la castaña tirando del cuello de Camila para separarla casi nada al hablar y juntar sus labios otra vez sin perder tiempo- Los besos... son incorrectos porque eres mi profesora... o porque soy menor de edad- terminó de preguntar sin esperar la respuesta al instante. Sus oídos solo estaban llenándose con la agitada respiración de Camila y su boca no se despegaba de la de la rubia por más necesidad de aire que sentía. Sin embargo, Camila colocó ambas manos sobre sus hombros y lentamente comenzó a romper el beso. Lauren l suspiró ladeando su cabeza hacia abajo y el aliento pasó directo a la boca de Camila que se tomó su momento de recuperación antes de levantarse completamente y responder casi sin convicción-
- No se qué me preocupaba más al principio...supongo que ambas. Allí implica algo tan mío como la profesión y algo tan tuyo como la libertad de haber elegido otra persona.
- Puedes enseñar en cualquier otro Instituto o....no soy un fenómeno, también cumpliré mis 18 en algún momento- le dijo la castaña con una sonrisa antes de levantarse, caminar hasta ella y arrinconarla contra la pared- Abrázame- le pidió escondiendo su rostro en el cuello de Camila. La profesora obedeció al instante y, en esa posición algo rara e incómoda, subieron las escaleras con lentitud y cuando llegaron al cuarto de Camila se detuvieron juntas ¿Lo que seguía era separarse, con un beso tal vez, y dormir en distintas habitaciones? ¿o atravesar juntas esa puerta y compartir la cama? -
Ambas pensaron las mismas preguntas pero ninguna dijo algo en voz alta. Simplemente Camila estiró su mano, tomó el picaporte y abrió. Lauren aún se aferraba a ella por lo que ingresaron juntas y se separaron adentro solo para comenzar a desvestirse.
Como la vez pasada, Camila le dio un short rosa con una remera del mismo color algo grande y le señaló con la mirada el baño continuo a su habitación. Lauren se colocó el momentáneo pijama en cuestión de segundos y regresó justo cuando Camila le hacía algo a su cabello frente a su tocador.
- ¿El viaje te agotó?
- Demasiado ¿Tú no te cansas de hacerlo tres veces a la semana?
- Ya estoy comenzando a acostumbrarme...Entonces... ¿quieres acostarte?
La respuesta solo llegó con un lento asentimiento de cabeza que puso nerviosa a ambas. Camila esperó a que Lauren se moviera primero y eligiera un lugar de la cama, a ella le tocó el derecho por lo que, cuando vio a la castaña bajo las sábanas, abandonó la silla y sigilosamente llegó a su lado. Cuando alzó la frazada aún de pie, su corazón dio un vuelco al analizar la situación: Lauren la observaba con algo de ansiedad y casi no parpadeaba por revisar su cuerpo de arriba a abajo.
Se acostó rápidamente y por unos segundos todo fue silencioso. Los dos pares de ojos se perdían sobre el techo y las respiraciones comenzaban a calmarse. Camila observó de reojo la ventana, el sol había desaparecido hacía rato por lo que si estiraba la mano y apagaba la lámpara todo quedaría en completa oscuridad.
Y lo hizo.
Su mano izquierda hizo sonar el "clic" de un pequeño botón y con ello sus ojos abiertos parecían cerrados. Su pulso se aceleró, el ruido de la cama chocar contra la pared y el hundimiento del colchón a su lado la alertó de una nueva situación. Lauren se movió solo para abrazarse a su cintura pero luego de su "buenas noches" todo pareció volver lentamente a la normalidad.
- Descansa, Lauren- susurró ella rodeando el hombro de la castaña y cerrando sus ojos.
Era la primera vez en su vida que compartía su cama en tal situación. Cece y Alex pocas veces se quedaban a dormir en su departamento pero para eso tenía el cuarto de huéspedes o el sillón del living. Nunca se hubiese imaginado en esa misma situación con alguna de ellas.
Dio un último suspiro y finalmente concilió el sueño.
________________________________________
- Camila...Camz
- ¿Mmm?
- Ey, Camila, despierta- Camila apretó los ojos al intentar abrirlos y que una luz la cegara casi completamente. Sintió una molestia en su brazo derecho producto de una posible mala posición para dormir y luego un pequeño viento en su mejilla.
Y la voz de Lauren pidiendo que despierte.
- Camila
- Lauren ¿tu abriste la ventana?- preguntó con la voz somnolienta resistiéndose aún a abrir los ojos-
- Sí, el día está hermoso por lo que debemos aprovecharlo antes de que me lleves a casa. Levántate
- ¿Y qué hora es?- preguntó Camila sintiendo a Lauren levantarse y cerciorándolo al abrir su ojo derecho-
- 09:30
- ¿Puedes al menos cerrar la cortina?
- No, levántate ¿Cuántos años tienes? ¿15?
- Muy chistosa- murmuró la profesora tapándose con la blanca sábana hasta la cabeza. Lauren se había quitado la remera como si nada frente a ella y continuaba cambiándose. Inútil sábana que parecía no cubrir nada porque podía ver el negro conjunto de ropa interior que Lauren llevaba puesto. Se mordió el labio y giró para esconder su rostro en la almohada-¡Camila!
- Ya voy, ya voy
________________________________________
Cuando Camila bajó a la cocina descubrió a Lauren con la ropa que había abandonado Lima el día anterior pero el cabello húmedo y parada en la puerta con una sonrisa ansiosa.
- ¿Te bañaste?
- Oh, sí- respondió Lauren algo sonrojada- Perdón por ese atrevimiento
- Tranquila, está bien- respondió Camila dulcemente porque realmente eso no era importante- ¿Y?
- Quiero que salgamos a desayunar
- Pero van a ser las 10
- Tenemos que salir al mediodía si quiero llegar a tiempo a casa... ¿Entonces?
- Está bien. Voy por mi cartera
- No, no- la detuvo Lauren - Ahora me toca a mí
- ¿Eh? ¿Qué cosa?
- Pues invitarte. Vamos- dijo Lauren llegando hasta ella para tomarle la mano y guiarla hasta afuera- Conduce- ordenó la castaña al arrojarle las llaves cuando Camila caminaba a la puerta del conductor-
- Claro- respondió Camila sorprendida por la situación pero divertida en el fondo-
Llegaron hasta la cafetería favorita de la profesora y fue Lauren quien, ordenando otra vez, le dijo que se quedara en el automóvil porque compraría algo para llevar. Camila no le quitó la mirada durante los próximos minutos: la castaña bajó, caminó con seguridad hasta el interior del lugar y señalaba el cartel con las distintas opciones. Finalmente la vio llegar después de casi cinco minutos por lo que estiró su brazo y le abrió la puerta: Lauren traía dos vasos de café y una gran bolsa.
- Vaya que había variedad de café- aseguró la castaña utilizando el portavasos del automóvil y dejando la bolsa en el asiento trasero- ¿Podemos ir a algún parque o plaza o algo de eso?
- Claro- respondió la profesora reprimiendo las ganas de besarla allí mismo. Encendió nuevamente el motor y anduvieron apenas unos minutos hasta un pequeño parque en el que decenas de niños corrían jugando a atraparse o adolescentes estaban en el suelo desayunando entre caricias y besos.
Camila quitó la llave y estaba por preguntar dónde se acomodarían cuando Lauren abría la puerta y ya bajaba con todo. La castaña le guiñó el ojo y le pidió que la siguiera. La profesora cerró y puso la alarma tan rápido que Lauren solo dio dos pasos sola porque el resto lo caminaron juntas.
Se sentaron en el borde de la fuente de agua que adornaba el cálido lugar y Lauren comenzó a quitar las cosas que había comprado: galletas con chocolate, media docena de rosquillas y dos magdalenas rellenas de chocolate. Camila rió solo para molestar a Lauren.
- Pues como anoche no me diste de tu tarta tengo mucha hambre
- ¡La tarta! - exclamó Camila sorprendida. Con todo eso del juego y el beso había olvidado efectivamente de compartir su postre con Lauren- Oh, Lauren, lo siento, no lo recordé.
- En realidad ahora estoy empezando a dudar sobre la existencia de esa tarta- bromeó Lauren tendiéndole el vaso de su café a Camila y una rosquilla con frutilla-
- Ey, no estoy mintiendo... ¿Te gusta este lugar?
- Me encanta. Esta ciudad me encanta. Parece mágica y te hace sonreír por nada
- No la alabes tanto que va a comenzar a amarte más a ti que a mí.
- Camila- la llamó Lauren cuando la profesora se había agachado para tomar una galleta-
- ¿Si?
- ¿Cómo dormiste?- Camila se aclaró la garganta. No podía decir "Como siempre" porque por alguna razón la noche anterior no le costó conciliar el sueño y despertar por un llamado de Lauren fue agradable. Pero tampoco podía asustarla con un "Fantástico ¿Cuándo volveremos a dormir juntas?" Se quedó en silencio unos segundos antes de responder-
- Cómoda- 'idiota' se dijo mentalmente. Por supuesto que iba a dormir cómoda si no había dormido en el piso ni sobre una piedra. Rió cuando Lauren comenzó a hacerlo. Sí, la castaña disfrutaba burlarse de ella y estaba empezando a gustarle eso- ¿Tú? ¿Dormiste bien?
- Creo que esa es la pregunta que debería haberte hecho. Sí, excelente. Supongo que por eso amanecí temprano
- Me agrada escuchar eso. No suelo tener invitados en casa por lo que seguramente no me siento una buena anfitriona. Además tampoco me gusta eso de que me despierten solo para salir a desayunar y... ¿Qué?- preguntó dudosa cuando Lauren le observaba los labios y se lamía los de ella. Sintió algo de miedo cuando la castaña pasó el largo de su brazo por su espalda y la acercó juntando sus bocas en un beso inocente en el que apenas se movieron.
- Me gustas mucho, Camila- murmuró Lauren sobre sus labios antes de volver a unirlos por un segundo. Segundo que Camila odió por no haberse convertido en muchos o en minuto. Lauren acarició su espalda al alejarse y continuó con su desayuno observando a su alrededor.
Ella también llevó el vaso de café a su boca. Solo que no observaba nada más allá de Lauren.
________________________________________
- 19: 45. Buen horario después de todo ¿no? - preguntó Camila deteniendo la mini Cooper a unos cien metros de la casa de Lauren. El viaje de regreso había sido demasiado cómodo y casi igual que el de ida. Se habían detenido en otro pueblo cerca del mediodía para almorzar algo ligero y cargar combustible. Y también para recostarse sobre el auto y sentir el cuerpo de Lauren sobre el de ella para un beso. Sin miedo a nada porque ninguna siquiera conocía el nombre del lugar por lo que nadie las reconocería tampoco. Ahora, finalmente habían llegado a la casa de la castaña dejando la magia que habían vivido ahora solo en su mente-
- Gracias- dijo la castaña suavemente mirando al frente y sin intención de bajarse. Camila estiró el brazo a lo largo de su asiento hasta tocar su hombro para zarandearla amistosamente. Lauren volteó a verla y le sonrió- Gracias por todo lo que has hecho desde que te conocí
- Lo mismo te digo...Gracias por haber compartido estas horas conmigo... ¿Las disfrutaste?
- Hubiese preferido el campamento en realidad, pero bueno...- se burló Lauren tomando su bolso y colocándolo sobre sus muslos-
- Sin duda te creo...Supongo que...te observaré hasta que entres a tu casa y luego me iré
- Maneja con cuidado
- Siempre lo hago- dijo Camila al verla quitarse el cinturón y abriendo la puerta- Nos vemos el lunes- continuó cuando Lauren cerró y se recostó sobre la ventanilla-
- Aja- murmuró la castaña apretando sus labios. Camila aún no se había ido y ya sentía que quería repetir todo lo que habían vivido las últimas horas. Un beso, esa ero lo que más deseaba en ese momento-
- Para qué te bajaste si yo también lo deseo- leyó Camila su mente y ella de un segundo a otro ya se encontraba otra vez dentro del auto. Rodearon el rostro de la otra con sus manos y se besaron por unos segundos. Un auto pasó a su lado con las luces demasiado altas y fue lo que necesitaron para separarse- Cuídate- le pidió Camila al verla bajar otra vez-
- Tu igual...Hasta el lunes
Camila colocó su codo izquierdo sobre la puerta para sostener su cabeza y la otra en el volante para observar la caminata de Lauren. La castaña volteó solo una vez y ella tocó la bocina incentivándola a continuar.
Encendió el motor y comenzó el regreso a casa.
Llegó sin problemas y caminó directo a su cuarto quitándose la blusa en el camino. Se arrojó sobre la cama y sonrió cuando el aroma de Lauren continuaba expandido en todo el lugar.
Como si Lauren aún estuviese abrazada a su cintura durmiendo y ella cómodamente a su lado.
Como si la magia realmente no se hubiese ido.