Pov Lauren
Aquel viernes a la noche, el tercero después de haber comenzado las clases, Lauren sintió una sensación extraña después de haber tomado dos vasos de cerveza y discutido con Keaton, en realidad, cuando había alcohol de por medio, nunca terminaban de buena manera.
Después de haber acabado el horario escolar, se dirigieron al bar de siempre y, de allí, ella salió en compañía de Drew, Keaton y Weasley. En la puerta, la brisa helada del viento azotó contra sus brazos y acabaron por su columna de manera violenta, se arrepintió de no haber llevado aquella campera que su padre siempre le dejaba tras la puerta de su cuarto y que siempre cubría sus necesidades básicas para la temperatura baja.
Se arrepintió aun mas cuando Keaton se acercó a ella, se quitó su chaqueta, la colocó sobre sus hombros y la abrazó en un intento de mantener calor propio y el de ella. Después de eso, el chico bajó su rostro y le robó un beso fugaz.
- Nosotros mejor nos vamos- dijo Wess señalando la calle con una mano y tomando el brazo de Drew con la otra- Hasta mañana chicos
- Dile a William que enseguida voy- escuchó a Keaton a su lado. Ella se aclaró la garganta antes de voltear a verlo- ¿Quieres que te acompañe a casa?
- Sabes que no somos novios ¿verdad Keaton? - le preguntó ella tratando de mantener una postura amigable-
- Si, pero me gustas. Y yo a ti
- Bien- dijo ella con irritación quitándose la chaqueta del chico y golpeándola contra su pecho- Tú, Keaton, abre los oídos porque no lo repetiré, no me gustas. Eres mi amigo
- No. Tus amigos son Drew, Wess o Niall. Yo quiero ser algo más que eso-
- Pero...Keaton- volvió a frenarlo cuando él insistía en otro beso- No. Lo siento pero estás cansándome siempre con lo mismo. Necesito que entiendas que te quiero, pero como amigo.
- Pero...
- Y si insistes en lo mismo- lo interrumpió ella cuando él la miró confundido- ni siquiera amigos seguiremos siendo. Hasta mañana- fue lo último que dijo antes de mirar hacia los lados de la calle y cruzarla al ver que ningún auto se acercaba.
- ¡Lauren!- Keaton corría tras ella. Lauren se abrazó a si misma y continuó caminado a paso rápido- Lauren, espera- la tomó del brazo y la volteó. Ella se mordió el labio cuando sintió el cuerpo del chico pegarse al suyo- Lo siento, no debí haberte besado. Prometo actuar con limites ¿Puedo acompañarte a tu casa? - a juzgar por la hora y el frío que su cuerpo le entregaba, Lauren no pudo hacer otra cosa que soltar un "Claro" demasiado débil y permitir que el chico se abrazara a ella todo el camino.
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Cuando se encontraron frente a la puerta de su casa, Keaton le besó la mejilla cerca de la comisura de sus labios y desapareció de su vista lo suficientemente rápido para no escuchar reclamos. Ella sonrió, no por el hecho de gustarle la actitud, pero Keaton era tan tonto y dulce a la vez que no sabía cómo detener a veces sus actos.
- ¿Por qué llegas a esta hora, hija?- apenas abrió, del otro lado Michael se despegaba de la ventana que daba a la vereda y la cuestionaba con seriedad-
- ¿Estabas espiándome?- preguntó ella con una risa. Sus padres nunca cambiarían-
- ¿Era Keaton?- preguntó haciendo referencia al chico que observó llegar junto a su hija pero que no pudo verle la cara-
- Si, se ofreció acompañarme- respondió mientras caminaba al calefactor y colocaba un momento sus manos arriba del pequeño foco que lanzaba aire caliente-
- ¿Keaton? Sabes lo pienso de él
- Solo somos amigos- dijo ella volviendo su padre y brindarle un abrazo acompañado de un cálido beso en su mejilla. El hombre sonrió inmediatamente- Lo siento si llegue tarde. Drew quería que termináramos las actividades para el lunes
- ¿Comenzó la profesora nueva que Cowell dijo? - preguntó él ignorando el olor a cerveza que el aliento de su hija desprendía-
- Así es- respondió ella adentrándose a la cocina y levantando la tapa de la olla que yacía en el fuego- Mmm, pasta
- ¿Y cómo es?-
- ¿Qué cosa?
- ¡Lauren!- se quejó él cuando la chica quitó un poco de salsa con la cuchara de madera- La profesora, qué tal es
- Mmm- dijo ella alzando los hombros- Igual que el resto
- Ve a lavarte las manos así vienes a la mesa
- ¿Y Clara? Pensé que hoy no trabajaba
- Una paciente llegó a último momento, tiene una operación para toda la noche y parte de la madrugada.
- Enseguida regreso- dijo antes de perderse escaleras arriba y hacer lo que su padre le ordenó.
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La mañana del sábado siguiente, tomó su celular de debajo de la almohada y, sin siquiera mirarlo, pulsó un botón silenciando el sonido de su alarma. Esa mañana no estaba en condiciones de realizar la rutina que tenia acostumbrada a su cuerpo los fines de semana. Solo cinco minutos después, "American", volvía a despertarla burlándose de su poca capacidad para desactivar correctamente una alarma.
Abrió solo un ojo y lo cerró al instante al escuchar el chillido su puerta abrirse y el llamado de su padre para que se levantara y saliera a aprovechar el día. Ella sonrió silenciosamente, Michael quería que saliera a dar vueltas en bicicleta con Drew como cuando tenían 12. Ella le dejó en claro que no eso no volvería a suceder al ponerse de pie, tomar su almohada y caminar hasta la habitación de la otra punta de la casa.
Allí, con los ojos casi cerrados, descubrió la figura de su madre durmiendo de manera tranquila seguramente por el estrés del trabajo; con cautela, al llegar al borde la cama, se frotó los pies e, ignorando los reclamos de Michael, se abrazó a Clara y volvió a dormir como en su cama.
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Ese domingo, cuando Keaton le envió un mensaje, su humor comenzó a modificarse de tal manera que llegó a su cuarto, levantó el colchón de su cama y quitó su libreta de color celeste con una gran estrella dorada en el centro de su tapa. La abrió mientras caminaba hasta su escritorio y del cajón tomaba aquella lapicera que, Megan, la única prima con la que congeniaba, le trajo de un viaje del sur de Rusia.
La agenda estaba enumerada con la cantidad de hojas que contenía, allí, sobre la 112, solo puso dos puntos, la fecha del día y escribió, como siempre, solo unas palabras.
Estoy asustada. Keaton me recuerda a Tom y no quiero que eso vuelva a pasar.
Después de eso, trazó unas líneas de punto a lo ancho de la hoja y cerró la agenda.
Cuando llegue a la hoja 282, la final, releería todo lo que había escrito. Volvería al pasado.
Lo que quedaba del domingo, se dedicó a hacer a aquella tarea que la nueva profesora les había dejado. Era la primera vez que lo hacía y se sintió demasiado bien al finalizarla.
A la noche, solo se sentó en su ventana que daba a la del cuarto de Drew y lo llamó. Conociendo su voz, el chico apareció con su guitarra en mano y le sonrió.
- Para que se vaya la tristeza- dijo él levantando el instrumento y luego acomodándolo sobre su pecho. La melodía tenue y casi enigmática para sus oídos, lograron que su mejilla derecha se humedeciera con sabor salado. Alzando el puño de su suéter, quitó la lágrima bruscamente y después solo murmuraba el sonido de la canción. Drew solo miraba el cielo.
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El lunes a la mañana despertó con el peor humor del mundo. Aventó su despertador contra la mesa de luz logrando que cayera al piso y se escuchara aquel ruido de rotura.
Cuando llegó al baño para lavarse los dientes, cepilló con brusquedad la parte inferior de los mismos y, al escupir la pasta, notó como lo blanco se mezclaba con el rojo de su sangre. Tuvo que repetir el acto cuatro veces más para quitarla.
- Buenos días, cariño- escuchó las voces de sus padres sentados en la mesa. Clara se levantó para servirle su taza de café pero ella negó con su cabeza-
- No tengo hambre. Voy al colegio
- Lauren, ven aquí- la llamó Michael aun sentado cuando ella giró para tomar su mochila del piso- Come una tostada y le das un sorbo al café. De lo contrario no iras a ningún lado- Si, cualquier otro adolescente podía festejar frente a lo que dijo su padre y de paso contradecirlo, pero ella optó por acercarse a la mesa, sentarse y tomar el desayuno de manera lenta-¿Has dormido mal?
- Solo tuve un sueño- respondió con la voz quebrada. Aquel nudo en la garganta que solía frecuentarla, se alzó sobre su interior y amenazó con salir-
- ¿Una pesadilla?- preguntó Clara preocupada- ¿Quieres que hable con Robert?
- Basta de psicólogos, mamá. Solo fue un sueño ¿Ahora si puedo irme? - sus padres intercambiaron una mirada y luego asintieron-
- ¿Drew te acompañará?- escuchó que Michael le preguntaba mientras caminaba tras ella. Hasta la salida-
- Si, como siempre.
- No regreses tarde o tendremos una charla. Cuídate, cariño
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En la puerta de entrada del Instituto, todos sus compañeros la esperaban afuera, en los bancos de material que solo servían para ser rayados y no para lo que realmente estaban.
Se acomodó las manos dentro del bolsillo de su chaqueta de fútbol americano pero femenina, y se acercó a ellos.
- Hey, Lauren- Drew la abrazó con cariño y ella le respondió de la misma manera -
- Hola, chicos- respondió en general. Mordió su labio internamente cuando Keaton se acercó y le dejó un beso en la mejilla-
- Estás preciosa- escuchó la voz del chico antes de que se alejara y volviera a sentarse-
- Allí está el auto- le señaló Drew con los ojos la mini Cooper de su profesora. Ella sintió un leve tirón bajo su estomago y se aclaró la garganta antes de hablar-
- Aun no nos ha tratado mal. No le hagan nada- dijo viendo la cara de sus amigos. Todos la miraban con una ceja levantada- Voy al baño- se excusó ella caminando hacia el interior del Instituto.
Al pasar la puerta, volteó a verlos y aun los notó conversando entre si y entretenidos. Ella quitó el celular de su chaqueta y se colocó los auriculares. Leyó en la pantalla 10:03 de la mañana, a paso firme, caminó hasta su salón.
Mientras llegaba, comenzó a cantar aquella canción que lograba acelerarle el pulso y actuar de manera arrebatada. No recordaba otra letra que retractara su vida. Con algo de rabia y tristeza, comenzó a cantar por lo bajo.
Cuando dobló el último pasillo, bajo la puerta de su salón, chocó con alguien y, por el perfume que invadió sus sentidos, no podía ser otra que su profesora. La señorita Cabello, como le gustaba llamarla a Cowell.
- ¿Qué?- preguntó ella al quitarse los auriculares. Veía como la mujer movía los labios pero no había escuchado lo que dijo. La castaña le respondió con una disculpa y ella sonrió cuando la vio sonrojarse. Después de esos segundos de comodidad, ella bromeó sobre la maldad inexistente con que la chica le había preguntado sobre sus compañeros y el por qué de su llegada tarde. Pero la castaña no lo tomó como tal diciéndole todo lo contrario. Ella tenía ganas de decirle que los lunes su horario de entrada era a las 10:00 y que cinco minutos tarde no dañaría a nadie. Pero se contuvo.
Se removió incomoda sobre su asiento cuando Cabello le preguntó por su fin de semana, el sueño de la noche anterior volvió a su mente y fue inevitable responderle con brusquedad y hasta de manera grosera.
Y luego Keaton se acercó a dejarle un sobre con un susurro "Lo siento mucho".
Su molestia avanzó nuevamente cuando la rubia preguntaba por los gustos de cada uno. Ella tenía uno, pero no estaba entre los que la profesora distinguió. Por eso, cuando le preguntó a ella, se sintió vulnerable y volvió a ser aquella chica en un cascaron cubriéndose a si misma de todo lo que la inestabilizaba.
No se dio cuenta como, ni cuándo pero se había puesto de pie en una discusión bastante intima con la profesora, ella respondió a sus preguntas con lo que sentía pero sus palabras llegaron al límite cuando la castaña le dijo que sentía si había pasado por algo en su pasado, que todos tenían uno. Tenía ganas de llegar hasta ella y gritarle en la cara cuál fue el suyo.
La palabra pasado le devolvió el sueño de horas atrás, el recuerdo de años pasados.
Su piel se erizó contra su voluntad y su corazón se aceleró cuando su cuerpo rememoró el cuerpo de Tom sobre el suyo, besándola sin su consentimiento y tocándola sin respeto; por eso, cuando Camila rozó su pecho y la obligó a sentar, sintió ganas de vomitar inmediatamente.
Cuando la profesora caminó de regreso al pizarrón, le dio una mirada fugaz a Drew y él entendió el mensaje, guardó sus partencias en su mochila, volvió a desarmar la coleta de su pelo y tomó su gorro que había dejado sobre su mesa.
- Esta clase acabó para mí- fue lo último que le dijo a su profesora y salió dejando la puerta con un fuerte golpe.
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- Ya dije que no- dijo Lauren cuando Keaton insistía por tirar el vodka que guardaba en su mochila y luego arrojar un cigarrillo en el auto de su profesora- Solo le haremos un llamado de atención. Desinflen un poco sus neumáticos
- Eso es aburrido- dijo Drew y Keaton a su lado asintió-
- Hagan eso, nada más- les dijo ella acomodándose el gorro sobre su cabeza y comenzando a caminar hacia la calle-
- ¿A dónde vas?- le preguntó Drew aun parado frente al auto-
- A casa- respondió volviendo a sacar su celular para escuchar música. Cuando iba a ponerse los auriculares, escuchó una fuerte explosión tras ella- ¡Keaton!- gritó corriendo hacia el chico- ¿Qué demonios hiciste?
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Lenguaje del Amor (Adaptación Camren)
FanfictionCamila Cabello es la nueva profesora del McKinley. Lauren Jauregui, su alumna menos aplicada. Esto es solo una adaptación. Todos los derechos al autor/a, la historia original se encuentra en: https://www.fanfiction.net/s/8934270/1/Lenguaje-del-Amor