11: Si no duele hoy, dolera mañana.

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El sol comenzaba a asomarse por la ventana, haciendo que poco a poco me despierte. Era un poco extraño, se sentía, bastante, pero era agradable sentir aquello. No sabía por qué, hasta que sentí como tiraban de mí, apegándome a otro cuerpo mientras suspiraba pesadamente.

Descubrí por que tan cálido, estaba siendo abrazado por el zorro. Se sentía tan bien aquello, jamás imagine terminar en la cama de alguien, mucho menos después de hacer el amor con él. De repente, sentí su aliento en mi oído, me estaba olfateando o algo así.

- Buen día, mi lobito de ojos espectrales. ~ - Susurro a mi oído de forma cariñosa, con un tono de voz que jamás había oído de aquel zorro de orbes amarillentos, casi dorados. Ese tono de voz era demasiado cariñoso, inclusive para mí, pero me gusto que me hablara así.

- Buenos días, idiota. - Susurre correspondiendo a su saludo. El zorro sonrió y beso mi cuello de forma corta. Sus manos acariciaban mis delgadas caderas, haciéndolas lucir lo más femeninas posibles.

- Dormiste bien, ¿eh? - Pregunto pasando uno de sus brazos por debajo de mi cuerpo, haciendo de aquel agarre un abrazo sobre protector y posesivo. Ahora que lo pienso, esa pequeña oportunidad que acababa de darle al zorro fue su oportunidad para marcarme como suyo, un poco hipócrita. Pero a la mierda todo, ahora sé que no miente y que siempre me amo.

- En tus brazos duermo perfecto... Louis, debo confesarte algo. - Susurre intentando darme vuelta, pero me lleve una sorpresita al apenas levantarme del colchón. Una sorpresita interpretada por un dolor en el culo de la puta madre, la cual me hizo caer nuevamente en las sabanas.

- Carajo... - Me queje por el maldito dolor que invadió mis caderas, haciéndome lagrimear un poco.

- Querido, ¿Estas bien? - Se dio la vuelta, pasando por encima mío hasta llegar a verme de frente. Sonrió un poco y seco mis lágrimas por medio de besos, acariciando mis caderas en círculos, como intentando curarme con solo eso.

- ¡Sí! Perfectísimo, ¿No ves como bailo de felicidad? - Exclame de forma sarcástica, era una pregunta estúpida proveniente de alguien el cual esta graduado. Aunque, ahora que lo pienso, se molestó en preguntar si me encontraba bien, y yo que le respondí así.

- No... Me duele. - Susurre un poco sonrojado. Sus manos se posaron en mis mejillas, guiándome a sus labios para besarle. Ahora no había por que apartar la cara, tenía que corresponderle sí o sí.

- Siempre dolerá la primera vez, querido. - Susurro abrazándose a mí, apegando mi rostro en su pecho, dejándome oír la melodía más hermosa que jamás escuche. Su corazón. Palpitaba de forma tranquila, como si fuese el antidepresivo de su vida, una forma de relajarse para cuando el estrés se mostraba presente.

- ¿Lo escuchas, cierto? Lo hizo, hace y hará por ti. - Susurro besándome la cabeza, apegándome aún más a su cuerpo. Nunca pensaría que estar de este modo con el estúpido zorro sería bastante placentero y agradable.

- Si... Yo... Siempre soñé con que algún día llegaras y me tomaras en tus brazos, tal y como lo haces ahora. Pero... Tardaste mucho y perdí la esperanza... - Susurre sintiéndome mal por haberme dado por vencido sin siquiera haber dado la lucha necesaria para eso.

- Descuida. Ahora sé que me amas, ¿No es así? - Pregunto soltando un poco el agarre de aquel abrazo para mirarme a los ojos. Yo obviamente asentí a su duda, besando sus labios de forma cariñosa para demostrarle que no mentía ni nada por el estilo, abrazándome al zorro con fuerza.

Soy Doble ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora