Si, le di una oportunidad al bastardo. No lo sé, pero yo quería que sufriera todo lo que yo sufrí, pero sabía que estaba mal. No debo compartir mi sufrimiento con nadie más. El día siguiente era lo mismo, a excepción de la disculpa por el beso a Trabis, fue más o menos así:
- Hola Thomas. – Me exclamo el felino de forma un poco calmada, cosa rara en aquel chico, pues tenía un tono de hablar bastante energético.
- Hola Trabis, veras... Quería disculparme por lo del otro día, ya sabes... El beso... - Exclame un poco apenado, aprovechando de que no había nadie y aun no entraba a clase. El contrario solo suspiro y palmeo mi cabeza, alborotando mis cabellos de forma cariñosa.
- No necesitas disculparte. Puede que estés confundido, pero realmente no me gustaría hacerte alguien que no quieres ser. Aunque, si lo eres, me alegra. Bueno, yo soy heterosexual, no disfrute el beso, pero tampoco me asqueo, tuve que separarme porque... Prácticamente le estaría siendo infiel a Erika. – Susurro palmeando mi espalda, pues no estaba molesto conmigo, cosa que me alegraba de cierto modo.
Debía admitir que no sabía que Erika era su chica, pues nunca les vi lo suficientemente juntos como para aparentarlo. Es más, parecían más hermanos que pareja.
- Bueno, solo quería quitarme eso de encima, pues no me sentí cómodo con eso y realmente... - Antes de terminar el felino me veía con una sonrisa mientras negaba, ¿Qué pensaba?
- Te gusta el profe... Querías provocarle celos... - Susurro acariciando mi rostro mientras continuaba negando.
- Esa no es la forma amigo mío. – Volvió a susurrar palmeando mi mejilla y frotando sus cabellos para retirar la cera y dejar su cabellera hacia abajo.
Sentía como el rostro me hervía, pues no me gustaba, pero el pensar como me abrazo y las cosas que me dijo hacia que me pusiera como un tomate.
- N-No me gusta. E-El pedófilo quería conmigo y le mostré que no era de su tipo. – Exclame intentando encubrirme. Pero continuaba negando, sabía que le mentía.
- Sé que mientes. Se note que eres un... ¿Cómo es que le decían los otakus? A ver... ¡Tsundere! Eso eres. – Exclamo sonriendo y riendo un poco. Ya había oído ese término antes. Significa que no quiero admitirlo, pero que realmente me gusta. ¡Eso es mentira!
- Claro que no, no lo soy... Además, me quería besar a la fuerza y... - La campana sonaba. Que humillante, salvado por la campana. Trabis solo se fue, no sin antes despedirse con un apretón de manos. Cuando se fue suspire profundo y vi como los demás estudiantes llegaban al salón. Una vez lleno, vi la cara del lince de nuevo.
- ¡Tsundere! – Grito y se fue corriendo antes de que mi lápiz le diera en el rostro. Maldito. Suspire de nueva cuenta, colocando la capucha de mi gorro en mi cabeza para no pasar la suficiente vergüenza que estaba pasando en ese momento.
De la nada, entro aquel zorro, como si mi día no pudiese ser peor. Coloco su mochila en el escritorio y saludo a la clase.
- Bien chicos, se preguntaran, ¿Por qué estoy aquí si no es mi clase? Bueno, parece que este día la clase se recorre a la primera hora mientras que jueves no les doy clase, pero el viernes les daré dos horas seguidas. Eso lo dice el horario. – Exclamo con un tono de tranquilidad absoluta, como si no le importara aquel hecho... Esperen... Sonríe mucho y me mira demasiado...
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Soy Doble A
RandomEn un futuro, en donde la ciencia moderna evoluciona bastante, la gente comienza a mutar debido a radiaciones genéticas provocadas por las bombas nucleares de la Tercera Guerra Mundial (Mencionada como WW3). Al pasar de los años, muto una raza de an...