El día era gris, gris como mi pelaje, quizás gris y más frío todavía. No había nada más frío y gris que pudiese compararse con ese día, ese maldito día.
- Thomas, va a llover, debemos volver.
- Tráeme un jodido paraguas... - Respondí de forma fría, abrazándome a mi mismo.
- Bien, pero ten en cuenta que debemos volver. - Respondió antes de acariciar mi espalda despacio, retirándose.
Triste, no? Saber que solo Louis y yo fuimos al entierro de mi madre, después de todo, somos su única familia. Después de soltar todo lo que tuve que soltar aquella noche, decidimos ir a un monte, donde procedimos a enterrarla, en un monte donde ella recogía las manzanas que caían del árbol que descansaba allí.No se que es más triste, que ella haya muerto, o que yo tuve que enterrarla. Ni idea, pero ya no tengo nada que soltar, ya estoy seco de tanto llorar.
- Toma, te traeré algo de comer. - Mencionó el zorro antes de bajar por aquel monte nuevamente, dejándome frente aquel montículo de tierra.
Si, fue un entierro nada profesional, pero después de varios minutos "Dormida", supimos que no iba a volver a despertar. Cubrimos su cuerpo con un covertor, y finalmente procedímos a enterrarla en la madrugada. Llevo más de cinco horas mirando aquel montículo de tierra, no he comido, no me he duchado, y no pienso separarme de ella hasta que esté seguro de que su descanso sea pleno.Nuevamente, el zorro llegó con un poco de comida nipona, sentándose a un costado para entregar mi platillo, pero el simple hecho de ver la comida me repugnaba, no tenía apetito en ese momento.
- Thomas, tienes que comer algo, quieres que te ayude a comer? - Preguntó cariñoso como siempre, pero no quería comer, ni siquiera hablar.
- No tengo apetito de nada... - Respondí dejando que me abrace con firmeza.
- Se que es difícil, pero no podía detener el proceso de las cosas... Naces, creces, te reproduces... Mueres. - Susurró antes de besar mis mejillas despacio. Continuó haciéndome mimos y comiendo despacio mientras me miraba a los ojos.Quizás tiene razón, no podemos detener el proceso de la vida, es así sí o sí. No podemos ser inmortales, pero tampoco podemos terminarlo antes de tiempo, debemos dejar pasar el tiempo, que todo lo cura, todo lo hace. Vi hace un tiempo que eso era lo único que importaba, el tiempo, el tiempo para todo y para nada a la vez... No entendí mucho eso, y quizás tú tampoco, pero bueno, al fin y al cabo sólo era una película.
Tomé el platillo, no quería que se llenará de hormigas, y comencé a degustar de aquello, sintiendo poco a poco hambre y la necesidad de respirar un poco.
- Te sientes mejor? Thomas?
- Un poco...
- Quieres volver?
- No aún, quiero darle un último regalo a Mamá.
- Que regalo?
- Uno muy especial. - Murmuré antes de terminar mi comida, levantándome para ir en dirección a aquella casa que suponía ahora era de mi propiedad. Caminé hasta la azotea, tomando un martillo para romper el suelo de madera, encontrando una pequeña caja de cristal dentro. Saqué aquella y me dirigí de vuelta a la tumba. Una vez allí, la abrí despacio, sacando una fotografía de allí.- Te extrañaré, Mamá Elisabeth. - Susurré antes de dejar aquellas sobre el montículo de tierra. En ella, se mostraba una Mamá Elisabeth más joven, cargando a una cría de lobo, obviamente yo.
- Bien, Vámonos, Louis. - Susurré abrazándolo por el cuello.
- Será un viaje largo de vuelta a casa... - Susurró cargándome cual doncella en apuros.No sabía a donde iríamos, supuse que iríamos a casa, pero era un viaje muy largo y terminaríamos llegando en la noche nuevamente. Noté como Louis sacaba su carrera, dejando ver un par de billetes de denominación alta, cambiando su rumbo en dirección a la centrar de autobuses. Algo bastante estúpido, pero bueno, era Louis.
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Soy Doble A
RandomEn un futuro, en donde la ciencia moderna evoluciona bastante, la gente comienza a mutar debido a radiaciones genéticas provocadas por las bombas nucleares de la Tercera Guerra Mundial (Mencionada como WW3). Al pasar de los años, muto una raza de an...