17: Pesadilla.

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Están esperando a saber que sucedió, cierto? Pues, solo les diré una cosa: Si le hubiese dicho que si, estaría en la cama, siendo penetrado con una clase de cariño muy peculiar. Recibiendo besos y caricias por todo mi peludo cuerpo, así como uno que otro acto de lujuria como morderme en las orejas o nalguearme. Eso pasaría si le hubiese dicho que si.

- Thomas, por que tan callado? Me gusta oírte gemir.~ - Susurro a mi oído antes de mordérmelo de nuevo. Golpeando mi interior con fuerza, haciéndome gemir con fuerza. Después, comenzó a besar todo mi rostro, llegando a mis labios para besarme de manera apasionada.

Bueno... Le di una oportunidad mas, aunque me estaba arrepintiendo ahora que demostraba lo marica que era, mordiendo la almohada como toda pasiva que soy... Si, uso ese lenguaje porque todos saben que soy así. A veces me pongo a pensar si estaría bien contarles todo lo que hago...

Después de un buen orgasmo, el estaba ya dormido, abrazándome con fuerza, como si realmente fuera parte de su vida. Realmente no me siento así, pero creo que tener sexo con el o hacer el amor realmente no me convence del todo. Me gustaría saber que es lo que sueña solo para saber que no me quiere como muñeco sexual, uno caliente y con gemidos integrados.

Pero, si solo me quisiera de juguete, me lo hubiese dicho... Realmente no se que pensar, solo quiero dormir y que todo esto pase, intentar olvidar que fui penetrado de nuevo, quizás así me olvide de este tema.

Después de varios minutos dormido, sentí como Louis me apretaba con fuerza, bastante, quizá lo suficiente como para dejarme sin aire. Me desperté un poco para decirle que me mataba, aunque este no respondía, solo sollozaba, por lo que supe que era una pesadilla.

- Louis, despierta, ya. - Comencé a abofetearle, hasta que abrió los ojos y me abrazo fuerte. Me miro a los ojos y después seco sus lagrimas, intentando parecer normal. Que idiota, acabo de verle llorar.

- Tuviste una pesadilla, intenta relajarte... Cuéntame lo que paso. - Susurre sentándome en una zona de la cama, mirándole con suma atención.

- Bien... Pero es muy largo... Y no fue una pesadilla, fue un mal recuerdo. - Susurro mirándome a los ojos antes de sentarse.

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Narra Louis.

*~*~*~*~

Todo comenzó apenas llegaba a Londres, reuniéndome con un hermano que había vivido allí por mucho tiempo, un medio hermano realmente. El me acompañaba al colegio y después se iba al suyo. Nos llevábamos muy bien. El tenia la misma edad que yo, dieciocho.

El era un zorro, aunque no del mismo color de pelaje que el mio, si no que era un zorro de pelaje anaranjado, un poco común.

El me quería y yo a el, pero una cosa siempre nos separo... El era adicto a la heroína. Su cuerpo estaba bastante seco, aunque no como el de alguien con anorexia. Nunca me mostraba sus brazos, aunque ya sabia que estaba lleno de puntos, y siempre se la pasaba de mal humor cuando acababa de consumirla, era obvio mirarle así casi una vez por semana.

El problema fue cuando comenzaba a usarla cada vez mas seguido, hasta que la usaba a diario. Ni siquiera yo sabia como es que conseguía dinero para inyectarse.

- Adam, entiende que te esta haciendo mal! - Le grite en un tono de molestia, mirando al fin su brazo, el cual estaba completamente morado de la parte alterna del codo, justo en la articulación.

- Dejame en paz, no estoy de humor... - Susurro como una simple respuesta para después dirigirse a la cocina, comenzando a sacar un poco de leche. Le quite aquello antes de que se sirviera, dejando aquello en la mesa para verle a los ojos.

Soy Doble ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora