juguemos a... "papa y mama"

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¿Por qué? ¿Por qué? Me voy preguntando por el camino. Me fui por mi propia cuenta... bah, ni que estuviera mi casa tan lejos. Los autos se paraban y tocaban el claxon mientras yo ignoraba el peligro y cruzaba aún que el semáforo estuviera en rojo para los peatones. Llegué a casa y me fui rápidamente a mi habitación a hacer los deberes. No podía concentrarme. Soy una tonta, tuve la oportunidad y la desperdicié.
Doy un cierre violento a mi libro y bajo a tomar un poco de jugo. Mi madre está trabajando, mi hermano ha de estar con sus amigos, mi padre, se fue a arreglar sabe que cosas y de seguro llevaron a Adriano con la señora Thomson. Tengo la casa para mi sola.
Me siento en el sofá grande de la sala que casi nunca me toca usar, y enciendo la TV en MTV HITS. Pasan un video de Paramore y por mientras yo voy dándole un trago enorme a mi jugo. Estoy molesta, aún siento como el corazón me late rápido, los pulmones me duelen y mi garganta raspa. Voy a dejar mi vaso sucio en el lavaplatos y tocan a la puerta desesperadamente. Doy un respingo y voy a abrir sin siquiera mirar por el hoyito ese de la puerta que no sé cómo se llama. Cuando abro la puerta alguien se abalanza sobre mí y me da un abrazo fuerte... mi nariz no me engaña. Ya sé quien es. ¿Qué quiere aquí? ¿Y su nueva noviecita?


-¡Al fin Angie!- gritó feliz- Al fin, Dios, pensé que nunca lo lograría. Francesca es mía. ¡Angie rancesca aceptó salir conmigo! Y todo te lo debo a ti preciosa.
-¿A mi?- me quedé impactada- Yo no hice nada, es más... yo pienso que ella no es buena para ti. Es decir, buena si lo es pero... no la indicada.
-Olvida eso- me abrazó de nuevo y entró a la casa cerrando la puerta- Celebremos con un buen jugo de manzana.


Fue directo al refrigerador y sacó la botella completa de jugo y bebió de ahí mismo. Dios... sus labios se ven más deseables así. Húmedos y con sabor a manzana. Me desaparecí del mundo por un segundo pensando en la remota posibilidad de que... no lo creo.


-¿En qué piensas?- preguntó Nicola al dejar de nuevo el envase en la nevera- No dejas de verme, como siempre que piensas. Creo que piensas en mí siempre ¿eh?
-Estás loco. Es solo que cuando te veo pongo mi mente en blanco- me di la vuelta para esconder mis mejillas sonrojadas.- Y me diste asco porque tomas directo del bote de jugo. Eso no es correcto, si quieres ser gracioso intenta con algo más.
-Ah. ¿O sea que soy aburrido?- me susurró al oído mientras me abrazaba por la cintura. ¡Eso no hacen los amigos! déjame en paz por favor- Pues a ver si esto es aburrido.


Me alzó sobre sus hombros y comenzó a dar vueltas riendo y jugueteando. Yo, como tengo miedo a esa clase de juegos, no dejaba de gritar y de golpearlo en la espalda para que me soltara. El seguía riendo, tropezó con algo y ambos caímos al sillón de la sala.


-Nicola, me aplastas- dije riendo-


El dejó de reír y se puso serio. Mirándome. Retiró el cabello que cubría mi cara y sonrió de una manera tan... no lo sé. Diferente. Ya no me miraba con amistad, ni con "hermandad" nada de eso. Era algo, como... ¿amor? Acarició mi nariz con su dedo, como ya le es costumbre y no pude evitar sonreír.
Nuestras respiraciones se mezclaban. Nuestros labios ya se daban calor el uno al otro aún sin tocarse. Sonrió por última vez y atrapó mis labios con los suyos. De una manera increíble. Sin dejar de tocar mi rostro como tanto me gusta. El sabor... a manzana fresca. Los devora tan deliciosamente que me siento en otro nivel, haría lo que sea ahora. Lo haría. Haría todo. Solo por este momento.
Sus manos no estaban quietas y merodeaban por mi espalda debajo de mi blusa. Lo escucho jadear por más aire, se descontrola en cada beso. Siento su lengua volverse loca... solté un gemido algo sonoro y él se separó de mi suspirando mi nombre. Me miró nuevamente y me volvió a besar. Esta vez fue un beso más corto. Escuchamos la puerta abrirse y rápidamente nos separamos quedando sentados en ambos extremos del sofá.


-Señora, la ayudo- dijo Nicola cuando vio aparecer en la sala a mi madre con bolsas de compras- Deben estar muy pesadas.
-Lo están, gracias querido- dijo mamá cansada- Déjalas sobre la mesa. Muchas gracias Nico.
-Por nada- dijo serio. Yo seguía en shock por lo ocurrido.- Me voy Angie. Gracias otra vez.


¿Ahora gracias por que? ¿Por besarlo? Me levante y lo seguí hasta la puerta. Nos detuvimos en la salida y nos miramos. El evitaba a toda costa toparse con mis ojos.


-Lo siento Angie- tomó mi hombro y me dio en beso en la frente. Se dio la vuelta cruzó el pasillo, abrió la puerta de su apartamento y se fue-


Estuve toda la tarde pensando en lo ocurrido. En su piel... en sus brazos, sus besos, su respiración... la forma tan sensual en la que dijo mi nombre. En fin, pensé en cada movimiento hasta que me di cuenta de que no tenia hecho nada del proyecto de historia.
Veamos. Estos acontecimientos ya pasaron. ¿Por qué tenemos que recordar tiempos tan difíciles? Este proyecto vale muy poco para la calificación del semestre, pero contando que nunca me va bien en un examen, tengo que poner todo mi esfuerzo. Si no tendré que decirle adiós al viaje familiar que habrá en vacaciones de primavera. ¿Cómo puedo concentrarme pensando en Nicola? el sigue pensando que yo saco buenas calificaciones... bueno me va bien en la escuela porque el me ayuda a estudiar. Pero la verdad es que solo me gusta tenerlo cerca de mi, no se si explicándome la segunda guerra mundial o la historia de otros lugares. Solo me gusta ver sus labios moverse con toda paciencia mientras yo muerdo el lápiz para que piense que pongo atención y para evitar estar con la boca abierta.
Hojeo varias veces el libro y lo cierro de golpe. El olor de la cena no me separará de mi concentración. No tengo mucha hambre pero no puedo acostarme con el estómago lleno, así que... bajé para poner en mi plato una deliciosa porción de verduras con pollo frito. Nada mejor que eso. Me siento en la mesa y miro a mis padres, a mi hermano...y hasta al pequeño Adriano observándome curiosos.


-¿Y bien?- pregunta Jose- ¿Cuándo nos ibas a decir que Nicola y tu jugaban al papa y mama en esta casa?


"¿¡Qué demonios...?!"

Continuará...  


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