The Story Of Us ♥

Bésame de nuevo

Solté una carcajada y comenzamos a jugar a la guerra de almohadazos. El me pegaba levemente para no lastimarme y yo empleaba toda mi fuerza para lograr que el sintiera algo de dolor. Es mucho más fuerte que yo y me gusta saber que no me quiere lastimar... físicamente, claro.
Comenzamos a forcejear estando de rodillas en la cama y soltando risas sonoras y provocando que casi cayéramos ambos al suelo. Nicola me tomó de la parte baja de la espalda y me hiso caer encima suyo. Aún riendo nos miramos a los ojos y le dí el último almohadazo antes de que la pequeña almohada saliera disparada hacia el piso. Me quedé mirando sus ojos, y su sonrisa... perfecto... el lo es.
Su mano fue vagando por mi espalda y con la otra acariciaba mi rostro mientras retiraba el cabello que se había perdido por el movimiento. Yo por mi parte, estaba sobre mis codos para no caer completamente encima de él. Nos miramos unos segundos, y como si fuera una señal... una reacción... sonreímos por última vez antes de acercar nuestros labios.

Era una lucha constante... ¿Quién cederá primero? Eso lo dejo a la suerte. Amo que Nicola me bese, amo que me toque de esta manera tan única, amo que me quiera volver loca. Apenas hubo un roce insignificante de labios y yo ya estoy tocando el cielo con ambas manos. El no se mostró arrepentido al separarnos y volvió a mi con más voracidad que antes. Sabe a frutas con vainilla. Nuestros dientes chocaban varias veces, reíamos e iniciábamos de nuevo con un beso completamente lleno de cariño. No puedo decir que había amor... solo cariño.
Me cansé un poco de tener mis codos en el acolchado y me dejé caer con cuidado encima de Nicola. Él solo jugaba con mi cabello y seguía su pequeño sendero invisible por mi espalda. Me siento totalmente diferente, me siento capaz de todo y nada me detiene. El sonido de nuestros besos es adictivo. Me gusta.

-Te ves hermosa- susurró Nicola al separarnos por más aire- Bésame de nuevo.

Obedecí alegre y locamente enamorada. No puedo creer que el me pida otro beso, simplemente no me cabe en mis neuronas, ni en mi pobre corazón que late como si fuera un homenaje a Phil Collins, o algo así.
Aun no me entra en la cabeza que él, mi amigo de la infancia, Nicola, me pida algo así, pero la verdad es algo que me encanta.
Sus manos juguetean con mi piel y sus labios no me sueltan. Se separa de mí, me mira dulcemente, y me vuelve a besar. Sus manos y sus movimientos se empiezan a hacer más atrevidos y yo no me quejo. Mi blusa está a la altura de mis pechos por tanto contacto con él. Dios esto es una adicción. Sus caricias me hacen sentir querida, protegida... me hacen sentir genial.
El sonido de un móvil interrumpió tan perfecto momento. Era el de Nicola.

-Espera pequeña- dijo poniendo una pausa a nuestro hermoso beso eterno. Tomó el teléfono y contestó - ¿Hola?... ¡Rafael!... Sí, está bien... No, no interrumpes nada... Hasta mañana.
-Qué inoportuno- sonreí y volví a atrapar sus labios rojos de amor.-

Pensé que él se resistiría o algo así pero me siguió el juego. De pronto recordé algo que tenía que hacer, algo que no tenía que olvidar por nada del mundo, y aún así lo hice.
El beso parece más un imán que un beso, beso. Como pude, tomé toda la fuerza de voluntad que pude y me alejé de tan perfecto momento.

-¿Qué hora es?- pregunté sosteniéndome de nuevo con mis codos-
-Creo que las seis veinte.- contestó Nicola mirándome con tranquilidad.-
-Debo irme.- me puse de pié y empecé a guardar mis cosas algo decepcionada. De no haber sido porque tenia una cita con Alex, me quedaría aquí para siempre- Tengo algo que hacer.
-No te vayas- dijo al ponerse de pié y fue directo hacia mí y me abrazó con fuerza mirándome a los ojos- Vamos Angie quédate, y veremos una película.
-Lo siento Nicola, quisiera, pero ya tenia ese plan desde hace mucho tiempo- mentí. Ahora soy yo la que miente- ¿Tal vez otro día vale?
-Está bien- depositó un beso en mi frente.- Nos vemos, luego.

Salí de su habitación por la ventana y entré a la mía después de hacer ese pequeño recorrido acostumbrado. Me cambié de ropa, con una blusa blanca y unos shorts azules. Me hice una coleta, y me puse unos Vans a juego con mi ropa. Tomé mi celular, y uno pequeño bolso que va de lado, salí de mi habitación hacia la sala y estaba mi hermano platicando con una chica alta, morena y muy sonriente.

-Hola- saludé amablemente al notar su presencia- Jose, voy a salir.
-Si, si, está bien vete.- dijo con desesperación y se dirigió a la chica.- Eh... Liz, ella es Angie mi hermana.
-Hola- saludó tímidamente- Me gusta tu blusa.
-Gracias.- sonreí y me dirigí hacia la puerta.- Hasta pronto.

¿Quién sería esa chica? Espero por todos los cielos que sea la nueva novia de Jose, que ya le hacía mucha falta. Me dirigí con una sonrisa enorme hacia el ascensor. Y me encontré con la mirada llena de sabiduría de mi gran amigo... Martin.

-¿De nuevo por acá?- preguntó sorprendido- Si me permite decírselo, me había puesta a pensar que yo era el del problema...
-No se preocupe Martin.- contesté alegre- No es su culpa. Es solo que me daban ganas de hacer ejercicio.
-¿Se puede saber para quien?- alzó las cejas juguetonamente mientras me sacaba una risa sonora. Su cara es de comediante... sin ofender.- Cambiando de tema... ese amigo tuyo... Nicola, tampoco tomó el ascensor hasta hoy en la tarde.
-Gracias Martin.- sonreí y salí de ahí. Habíamos llegado- Nos vemos luego.
-¡Suerte!- me gritó... aunque no sé muy bien a lo que se refería-

Al final de la acera, estaba con una sonrisa como siempre... Alex. Al darme cuenta, yo estaba sonriendo como tonta. ¿Qué es lo que ocurre aquí? A ver, pongamos todo en orden. Besé a Nicola hoy y el se portó como todo un caballero conmigo... es decir, y ahora vengo con Alex, y me doy cuenta de que estoy sonriendo por él. Me estoy convirtiendo en una... ¿Quizá no? Me asusta creer que lo estoy haciendo.
Esta vez no lo abracé, ya ni pude sonreí ni pude ver el camino hacia donde me llevaba. Estoy confundida. Es decir... al fin pasó algo real con Nicola y yo lo dejé por venir con Alex... no me entiendo.

Continuará....