The Story Of Us ♥

Tu, yo... ¿una película?

Al final de la acera, estaba con una sonrisa como siempre... Alex. Al darme cuenta, yo estaba sonriendo como tonta. ¿Qué es lo que ocurre aquí? A ver, pongamos todo en orden. Besé a Nicola hoy y el se portó como todo un caballero conmigo... es decir, y ahora vengo con Alex, y me doy cuenta de que estoy sonriendo por él. Me estoy convirtiendo en una... ¿Quizá no? Me asusta creer que lo estoy haciendo.
Esta vez no lo abracé, ya ni pude sonreí ni pude ver el camino hacia donde me llevaba. Estoy confundida. Es decir... al fin pasó algo real con Nicola y yo lo dejé por venir con Alex... no me entiendo.

-¿Hace un buen día no?- me preguntó Alex al caminar por el pasto del lugar.- Está soleado y no hace mucho calor.
-Cierto.- contesté- Hoy es un día maravilloso.

Ciertamente solo estaba hablando por mí. Por lo sucedido en el cuarto de Nicola hace algunas horas. No puedo dejar de sonreír y me tengo que morder el labio inferior para evitarlo. Aún recuerdo su sabor... lo necesito ahora mismo.
Seguimos caminando hasta decidimos parar y sentarnos en el pasto mismo. El tenía que repetirme dos veces las cosas que me decía, pues no escuchaba. Me sentía estúpida y feliz. Estúpidamente feliz. A el también le hacia gracia mi distracción y por eso no me sentí demasiado mal.

-Angie- susurró nervioso- Sé que llevamos tiempo de conocernos, pero... en verdad te tengo mucha confianza y necesito contarte algo.
-Claro, dime- esta fue la primera vez que le presté atención.-
-Es que, la cosa es...- dudó un poco.- La verdad desde la primera vez que te vi pensé que serías alguien especial. Solo que por alguna cosa en específico, no me dejaste acercarme a ti. Estabas llorando Angie. Eso me rompió el corazón, y espero que el problema que haya sucedido haya quedado resuelto.
-Lo está...- pensé unos segundos- ...Creo...
-Eso me parece bien.- continuó- Tengo que decirte que las pocas veces que la hemos pasado juntos, me he divertido como si te conociera de toda la vida. Angie, hermosa... creo que existe la posibilidad de que me esté enamorando de ti. Pero no puedo averiguarlo solo. Tienes que ayudarme... ¿Quieres intentar...? Bueno... ¿...Saldrías conmigo?

La sangre se me fue a los pies y regresó a su lugar rápidamente haciendo que todo me diera vueltas. No podía creer lo que estaba escuchando, la verdad que no. Es decir... en realidad me agrada Alex, pero me encuentro entre la espada y la pared. Por una parte me gustaría intentar con alguien especial para mi, para ver si de una vez por todas dejo de pensar en Nicola. Ese era mi plan. Pero con lo que pasó hoy estoy más que confundida. Ya ni modo. Tengo que decir la verdad de una vez por todas antes de que algo más pase y ya no pueda hacer nada.

-Tengo que pensarlo- solté en el instante- Es que... hoy algo que todavía no está resuelto. Un problema que si no dejo listo, no me dejará en paz. Eres bien buen chico Alex, pero aún no te conozco lo suficiente.
-Lo entiendo...- contestó en voz baja- ¿Pero... tengo oportunidad?
-Tal vez.- sonreí tímidamente antes de ponerme de pié- Tengo que irme, mañana hay mucho que hacer y tengo que ponerme en orden.
-¿Quieres que te lleve?- preguntó al ponerse de pie a mi lado-
-No, muchas gracias, ve a tu casa, es mucha molestia ya de mi parte de por si hacerte esperar.- suspiré- En serio lo siento. Nos vemos luego.

Caminé hacia mi casa pensando en las miles de posibilidades. ¿Cómo quedamos Nicola y yo? Es decir... nos besamos, hubo algo ahí. Pero la verdad me da miedo verlo de nuevo y que ande raro como la otra vez. Pero ¿Qué más puedo hacer?
Me trató tan bien, me sentí tan segura con él tanto como con Alex. Pero la cosa es diferente, Alex lo conozco de hace poco tiempo y no se bien su forma de ser. Con Nicola he convivido desde que éramos pequeños y es como mi hermano... lo conozco bien. Y con el simple hecho de que lo trato como un hermano, me hace sentir culpable de lo que siento y de lo que hicimos.
Alzo la vista y veo la cabellera de alguien, una chica conocida. Francesca. Hago el intento por esconderme detrás de la gente y pasar desapercibida. Intento fallido. Un estúpido niñito me pone el iré y me tropiezo cayendo un poco cerca de ella, tanto como para que me preste atención.

-Ahh...- da un saltito y sonríe al verme- ¡Angie! A ti te quería ver.

"¿A mi por qué?"

-¿Y eso?- pregunté- Es decir... la cosa es que desde que tu y Nicola...
-De eso precisamente quiero hablarte.- puso cara seria, pero aun así no dejó de sonreír.- Es que el sábado cumplo tres meses con Nicola.

"Podrías haberme dicho que tenías alguna extraña enfermedad... o que el agua del mundo se acabaría."

-Ah ¡Genial!- tuve que comportarme como ella a la hora de festejar una estupidez.- ¿Y por que quieres hablar de eso conmigo?
-Es que...- suspiró rápidamente, como si estuviera realmente enamorada.- Quiero darle una sorpresa. Quiero que ese momento se recuerde siempre...
-¿Ese momento?- pregunté cuando mi corazón empezó a latir fuerte, señal de que algo anda mal.- ¿De qué hablas?
-Bueno...- se mostró avergonzada, al principio.- ...quiero que mi primera vez sea con Nicola.
-Eh... lo siento, no puedo ayudarte con eso.

Me alejé de ella como si me hubiera dado cuenta de que llevaba una bomba en el bolsillo. ¿Por qué me hacen esto? Parece que todo el mundo se pone de acuerdo para hacer la herida más grande. Se me vienen imágenes a la mente de ese momento... en el que ellos dos... no, no, no. No puede ser, simplemente no viene al caso. Yo solo me imagino a Nicola ese momento conmigo. Nunca con Francesca.
Sin darme cuenta, estoy en frente de mi apartamento con el cabello mojado y casi es media noche. Toco varias veces pero nadie abre la puerta. Me siento en el suelo y empiezo a temblar. Maldita lluvia que tuvo que llegar ahora. Yo, con un short y sin un suéter o algo que me cubra.

-¡Angie!- alcé la mirada y me encontré con la de Nicola. Corrió hacia mí y me tomó en sus brazos- ¿Dónde estabas? Nos tenías muy preocupados. Pensé que...
-¿Qué?- pregunté asombrada.- "¿Nos?" A ver... ¿De qué me perdí?
-Pensamos que habías huido. Es decir... te fuiste hace mucho, y ¿llegas aquí a media noche? Tus padres y los míos salieron a buscarte.
-Yo... yo no...
-Shh... ya estás aquí, es lo importante.- me ayudó a levantarme, me abrazó y me llevó al interior de su casa.- Ven acá... te daré algo para que te seques.

Entramos a su casa y me pidió que esperara a lado de la puerta. Regresó rápidamente con una toalla y amablemente la colocó alrededor de mí para que me sacara. Tomó mi cabello con sus manos y lo hizo a un lado, encima de mi hombro.

-¿Dónde te metiste?- preguntó dulcemente mientras seguía jugando con mi pelo-
-Bueno... estuve por allí y por allá...- contesté divertida.- No fue para tanto, no desaparecí... ¿O si?
-Créeme que si. Tu mamá se puso como loca y llamó a tu padre, y los míos están afuera buscándote.
-No tuvieron por que haberlo hecho... estoy bien.
-Me sorprende la forma tan calmada con la que tomas todo.- me mira directamente y me sonríe.- Ahora solo espero dos cosas... que no te enfermes por volverte loca y estar afuera con la lluvia, o si sobrevives a tu enfermedad, tus padres te maten.
-¿Me ayudarías a convencerlos de que el castigo sea mínimo?- pregunté con la mejor sonrisa que pude formar.- Vamos...
-Está bien, pero tendrá un precio.- se quedó pensando un momento.- Tu, yo... ¿una película?
-Vaya, veo que en verdad tienes ganas de ver televisión...- río nerviosamente.- Está bien... una película. Pero que no sea una de esas raras que te gusta ver.
-Será una buena, esta vez.- aseguró- Trato hecho.

Silencio. De nuevo. Un silencio algo incómodo que se fue haciendo un poco más tranquilo cuando él sonrió por vez número cien. No se por qué pero lo hice: di un par de pasos y le di un abrazo. Ambos así, sin importarme que yo estuviera helada, sin importarme nada. El me tomó de la cintura y me acercó más a él haciendo un abrazo completo. No sé cuanto tiempo duramos así hasta que la puerta se abrió.
Estoy lista para mi castigo.

Continuará...